nombrados ambos cardenales más tarde, eran conocidos entonces como buenos escritores y vivieron en Roma al mismo tiempo que Rafael.
Aquí, un autorretrato con Julio Romano
Su dibujo
Era parte fundamental de su método de trabajo: realizaba esbozos o estudios al natural para enfocar en detalle una composición. Hizo uso exhaustivo y poco habitual, tanto en papel como en yeso, de «la aguja ciega», marcando líneas que dejaban solo una hendidura, pero ninguna marca. Estas pueden ser vistas en el muro de La escuela de Atenas, en dibujos y en «los Cartones» como diseños para tapices que eran. Estos, fueron completamente coloreados con pintura al temple, y enviados a Bruselas para ser tejidos.
Sus obras estudiadas como «Joyas del arte académico».
El período de mayor influencia se extendió desde finales del siglo XVII hasta finales del siglo XIX. Fue visto como el modelo perfecto de la historia de la pintura, y al mismo tiempo era considerado como el artista más encumbrado. Sir Joshua Reynolds –fundador de la Royal Academy of Arts en su obra Discursos, alabó su simple, grave y majestuosa dignidad y dijo que se sitúa como el principal, el primero [sobre los mejores] pintores, especialmente por sus frescos (entre los que incluía los Cartones). Reynolds mostraba menos entusiasmo por las pinturas de caballete de Rafael, pero la sentimentalidad que desprenden las hizo muy populares durante el siglo XIX.
Sobre esto escribió Wölfflin:«Nos hemos acostumbrado a ellas desde la infancia, a través de un enorme número de reproducciones, cosa jamás hecha por algún otro artista…»
En consecuencia surge en la Inglaterra victoriana del siglo XIX, la Hermandad Prerrafaelista que reaccionó explícitamente en contra de la influencia academicista (y también en contra de la de sus admiradores, como Sir Joshua Reynolds) en busca de un retorno hacia el detallismo minucioso y al luminoso colorido de los primitivos italianos y flamencos, anteriores a Rafael -de ahí el nombre del grupo- a los que consideraban auténticos.
Aquí, una de sus obras…la Madonna de los angelitos
La Madonna Sixtina
Se encuentra en la actualidad, en Gemäldegalerie Alte Meister- Dresde- Alemania
Medida 265 cm × 196 cm realizada entre 1513- 1514 fue la última de sus Madonnas con el niño que el amaba pintar.
Goethe, impresionado por el cuadro, escribió sobre Rafael: “Él creaba siempre lo que otros soñaban crear”.

Este cuadro inaugura toda una tradición pictórica en representaciones de la Virgen, que luego triunfaría en el período Barroco.
El pintor y arquitecto italiano Carlo Maratti (Maratta) (1625-1713) dijo: “Si me mostraran el cuadro de Rafael y nada supiera de él mismo, y me dijeran que es la creación de un ángel, lo hubiese creído”.
Fue encargada por el Papa Julio II en honor a su difunto tío, el papa Sixto IV, para un retablo en la Basílica del Monasterio benedictino de San Sixto en Piacenza, donde se conservaban desde el siglo IX las reliquias del papa Sixto II (que fue martirizado en el año 258). La Comisión requería que la pintura representara dos Santos: San Sixto y santa Barbara.
La acertada simetría, el volumen escultórico de las figuras y el dulce aspecto de la escena hacen de esta imagen el prototipo de la pintura clásica. Creó una composición triangular con una profundidad ilusionista, usando la forma piramidal tipica del Alto Renacimiento. Su genialidad reside en que tenía una amplia capacidad de síntesis y dominio de la armonía para componer una obra. Utilizó además como simbolismo numérico el seis: Sixto significa seis en latín, hay seis figuras y seis dedos en la mano de san Sixto como signo de su sexto sentido.
Gombrich dice sobre el artista: «su maestría para crear imágenes de extrema dulzura, gran sencillez pero profundamente estudiadas y llenas de vida además de ser parte de un equilibrio perfecto donde nada es demasiado y cualquier cosa de menos se sentiría».
La composición
Esta pintura es un óleo sobre lienzo, poco usual en las obras de Rafael, pues solía pintar habitualmente sobre tabla. En el centro y eje del cuadro una joven Virgen María bella y pensativa que porta en sus brazos a Jesús niño sobre un fondo nuboso con rostros de querubines.
La más importante novedad es el tratamiento de la escena: la vemos «avanzar» sobre nubes.Es María: intercesora entre Dios y la humanidad. La idea de la «intercesión» años más tarde lo asumirá el Concilio de Trento (1545-1563).
Acompañada de san Sixto a su derecha -cuya mano señala al espectador (aquí vemos los seis dedos)- santa Bárbara a su izquierda, en un acentuado y gracioso escorzo, empleando perspectiva «de sotto in su» ( el punto central más abajo que el centro de la obra) aumentando de esta manera la tensión de la escena y estableciendo una «línea envolvente» a través de las miradas de los diferentes personajes.
La iluminación juega un importante papel en el conjunto: los colores son fríos, animados por algunos toques de rojo en lugares puntuales: el vestido de María y el interior de la capa dorada de san Sixto.
En la base del lienzo, junto a la Tiara papal, se apoyan pacientemente dos querubines.
Modelos
San Sixto

