otra historia del Vesubio…

El monte Vesubio (En italiano: Monte Vesuvio; latín: Mons Vesuvius) es un volcán activo  situado frente a la bahía de Nápoles y a unos nueve kilómetros de distancia de la ciudad, en la región de la Campania. Tiene una altura máxima de 1.281 ms.Fue designado como uno de los 16 Volcanes de la Década, es decir, como uno de los volcanes más peligrosos del mundo.

De 1822 ilustración de George Julius Scopevesuvius1822scrope

…su Funicular

Era la única instalación en el mundo en ese tiempo para subir a un volcán activo.

En 1870, el Vesubio era visitado exclusivamente a pie o montando una mula. El ingeniero húngaro Ernesto Emanuele Oblieght confió a los ingenieros Galanti, Sigl y Wolfart el encargo de estudiar un sistema que permitiera la subida al cono estando cómodamente sentados.

Oblieght obtiene en renta del Estado 9700 metros cuadrados de terreno por la suma de 150 liras anuales por los siguientes 30 años y por la Diputación Provincial de Napoli la autorización de la realización del proyecto y el ejercicio de la instalación. En el contrato estipulado con el Estado, Oblieght se reservó el derecho de fundar la «Société Anonyme du Chemin de Fer Funiculaire du Vèsuve» a la que habría podido ceder después la gestión del funicular.
La empresa Oblieght confió los trabajos a la concesionaria Alvino; el costo de obra, que fue completado en 1880, ascendió a 435000 liras. El 25 de Mayo antes de la inauguración oficial se había reunido en Napoli la Comisión para la prueba y el 6 de Junio, hacia las 5 de la tarde, fue inaugurado el Funicular del Vesuvio. Al brindis participaron el senador Piedimonte, presidente de la sociedad comerciante , el síndico de Resina y el síndico de Napoli.

El 10 de Junio el funicular,  fue abierto al público iniciando así el servicio regular. El evento fue acompañado por una oleada de entusiasmo en todo el mundo, como testimonio nos  quedó la célebre melodía Funiculì Funiculà.
El 13 de Diciembre de 1886 Oblieght concede, como estaba reservado hacer en el contrato de 1878, la concesión por 1 200 000 liras a la compañía francesa «Société Anonyme du Chemin de Fer Funiculaire du Vèsuve», que abrió una oficina en Napoli en Via S.Brigida, 42. Cada día 300 personas subían y bajaban . La compañía, sin embargo, endeudada  por los elevados costos de gestión,  fue obligada a su vez a ceder la concesión por 170 000 liras a la compañía Thomas Cook and Son, ya famosa en todo el mundo el 24 de Noviembre de 1888.
La llegada de la nueva compañía no fue de lo más feliz. Los Cook debieron en efecto soportar los pedidos de los guías locales, que incendiaron una estación, cortaron los cables y empujaron por el barranco una carroza. John Mason Cook, que mientras tanto había sido el sucesor de su padre Thomas muerto en 1892, llegó a un acuerdo con los ellos sobre las sumas correspondientes a cada pasajero transportado.

El nuevo ferrocarril mucho más ligero, construido en 1901 contribuyó a duplicar el número de turistas transportados al cráter. Esto empuja a la compañía a demoler las viejas instalaciones y a construir un nuevo funicular más funcional, con motores eléctricos en lugar de los anticuados y costosos motores de vapor y poner en servicio nuevas carrozas.
Pero el florecer de la tecnología en los inicios de siglo fue oscurecida por una tremenda erupción en 1906. El 4 de Abril de ese año fueron advertidas las primeras sacudidas, tanto que el personal de la Cook y sus familiares, fueron evacuados y enviados a Pugliano. El 7 y el 8 de Abril fueron destruidas la estación inferior y superior, los equipos, la maquinaria, los dos coches del funicular; todo fue sepultado en una capa de ceniza de 20-30m. La actividad eruptiva terminó el 21 de Abril y provocó una pérdida de altura del cono, la destrucción del funicular y del restaurante anexo, daños a las Ferrovías Vesuvianas, además de un gran número de pérdidas humanas.

