…Si alguien jamás oyó nombrar esta ciudad … es casi seguro, que si escuchó hablar o leyó algo de: El Castillo de Otranto – Novela de Horace Walpole, que es considerada como la iniciadora del género conocido como literatura de terror gótico por los finales del siglo XVIII.
El Castillo de Otranto (la vista aérea )
Horace Walpole, IV Conde de Orford, nació en Londres el 24 de Septiembre de 1717. Aparte de escritor, fue político y arquitecto. En 1741 entró a formar parte del Parlamento, cargo que abandonó en 1768 para retirarse al castillo de Strawberry Hill, que hizo reconstruir en estilo seudogótico y al que dotó de una magnífica biblioteca, una imprenta y colecciones de arte y de rarezas de todo tipo. Allí se dedicó de lleno a la creación literaria, y editó en su imprenta sus propias obras y las de autores clásicos o de amigos suyos, para los que hizo en cierto sentido de mecenas. Publicó su novela de Terror gótico en 1764. Es autor además del ensayo político Dudas históricas sobre la vida y el reinado de Ricardo III (1760), de una rica miscelánea de anécdotas de pintores ingleses titulada Anécdotas de la pintura en Inglaterra (1762-1771) y de una interesante correspondencia, publicada póstumamente, en la que ofrece un valioso retrato de su momento histórico. Como se puede apreciar… «Hombre de sobrados méritos»
El Castillo de Otranto. Fue un Bets Seller en su tiempo. La novela se desarrolla en época medieval y esto además de comenzar con el género de «Novelas de Horror» motivó que el mundo se fijara en esa época y volviera a salir a la luz el maravilloso estilo gótico …bueno ya con el nombre de Neogótico que se desarrolló en toda europa (y el mundo) durante los siglos XVIII y XIX.
Otranto, la ciudad en cuestión, está situada al sur de Italia provincia de Lecce, en la región de Apulia en la costa este de la península de Salento, sobre el canal de Otranto, que conecta el mar Adriático con el mar Jónico. En su territorio se encuentra el cabo de Otranto o Punta Palascia, que constituye el punto del territorio italiano que se halla situado más al este y que, además de albergar un faro, está considerado como el límite divisorio entre los mares Adriático y Jónico.
Otranto formó parte de lo que sería la Magna Grecia recibiendo, en consecuencia, una profunda influencia de la cultura clásica griega en su propia cultura, aún cuando ésta siguió dotada de elementos diferenciados respecto de la cultura helénica. Bajo el dominio romano, Otranto se benefició de las calzadas romanas, construidas por las legiones como medio de garantizar la cohesión del dominio de Roma, mejorando sus comunicaciones terrestres no sólo con el resto de las ciudades del Salento o de la Apulia sino con todas las del Imperio. En el año 162, Otranto obtuvo el derecho de acuñar moneda. Fue durante el período de dominio bizantino cuando la ciudad conoció su momento de máximo esplendor, este período de bonanza económica fue aprovechado para seguir mejorando las fortificaciones defensivas de la ciudad, que se habían iniciado en el período turbulento de la caída del Imperio Romano. Posteriormente con las cruzadas también volvió a ser punto importante como paso para Jerusalén de las peregrinaciones y cruzados.
El Castillo, está rodeado por un amplio foso y protegido por tres torreones cilíndricos, tiene un bastión que domina el puerto. Fue construido por los aragoneses en 1485-89 para proteger la ciudad después de habérsela quitado a los Otomanos. El sitio de Otranto transcurrió entre 1480 y 1481 Las fuerzas del Imperio Otomano invadieron tras un largo asedio la ciudad y su ciudadela. Tras la toma de la ciudad, más de 800 de sus habitantes fueron ejecutados por no abrazar el Islam. Después de trece meses en manos turcas, Otranto fue recuperada por el ejército aragonés de Alfonso II de Nápoles, hijo del rey. Desde allí se puede disfrutar de unas preciosas vistas a la ciudad, al Canal de Otranto y hasta la costa albanesa.
Catedral de Otranto: dedicada a Santa María dell’ Annunziata
Detalle del Rosetón románico y el escudo con tenantes agregado en época del barroco -1764 que tiene la fachada la catedral.
La entrada natural al centro histórico de la ciudad ès la Porta Alfonsina, en memoria de Alfonso, duque de Calabria, que liberó la ciudad de la dominación turca. Una serie de callejuelas conducen hasta la Catedral, joya de la arquitectura románico-pugliese, edificada en el 1080-88 y conocida también como Catedrale dell’Annunziata.
Los Mártires de Otranto
El episodio data 1480 cuando la flota otomana, a cargo de Mohamed II llego a las costas de la ciudad, con el serio fin de dominar esas tierras. Más de 800 personas dieron su vida por amor a Cristo.
