La versión de James Tissot (1886-1894) representa la escena desde el punto de vista opuesto al habitual, con lo que Cristo se ve de espaldas, semioculto por la cruz, la Virgen queda a la derecha del espectador y San Juan a la izquierda.
En el año 431 denuestra era, el patriarca Cirilo de Alejandría consiguió que se convocase un concilio en Éfeso, puesto que era el lugar donde vivió sus últimos años la Virgen María, y logró que la Iglesia declarase el primer dogma mariano de la historia: María, Madre de Dios.
Hasta aquel momento nadie en la historiade la humanidad había conseguido colocar a una mujer por encima de cualquier hombre. El concilio impulsó en el ámbito bizantino la devoción hacia la Madre de Dios La extensión de este fenómeno al ámbito occidental tuvo lugar algunos siglos después con la antífona «Salve Regina» –saludo a la virgen como Reina celestial compuesto en el siglo XI. Es una de las cuatro antífonas del Breviario dedicadas a la Virgen (las otras tres son Alma Redemptoris Mater, Ave Regina Coelorum y Regina Coeli)
«La entronización» de María desde principios del siglo XII en iglesias románicas como las de Sant Pere de Sorpe y Santa María de Taüll en Lérida (1123). María «Coronada» en el siglo XIII mediante obras literario-musicales Les Miracles de Notre Dame (1218-1228) del trovero Gautier de Coincy o las Cantigas de Santa María del rey Alfonso X “El Sabio” (1284).
En Italia, el movimiento franciscano destacó la devoción popular por la participación emotiva y física del dolor de María en la Pasión, la imagen de la virgen,la descripción del rostro y del cuerpo ensangrentados del hijo amado, la petición de ser crucificada con su hijo, la vergüenza por la desnudez del hijo constituirán los nuevos atributos de la virgen de los humildes: la Mater dolorosa.
Los primeros, «lauda spirituale», un tipo de oración cantada de orígenes franciscanos. San Francisco de Asís ( 1181-1226) había compuesto un «Cantico del Sole» (Laudes creaturarum) –considerado uno de los textos literarios más antiguos conservados en lengua italiana. pero le corresponde a Jacopone da Todi (1236-1306) haber creado el género: «Stabat Mater».
Los primeros laudi (como el propio Stabat mater) fueron compuestos en latín, pero pronto adoptaron los diversos dialectos itálicos y se propagaron fuera de los claustros franciscanos. El empleo del Stabat mater por los flagelantes está documentado por vez primera en los anales genoveses en 1388, mientras su uso por parte de la hermandad de los Bianchi ( blancos) –ligados históricamente a este himno– está registrado por vez primera en Provenza al final del mismo siglo.
Durante el siglo XV los laudi fueron ganando en elaboración artística, sin por ello perder sensibilidad popular: Adoptaron la polifonía (a dos o tres voces) y su composición e interpretación se delegó a músicos y poetas profesionales, como el veneciano Leonardo Giustiniani o el florentino Feo Belcari, respectivamente.
Gracias a lo emotivo y al hecho de estar escrito en lengua latina, el Stabat Mater alcanzó difusión internacional incorporándose a misales de toda Europa como «Secuencia «(fragmento cantado tras el aleluya en la misa medieval).
La versión recogida en el Liber Usualis habitualmente interpretada por las agrupaciones gregorianas actuales– corresponde a este periodo, aunque no fue la única versión (ni la más antigua) en circulación.
Las versiones polifónicas no se hicieron esperar, de modo que hacia finales de siglo encontramos ya varias versiones de muy distinto cuño y procedencia: Tres de origen inglés en el Eton Choirbook (compilado entre 1500 y 1505), la de Innocentius Dammonis (estrófica a 4 voces, en auténtico estilo laudístico italiano), así como la firmada por el “príncipe de los músicos”, Josquin Desprez, compositor que, según especialistas como Helmuth Osthoff, debe importantes rasgos de su estilo a la asimilación de la lauda durante su servicio en la corte milanesa en la década de 1470.
El Stabat Mater fue retirado del nuevo Misal Romano 1570– después del Concilio de Trento al igual que el resto de las Secuencias, excepto el Victimæ paschali laudes, el Veni, Sancte Spiritus, el Lauda Sion Salvatorem y el Dies Iræ de la misa de difuntos.
Benedicto XIII en 1727 volvió a darle su lugar perdido. El Stabat Mater entró durante un siglo y medio en un «parate»legal que en ningún caso supuso su olvido, como demuestra el hecho de que fuera el papa Gregorio XIV quien encargara a Palestrina la composición de su celebrado Stabat Mater a 8 voces por 1590 para uso en su capilla privada. La obra de Palestrina fue interpretada en la Capilla Sixtina como ofertorio de la misa del Domingo de Ramos durante todo el siglo XVII.
Pergolesi
El Stabat Mater de Pergolesi no es sólo la obra más influyente del género, sino una de las más partituras difundidas y celebradas de todo el siglo XVIII. Fundadora, en cierto modo, del clasicismo dieciochesco por su economía de medios, la claridad de sus líneas y su acertado equilibrio entre el estilo sacro y el teatral, la obra fue además –según estimaciones de Dennis Shrock– la más reimpresa de su siglo.
