El noruego Edvard Munch, influido en sus inicios por el Impresionismo y el Simbolismo, derivó hacia un estilo personal que sería fiel reflejo de su interior obsesivo y torturado, con escenas opresivas y enigmáticas centradas en el sexo, la enfermedad y la muerte:
El Expresionismo
Estilo surgido en Alemania a principios del siglo xx, que plasmó en un gran número de campos:
Artes plásticas, arquitectura, literatura, música, cine, teatro, danza, fotografía, etc.
Surgido como reacción al Impresionismo, frente al Naturalismo y el carácter positivista de este movimiento de finales del sigloXIX, los «Expresionistas» defendían un arte más personal e intuitivo, donde predominase la visión interior del artista la «Expresión» frente a la plasmación de la realidad, «la Impresión».
Su primera manifestación fue en el terreno de la pintura, coincidiendo con la aparición del fauvismo francés, hecho que convirtió a ambos movimientos artísticos en los primeros exponentes de las llamadas «vanguardias históricas».
Más que un estilo… fue un movimiento heterogéneo, una actitud, una forma de entender el arte.
Aglutinó a artistas de tendencias muy diversas, de colores violentos y diferente formación y nivel intelectual. … su temática: soledad, miseria.
«El expresionismo» reflejó claramente la amargura que invadió a los círculos artísticos e intelectuales de la Alemania prebélica, de la Primera Guerra Mundial 1914-1918 y del período de entreguerras 1918-1939.
Esa «amargura», provocó un deseo vehemente de cambiar la vida, de buscar nuevas dimensiones a la imaginación y de renovar los lenguajes artísticos.
Defendían la libertad individual, la primacía de la expresión subjetiva, el irracionalismo, el apasionamiento por los temas prohibidos: lo morboso, demoníaco, sexual, fantástico o pervertido.
Fue un fiel reflejo de las circunstancias históricas en que se desarrolló, reveló el lado pesimista de la vida, la angustia existencial del individuo alienado y aislado en la sociedad moderna e industrializada.
Entendido como una genuina expresión del alma alemana, su carácter existencialista, su anhelo metafísico y la visión trágica del ser humano en el mundo le hicieron reflejo de una concepción existencial liberada al mundo del espíritu y a la preocupación por la vida y la muerte, concepción que se suele calificar de «nórdica» por asociarse al temperamento que identifica a los países del norte de Europa.
Las imagen angustiosa y desesperada de Munch de «El grito» de 1893, lo convirtió en el paradigma de la soledad, la incomunicación que fueron los principales puntos de arranque del «Expresionismo«.
Sobre este cuadro, en particular se han dicho y admitido, las más increíbles historias desde la aparición de la famosísima obra.
Se ha asumido durante mucho tiempo que el personaje del «El grito» de Edvard Munch es una «metáfora de la angustia», que permanece en la imaginación popular desde hace más de un siglo después de su creación. Cuentan que estuvo inspirado en la expresión de asombro de una momia peruana que el artista vio en la Exposición Universal de 1889, en París.
Otra, es todo lo contrario…que su autor, un artista más preocupado por el futuro que por el pasado, le inquietaba especialmente el ritmo y avances de la tecnología. Posiblemente que se haya alarmado ante el asombroso espectáculo de una enorme bombilla llena de otras 20.000 más pequeñas, expuestas sobre el pabellón en la misma muestra de de la Expo de París de 1889
Esta escultura, era un tributo al pensamiento de Thomas Edison, que se levantó en París como un dios luminoso que anunciaba una nueva idolatría… lo cual activó la mente de Munch.
Los contornos de la cara aullante en «El grito» reflejan con extraordinaria precisión la mandíbula caída y el cráneo bulboso del aterrador tótem eléctrico de Edison.
Se le atribuyen los fuertes colores del cielo, el espectáculo resultado de las cenizas volcánicas que se vio en su País -Noruega de la erupción del famoso volcán Kracatoa-Indonesia.
En 2004, un astrónomo propuso que el cielo rojo ensangrentado mostrado en la pintura «El grito» 1893 de Edvard Munch es también una precisa representación del cielo sobre Noruega después de la erupción en 1883.
Esta explicación ha sido discutida por eruditos del arte, quienes notan que Munch fue más un pintor expresivo que descriptivo.
Los observadores climáticos de la época estuvieron atentos a los efectos en el cielo. Llamaron al fenómeno como la «corriente ecuatorial de humo»,representando la primera identificación de lo que se conoce hoy en día como «corriente en chorro».
Esta erupción también produjo un «anillo de Bishop» alrededor del Sol diariamente y una luz púrpura volcánica en el crepúsculo.
Otra más…la inspiración para «El grito» podría encontrarse en la atormentada vida del artista, un hombre educado por un padre severo y rígido que, siendo niño vio morir a su madre y a una hermana de tuberculosis y Laura, su hermana favorita, le diagnosticaron trastorno bipolar y fue internada en un psiquiátrico.
El estado anímico del artista queda reflejado en estas líneas, que Munch escribe en su diario hacia 1892:
«Paseaba por un sendero con dos amigos; el sol se puso. De repente, el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio: sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad. Mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad. Sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza».