Ante semejante acto de fe de sus ciudadanos …la Iglesia inició un Proceso de Canonización
La apertura tuvo lugar en 1539. El 14 de diciembre de 1771 el papa Clemente XIV beatificó a los más de 800 pobladores asesinados en la Colina de Minerva. Su canonización fue aprobada en 2013 durante el pontificado de Benedicto XVI. La celebración de la canonización tuvo lugar el 12 de mayo de 2013 en la Plaza de San Pedro, durante el pontificado del papa Francisco, y se convirtió en la canonización conjunta del mayor número de personas jamás celebrada en la historia de la Iglesia.
Esta iglesia románica construida sobre los restos de una residencia romana ha sobrevivido a múltiples asedios y ataques.
Es de lo más exclusiva debido a en su pavimento, digamos más bien única!!! con tres naves y ni hablar de su techo de madera con un artesonado de total belleza y 14 columnas delgadas que lo sostienes de granito. La fachada a dos aguas, está dominada por un rosetón de estilo gótico-árabe del siglo XV y de un portal barroco agregado en 1764.
Es una Catedral que vivió diversos momentos históricos, y todos ellos aportaron al edificio grandiosidad y belleza.
El famoso piso realizado entre los años 1163 y 1166 por un equipo de maestros musivarios
dirigidos por Pantaleón, un monje basiliano – artista de mosaicos del siglo XII.
De Pantaleón no se saben datos biográficos ciertos pero se puede creer que fue un clérigo, pues se autodenomina Pantaleonis presbiteri, probablemente un monje que seguía la regla de san Basilio y de origen griego. Su obra más importante fue el mosaico del pavimento de la Catedral de Otranto, en el muestra no solo su habilidad en el arte sino también su profundidad teológica.
Es una obra que podemos considerar como enciclopédica, de formas casi primitivas, fascinante tanto por la frescura del colorido como por la vivacidad de las actitudes y la riqueza simbólica. Aparecen escenas de la Biblia, mitológicas o con personajes mezclados históricos y reales. Las escenas bíblicas, todas ellas pertenecientes al Antiguo Testamento, la Expulsión del Paraíso, el arca de Noé o la Torre de Babel y escenas de dioses paganos como Diana cazadora, un Atlante sosteniendo el mundo etc.
Su espectacular pavimento
En la parte central de la nave se extiende una Árbol de la vida y a la derecha (mirando hacia el altar) doce medallones que representan a los meses y al zodiaco (un tema desarrollado también en otras iglesias medievales). En el pavimento otras escenas están inspiradas por la cultura caballeresca con las historias del Rey Arturo (Rex Arcturus) y Parsifal y también a Alejandro Magno. No faltan el Paraíso y el Infierno, donde se agitan los condenados entre los tormentos y un gordo Satanás coronado y a caballo de un dragón. Resulta interesante una de las pocas representaciones del Diablo negro (Puer niger) todavía con las alas blancas del ángel, que bien pronto serán sustituidas por las de un murciélago. Un muy interesante bestiario, con seres como un basilisco, un unicornio, un centauro, una antigua iconografía de la sirena representada mientras sostiene entre los brazos sus dos colas.
La simbología teológica de los mosaicos es tema de estudio, pues resulta difícil deducir el sentido que Pantaleón o quien haya solicitado los mosaicos quería darle.
Su Nave Mayor cubierta con un impresionante artesonado de madera con pintura dorada: Octógonos recordando (el número ocho símbolo de la Resurrección) y Cruces -(el martirio de Cristo)
La cripta de cinco naves con sus frescos …
Una bellísima cripta bizantina con grandes frescos que datan del año 1163, sus columnas y capiteles todas diferentes!!!. Data del siglo XI y consta de 72 columnas, regalos de todos los señores y mercaderes del Mediterráneo que vivieron en Otranto son de distintos tipos de mármol y los más exclusivos diseños.
Cerca de la catedral, el Museo Diocesano, que expone una colección de telas y objetos litúrgicos, estatuas y pinturas que pertenecen a la iglesia , como la fuente bautismal del siglo XV. !!Bellísima !!! como la tradición lo manda en forma octogonal en el costoso mármol veteado rojo y marfil y en el «Top» Juan el Bautista – Bautizando a Cristo en bronce.
Una CATEDRAL INUSITADA!!! Brillante por donde se la mire …digna de admirar, visitar … y recomendar su entorno también.
Otro templo para destacar en la ciudad: San Pietro.
Iglesia bizantina que se remonta al siglo X-XI, y que fue durante muchos años la sede de culto griego. El exterior tiene un aspecto austero; en contraste, el interior es una planta en cruz griega muy decorada. Tiene tres pequeñas naves sostenidas por ocho columnas, sus paredes y bóvedas recubiertas de frescos que representan escenas bíblicas. La bóveda de cañón de la nave situada al noroeste está adornada por la “Útima Cena” y el “Lavatorio de los pies”.
No es para despreciar sus magnificas vistas y espléndidas playas. Según las convenciones náuticas, el cabo de Otranto marca el punto en el que el marJónico se encuentra con el Adriático.
.