Es Julio II el modelo para el santo. Tiene barba. Durante la guerra con Francia, el papa se dejó la barba y juró que no iba a afeitarse hasta que los franceses fueran expulsados de Italia. Lleva una capa dorada, decorada con bellotas, el «emblema» de los della Rovere, su familia. El peso y la textura de la capa del santo tiene brillantez, simplifica la forma con elegantes pliegues.
La Madonna

Se trata de Margherita Luti, más conocida como “La Fornarina”, hija de un panadero. Durante esta época Rafael mantenía con ella una relación sentimental y la toma como modelo aunque se aprecia claramente la dulcificación de sus rasgos y de la mirada de la Madonna en comparación con otros cuadros. Podemos ver a Margherita retratada en otras de sus obras como Retrato de una joven o también conocido como La Fornarina y La Dama velada.

Santa Bárbara
Una de las sobrinas de Julio II para santa Bárbara -se apunta a Julia Orsini – La dama del unicornio. El cortinado tapa parte del atributo de la santa: La torre.
Los querubines famosos

Aparecen en la parte baja del lienzo a la altura de la tiara papal dirigen su mirada hacia arriba para aumentar con su gesto la división entre lo terrenal y lo celestial. Este tipo de ángel aparece por primera vez en el renacimiento. Le llaman putti derivado de putto que significa niño en italiano. Son el paradigma de la naturalidad, la belleza y la ternura de la pintura de Rafael.
La Revista de San Nicolás de 1912 cuenta que Rafael se inspiró en «dos niños callejeros» cuando los vio «mirar con nostalgia la ventana de una panadería.» La humanización de las figuras será una constante en se pintura, acercando la Religión al fiel para seguir las teorías del Humanismo imperante en la cultura del Renacimiento Italiano.
Destino de la obra
La Madonna Sixtina estuvo en Convento de San Sixto hasta 1753, cuando fue vendido al príncipe Federico Augusto II, elector de Sajonia y rey de Polonia (como Augusto III) entre 1733 y 1763, quien pagó por élla 25.000 escudos romanos, que para entonces era una suma descomunal. Cuentan que Augusto III, no solo salió a recibir el famoso cuadro, sino que con sus propias manos apartó hacia un lado su trono, diciendo: “¡Hagan lugar para el gran Rafael!”.
La obra se trasladó en 1754 al museo fundado por el: Gemäldegalerie Alte Meister- Dresde- donde alcanzó un nuevo protagonismo:

1 -Por haber pagado el precio más alto hasta ese momento por una pintura.
2-La influencia de esta pintura en Alemania: Hans Belting historiador del arte alemán, reconocido especialista sobre el arte medieval y renacentista dice:
La Madonna Sixtina de Dresde ha disparado la imaginación de los alemanes, unir o dividir en el debate sobre el «arte y la religión» …. Una y otra vez, esta pintura ha sido aclamada por su supremacía entre los cuadros del mundo y se le ha otorgado el epíteto de «Divina»
La pintura alcanzó notoriedad inmediatamente. Fue celebrada por Johann Joachim Winckelmann el famosísimo precursor de la historia del arte y fundador de la arqueología moderna en su popular e influyente obra Geschichte der Kunst des Alterthums (1764). En ella habla del posicionamiento de esta pintura en el público y que es ella el centro de un debate sobre la importancia relativa de elementos clásicos y cristianos.
En las últimas décadas del siglo XVIII una serie de historias – novelas e incluso una obra de teatro -«Raphael» la presenta como una «visión celestial» que le permitió pintar su Divina Madonna.
También se afirma que la pintura ha provocado en muchos espectadores, un estado de éxtasis religioso parecido al Síndrome de Stendhal (incluyendo pacientes de Freud ). Este poder, digamos casi milagroso de la obra es un icono del siglo XIX en el romanticismo alemán .
La imagen también influenció a Goethe , Wagner y Nietzsche.
Según Dostoievski, la Madona sixtina es «la mayor revelación del espíritu humano».
En 1855, el «Königliches Neues Museum» ( El Nuevo Museo Real) se abrió en un edificio diseñado por Gottfried Semper , a la Madonna Sixtina se le dio una habitación propia.
Durante la II Guerra Mundial los nazis esconden La Madonna Sixtina junto a muchas otras obras maestras de la pintura y escultura. El Ejército soviético, tras una complicada investigación, las encuentran en una cantera abandonada en los alrededores de Dresde en 1945.
En 1955 La Madonna Sixtina es devuelta al Gemäldegalerie Alte Meister – Dresde – Alemania donde se la puede visitar actualmente.