Pero no se dieron por vencidos …y en poco tiempo los daños a la Ferrovía fueron reparados. En 1909 con el proyecto del ingeniero Enrico Treiber, los trabajos para un nuevo funicular  estaban terminados.
Una vez más, en 1911, una erupción destruye aquello que  habían construido; la estación superior queda destruida y necesitaron casi un año para reconstruirla. Desde 1911 en adelante, el funicular funcionó en su totalidad, quedando afortunadamente ilesa durante la erupción de 1929. Los hermanos Cook se retiraron, así que el control del funicular y de la Ferrovía Vesuviana pasó a la «Società Anonima Italiana per le Ferrovie del Vesuvio», asociada con la casa madre Thomas Cook and Son.
En 1937 la citada sociedad cambia la razón social y se convierte en Società Funicolare e Ferrovia Vesuviana. Pero 7 años después, el Vesubio volvió a despertar y  ha sido su última erupción hasta hoy. El funicular, bajo el control de los aliados desde 1943  (2ª guerra) tuvo daños irreparables, y nunca más reconstruida.
En 1988 el arquitecto Nicola Pagliara, ya conocido por otros proyectos similares, se adjudicó la prueba para la proyectar y  realizarde un nuevo funicular para el Vesubio. El costo de obra ascendía a trece mil millones y medio de liras. Las empresas adjudicarias de la concesión-concurso, reunidas en consorcio, (la Ansaldo, Trasporti di Napoli y la Ceretti-Tanfani dì Milano) tenían un vencimiento: entregar la obra dentro de 450 días a partir del momento de la entrega de los trabajos acontecidos, a mediados de Septiembre de 1991, después de haber obtenido todos los permisos y las autorizaciones necesarias. En Diciembre de 1992 la primera comitiva de turistas habría debido tomar su lugar en el coche y llegar a la altura de 1 162m, es decir, sobre el borde del cráter. En la inauguración, Pavarotti cantaría Funiculì funiculà. Sin embargo, después de varios meses, los trabajos tuvieron un revés, tropezando en una serie de sutilezas, la primera entre todas es la invasión de pocos metros en el territorio de la Comune di Torre del Greco. Los dos coches nuevos yacen, a pesar del dinero que fue gastado, en el depósito del establecimiento de transportes Clp en Pollena Trocchia (NA). La estación de montaña se encuentra, desarmada, en un depósito de Avellino. Los andenes, en cambio, fueron prestados al Atan, y utilizados para otro funicular, el de Montesanto en Napoli, en aquel momento en restauración. Hubo el compromiso de restituir todo, en moneda, al momento de completar el funicular del Vesuvio.

Pero quedó la canción más popular posiblemente de Italia…

con su historia  también…

El compositor Luis Denza, junto con el periodista Peppino Turco, les llega el encargo de crear una canción-anuncio para recuperar la perdida  del «entusiasmo» del funicular a poco de su inauguración por 1880.

La canción del funicular se estrenó en el Hotel Quisisana de la napolitana ciudad de Castellammare di Stabia con sonoros aplausos y dejando a todo el mundo encantado con ella. A los pocos días no había nadie que no la fuera tarareando por toda la región, convirtiéndose en la banda sonora musical de los napolitanos que la silbaban, canturreaban y recitaban por cualquier rincón de Nápoles.

Richard Strauss,  joven de 22 años  y de paseo por Italia  pensando que era una canción popular la puso en el 3º movimiento de su obra  «Aus Italian»… ocasionándole  un juicio que perdió y debió pagar derechos a  Denza cada vez que se ejecutaba la obra. No fue el único que cayó en el error de pensar que la célebre tonadilla  era una canción popular napolitana. Lo mismo le volvió a suceder al ya no tan joven compositor ruso Nicolai Rimski-Korsakov que, viendo el éxito que su colega Tchaikovski había obtenido con sus aires italianos con la tarantela «Papà non vuole, Mamma ne meno» (que en esta ocasión sí pertenecían al dominio público) se decidió a incluir nuevamente la canción de Denza en su obra titulada “Canción Napolitana opus 63″, pensando que pertenecía al folklore popular. Denza , también obtuvo su cuota y por consiguiente  sus herederos durante los 70 años siguientes a la muerte del compositor, continuaron recibiendo sus porcentajes en forma de derechos de autor de otros muchos músicos ( de Strauss y Korsakov hay que añadir también a Arnold Schoenberg, aunque éste último a sabiendas de que la canción no era de dominio público).

Aqui,  este video  nos muestra el Funicular,  con el fondo musical de la canción traducida al español.

Aieressera, oì Nanninè, me ne sagliette,
tu saie addò tu saie addò
Addò ‘stu core ‘ngrato cchiù dispietto
farme nun pò!
Addò lo fuoco coce,
ma si fuie te lassa sta!
E nun te corre appriesso, nun te struie,
‘ncielo a guardà!…
Jammo, jammo ‘ncoppa, jammo jà,
funiculì, funiculà!

Né jammo da la terra a la montagna
no passo nc’è!
Se vede Francia, Proceta e la Spagna…
Io veco a tte!
Tirato co la fune, ditto ‘nfatto,
‘ncielo se va…
Se va comm’ ‘à lu viento a l’intrasatto,
guè, saglie sà!
Jammo, jammo ‘ncoppa, jammo jà,
funiculì, funiculà!

Se n’ ‘è sagliuta, oì né,
se n’ ‘è sagliuta la capa già!
È gghiuta, pò è turnata, pò è venuta…
sta sempe ccà!
La capa vota, vota, attuorno, attuorno,
attuorno a tte!
Sto core canta sempe
nu taluorno
Sposammo, oì né!
Jammo, jammo ‘ncoppa, jammo jà,
funiculì, funiculà!

 

Podemos Cantarla, en el dialecto Napolitano … un tanto complicado pero simpático.

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