«El grito«, se llamó «La desesperación«. Según detalla Robert Rosenblum, historiador y conservador de arte estadounidense, conocido por su erudición, influyente y con frecuencia, irreverente en temas de arte europeo y americano de mediados del siglo XVIII al siglo XX, especialista de la obra del pintor.
Munch pintando en una playa de Alemania por 1907
El cuadro fue expuesto por primera vez en 1893, formando parte de un conjunto de seis piezas titulado «Amor».
La idea era, representar las distintas fases de un idilio, desde el enamoramiento inicial a una ruptura dramática. «El grito» representaba la última etapa, envuelta en manifiesta angustia.
El conjunto «Amor», fue clasificado como «arte demente» y más tarde, el régimen nazi clasificó a Munch obviamente de «artista degenerado»y retirando todos los cuadros que había en una exposición en Alemania. Un crítico de entonces, consideró el conjunto y en particular «El grito», tan perturbador, que aconsejó a las mujeres embarazadas no visitar la exposición.
La reacción del público fue discrepante y el cuadro se convirtió en motivo de discusión y por primera vez se hace mención de «El grito» en las fuertes críticas y reportajes de la época, especulándose sobre la salud mental de su autor.
Lo cierto es que…
Realizó cuatro versiones de esta obra.
El original de 1893 -91 x 73,5 cm- con una técnica mixta de óleo y pastel sobre cartón, está expuesto en la Galería Nacional de Oslo.
La segunda -83,5 x 66 cm- en témpera sobre cartón se exhibió en el Museo Munch de Oslo hasta que fue robado en 2004. El 31 de agosto del 2006 la policía de Oslo anunció que la segunda versión de la obra fue recuperada, junto con la «Madonna», otra obra del mismo autor también robada en el 2004.
La tercera pertenece al mismo museo y la cuarta es propiedad de un particular.
Para responder al interés que el público demostró por su obra, Munch realizó también una litografía -1895 que permitió imprimir el cuadro en revistas y periódicos.
Edward Munch- 1863-1944 fue un pintor y grabador noruego perteneciente a la corriente expresionista. Sus primeras obras nos reflejan su angustiosa vida marcada desde la niñez.
Considerado el precursor del expresionismo, un estilo personal marcado por su soledad, depresión y alcoholismo, contrastó notablemente con las pinturas impresionistas de la época.
Originario de Noruega, vivió una vida llena de sufrimiento y angustia, hecho que contribuyó al desarrollo de su creatividad con la que trataba de “diseccionar almas”, tal y como él describía.
Su infancia difícil. Perdió a su madre cuando él tenía 5 años, su hermana sufría de un trastorno bipolar y fue internada y murió cuando el artista tenía 15 años. Su padre, hombre dominador que a sus 5 hijos los obsesionaba con sus ideas religiosas. De aquí nació su personalidad conflictiva y a veces desequilibrada que alguna vez hizo que él mismo se internara en un hospital mental, al mismo tiempo lo consideraba que este trastorno era la base de su genio. Sus obras trataban sobre las angustias y temas existenciales.
Esos sentimientos y tragedias humanas se resumieron en una serie que llamó «El friso de la vida». En esta serie podemos ver tres temas principales: el amor, la angustia y la muerte.
Es uno de los condicionantes que le impulsaron a emitir este grito visceral. El simbolismo de la imagen es patente en el rostro agitado del protagonista en primer plano, que es casi una calavera que aprieta el cráneo con las manos para que no le estalle.
El empleo de los colores, violentos, arqueados en agresivas bandas es puramente simbólico y trata de transmitir al espectador el agitado estado de ánimo del autor.
«Sentimiento profundo de ansiedad«
Tanto el padre como la hermana de Munch sufrían episodios de depresión y el artista fue hospitalizado en 1908 debido a una crisis nerviosa.
«Desde que tengo memoria he sufrido un sentimiento profundo de ansiedad que he tratado de expresar con mi arte», escribió Munch.
«Sin esta ansiedad y enfermedad yo habría estado como un barco sin timón», dijo.
En 2019, BBC Arts escribió que la pieza era «una expresión de su ansiedad en un punto de inflexión en la historia, en un mundo cada vez más alejado de las viejas tradiciones», y señaló «existen claros paralelos con el mundo de hoy».
«Esta es sin duda la razón por la que ‘El grito’ conserva su poder a pesar de su ubicuidad: es un espejo de nuestros propios miedos contemporáneos. Por dentro, ¿no estamos todos gritando también»?
Esta sensación se refuerza con la presencia de dos testigos mudos, lejanos, anónimos, dos figuras negras que se recortan al fondo de una violentísima perspectiva diagonal que agrede la visión de quien la contempla. Las formas se retuercen y los colores son completamente arbitrarios, tan sólo intentan expresar el sentimiento del autor y no una verdad racional.
La corriente expresionista promulga la supremacía de la expresión por sobre la descripción. Es decir, la calidad del arte es mayor en cuanta mayor expresividad …
“El grito”, robada y recuperada en 2 ocasiones, es la obra maestra de su autor y «el cuadro expresionista por excelencia». La versión que llevaba 70 años en manos del noruego Petter Olsen, cuyo padre había sido vecino, amigo y luego mecenas de Munch, fue subastada el 2 de mayo de 2012 por 119,9 millones de dólares, en la casa Sotheby’s de Nueva York, convirtiéndose así en la obra más cara vendida en una subasta.