Realizada por encargo de la Cofradía de la Virgen de los Dolores y estrenada en 1736, año de la muerte del compositor. Inmediatamente gozó de un gran éxito por todo Europa y su manuscrito fue copiado, profusamente interpretado e incluso adaptado por otros músicos. La obra original está compuesta para castrados (la Iglesia prohibía a las mujeres exhibirse y cantar en lugares de culto), uno soprano y otro contralto, aunque en la actualidad es interpretada por una soprano y mezzosoprano. o bien contratenor y tenor ligero. Este último canta principalmente desde la voz del pecho, mientras que el primero lo hace exclusivamente en falsete, puede cantar en un rango alto como soprano. Pergolesi concibió el Stabat Mater para una orquesta de cuerda y bajo continuo, con los violines distribuidos en dos grupos.
Pergolesi tiene el record de alcanzar la genialidad universal en el menor tiempo de vida, 26 años. A pesar de su corta existencia, ha dejado a la posteridad numerosas obras; desde óperas bufas y serias, cantatas y otros tipos de piezas. Gozó de una gran popularidad en su época como compositor teatral, aunque la mala salud que arrastraba desde la niñez acabó con su vida.
Esta obra fue compuesta inicialmente para un reducido número de intérpretes, pues debía ejecutarse en una capilla concreta, la del Duque de Maddaloni, de la iglesia napolitana, de Santa Maria dei Sette Dolori, donde debían congregarse los caballeros de la Cofradía y además los músicos. La obra ha sido adaptada una y mil veces para ser ejecutada con todo tipo de variaciones en la composición orquestal: orquesta de cuerda, orquesta completa con decenas de instrumentos, con o sin coro de niños o de adultos, etc, etc.
Pergolesi divide su Stabat Mater en doce números, como es habitual en el Barroco, el primer verso con que comienzan lo marca; hay números de tan solo tres versos y otros con 15 versos. El texto original del Stabat Mater consta de diez estrofas de seis versos cada una, cuyos versos riman en la forma AACBBC; sin embargo Pergolesi se toma la libertad de no tomar los sextetos completos, sino que toma los versos siempre de tres en tres como le es más útil para sus intereses compositivos.
Duetto | Stabat Mater dolorosa | Estaba la Madre dolorosa |
– | juxta crucem lacrimosa, | junto a la Cruz llorosa |
– | dum pendebat filius. | en que pendía su Hijo. |
– | Cuyus animam gementem | Su alma gimiente, |
– | contristantem et dolentem | contristada y doliente |
– | pertransivit gladius | atravesó la espada. |
Aria de soprano | O quam tristis et afflicta | ¡Oh, cuán triste y afligida |
– | fuit illa benedicta | estuvo aquella bendita |
– | Mater unigeniti. | Madre del Unigénito. |
– | Quae moerebat et dolebat. | Languidecía y se dolía |
– | Pia Mater, cum videbat | la piadosa Madre que veía |
– | Nati poenas incliti | las penas de su excelso Hijo. |
3 Duetto | Quis est homo qui non fleret, | ¿Qué hombre no lloraría |
– | Matrem Christi si videret | si a la Madre de Cristo viera |
– | In tanto supplicio? | en tanto suplicio? |
– | Quis non posset contristari, | ¿Quién no se entristecería |
– | Piam matrem contemplari | a la Madre contemplando |
– | Dolentem cum filio? | a su doliente Hijo? |
Aria de Contralto | Pro peccatis suae gentis | Por los pecados de su gente |
– | vidit Jesum in tormentis | vio a Jesús en los tormentos |
– | Et flagellis subditum. | y doblegado por los azotes. |
– | Vidit suum dulcem natum | Vio a su dulce Hijo |
– | Morientem desolatum | muriendo desolado |
– | Dum emisit spiritum. | al entregar su Espíritu. |
Duetto | Eia mater, fons amoris, | Ea, Madre, fuente de amor, |
– | Me sentire vim doloris | házme sentir tu dolor, |
– | Fac, ut tecum lugeam. | contigo quiero llorar. |
– | Fac ut ardeat cor meum | Haz que mi corazón arda |
– | In amando Christum Deum, | en el amor de mi Dios |
– | Ut sibi complaceam. | y en cumplir su voluntad. |
Aria de Soprano | Sancta mater, istud agas, | Santa Madre, yo te ruego |
– | Crucifixi fige plagas | que me traspases las llagas |
– | Cordi meo valide. | del Crucificado en el corazón. |
– | Tui nati vulnerati | De tu Hijo malherido |
– | Iam dignati pro me pati, | que por mí tanto sufrió |
– | Poenas mecum divide! | reparte conmigo las penas |
Aria de Contralto | Fac me vere tecum flere, | Déjame llorar contigo |
– | Crucifixo condolere, | condolerme por tu Hijo |
– | Donec ego vixero. | mientras yo esté vivo. |
– | Juxta crucem tecum stare | Junto a la Cruz contigo estar |
– | et me tibi sociare | y contigo asociarme |
– | In planctu desidero. | en el lanto es mi deseo. |
8Duetto | Virgo virginum praeclara, | Virgen de Vírgenes preclara |
– | Mihi iam non sis amara, | no te amargues ya conmigo |
– | Fac me tecum plangere. | déjame llorar contigo. |
– | Fac ut portem Christi mortem, | Haz que llore la muerte de Cristo |
– | Passionis fac sortem | házme socio de su Pasión, |
– | Et plagas recolere. | haz que me quede con sus llagas. |
Duetto | Fac me plagis vulnerari, | Haz que me hieran sus llagas |
– | fac me cruce inebriari | haz que con la Cruz me embriague |
– | et cruore Filii., | y con la Sangre de tu Hijo. |
– | Flammis ne urar succensus | Para que no me queme en las llamas |
– | Per te virgo, sim defensus | defiéndeme tú, Virgen santa, |
– | In die judicii. | en el día del juicio. |
Aria de Contralto | Christe, cum sit hinc exire, | Cuando, Cristo, haya de irme, |
– | da per matrem me venire | concédeme que tu Madre me guíe |
-Duetto | ad palmam victoriae | a la palma de la victoria. |
Quando corpus morietur | Y cuando mi cuerpo muera, | |
-Duetto | Fac ut animae donetur | haz que a mi alma se conceda |
Paradisi gloria. | del Paraíso la gloria. | |
– | Amen. | Amén. |
Lo mejor …
Esta maravillosa grabación realizada con instrumentos originales en 1983: la de René Jacobs, contratenor holandés, en la voz de alto y como director del conjunto, con Sebastián Hennig, un niño cantor, como soprano, y un reducidísimo plantel orquestal: Dos violines (Dirk Vermeulen y Staas Swierstra), viola (Ruth Hesseling), y continuo: violonchelo (Richte van der Meer), violón (versión antigua del contrabajo, ejecutado por Anthony Woodrow) y órgano positivo (Johan Huys). Ocho intérpretes, es todo lo que se necesita para realizar esta maravilla.
Pero no terminó aquí la historia de esta famosa obra…
El Stabat Mater de Rossini adelantó rasgos distintivos del siglo XIXpor ejemplo: su estreno en una sala de conciertos, en lugar de en un templo, esto ocurrirá cada vez con mayor frecuencia con misas, réquiems y otros textos litúrgicos, pensados más para el disfrute musical que para la liturgia.
El Stabat Mater (1877) de Dvořák, concebido a raíz del fallecimiento en 1875 de su hija Josefa (de dos días de edad) y completado tras la muerte en 1877 de los dos hijos que le quedaban. En esta magistral obra de más de hora y media de duración, y gracias a un plan formal de amplias proporciones, Dvořák logró disimular el defecto más señalado del texto: la monotonía de sus registros expresivos.
Esta fórmula fue la escogida por Liszt, quien incluyó un Stabat Mater en la tercera parte de su oratorio Christus (1867), pero también lo fue para Théodore Dubois y César Franck. Del primero es Les septs paroles du Christ (1867), estrenado en Santa Clotilde de París en Viernes Santo, donde fue interpretado desde su estreno cada año hasta la segunda década del siglo XX.
También incluye un Stabat Mater el oratorio Les Béatitudes (1878) de Franck, organista en Santa Clotilde desde 1859, pero que, al contrario de la obra de Dubois, sólo llegó a interpretarse póstumamente. Tampoco debemos olvidar la inclusión de un brevísimo Stabat Mater en las Cuatro piezas sacras (1897) escritas por Verdi al final de su vida, así como el de Charles Villiers Stanford (1901).
Un siglo después de Liszt, Dubois y Franck, Krzysztof Penderecki optó igualmente por integrar el Stabat Mater (seis estrofas) en su Pasión según San Lucas (1962). Otros ejemplos, la breve y camerística obra de Wolfgang Rihm, de un contenido neoexpresionista que enlaza directamente con la II Escuela de Vienesa.
Durante el siglo XX, obras de enorme poder evocador, como las del polaco Karol Szymanowski (1926) y Francis Poulenc (1950). El formato sinfónico-coral de la tradición romántica, persiste en obras más tardías como las de Herbert Howells (1965) y Salvador Brotons (1997). Las obras de los noruegos Knut Nystedt (1986) y Trond Kverno (1991), el suizo Carl Rütti (1992) o los estadounidenses Brian Schober (1994) y Frank Ferko (1999).
Lo último lo encontramos en los movimientos neorrománticos (o neoespirituales), protagonizados por profesionales provenientes del jazz o de la música de cine que recogen en cierto modo del “minimalismo sacro”. Arvo Pärt –autor él mismo de un Stabat Mater (1985). Cabe destacar la obra del eslovaco Vladimír Godár (2001), el francés Bruno Coulais (2005) o el galés Karl Jenkins (2007).
En el siglo XXI esta humilde plegaria seguramente suscitará obras grandiosas… porque el texto latino no ha variado, sigue tan actual y contundente. como cuando fue creado.
Preferida si las hay