Es el imperativo latino de “laetor” que significa alegrarse, con referencia a la Pascua en medio de la austeridad cuaresmal.
La misa del cuarto domingo de cuaresma…
Se le llama de esa manera, por la primera palabra del “Introito” de la Misa del domingo de“laetare Jerusalem” (Is. 66). También era llamado “de las rosas” pues anunciaba la Pascua florida.
En este domingo se sitúa una curiosa tradición que tiene su origen en el oriente bizantino, este domingo de la cuaresma se celebraba una fiesta en honor del santo leño de la cruz, al cual se le tributaba un homenaje floral, las flores, eran signo de Cristo resucitado, y en especial: las rosas.
Domingo de “Laetare”
Por la época de Pipino el breve , en el siglo VIII se promueve la unificación de la liturgia en Europa occidental: La Liturgia Romana tradicional y la Galicana muy desarrollada y popular. Continuo con esta tarea el primogénito de Pipino el Emperador del Sacro Imperio Romano Carlo Magno dando un fuerte espaldarazo al Canto gregoriano nombre con que se conoció la monodia o canto llano en honor al Papa Gregorio Magno quiéne los recopiló.
El domingo del “Laetare”, es la antífona de entrada de la misa, tomada del profeta Isaías 66,10-11: “Alégrate, Jerusalén, y que se reúnan cuantos la aman. Compartan su alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su felicidad”.
Al igual que el tercer Domingo de Adviento, el otro Tiempo Fuerte de la Iglesia llamado de “Gaudete”, se rompe el esquema litúrgico de la Cuaresma, por ejemplo:
Predomina el carácter alegre de la celebración litúrgicamente hablando.
Se usa el color rosáceo en los ornamentos, siempre que sea posible. Debido a que es intermedio entre el blanco de la Gloria y el morado o púrpura de la penitencia.
Los ornamentos pueden ser más bellamente adornados.
Los diáconos que sirven en el altar, pueden utilizar dalmática de ese mismo color rosa.
Se puede hacer uso del órgano.
Este Domingo de “Laetare” nos hace la invitación a contemplar y mirar más allá de la triste realidad del pecado, mirando a Dios, fuente de infinita misericordia.
Es la invitación a convertirnos de corazón a Dios, cumpliendo sus mandamientos que nos hacen libres.
Seguimos en Cuaresma aunque celebremos este domingo de“laetare”.
No significa un alto a nuestras privaciones y penitencias que cada unos nos hemos trazado en el inicio de este camino cuaresmal, sino que nos recuerda que detrás de la penitencia, está el deber de vivir en la Gracia que nos es dada por Dios en su insondable misericordia y amor de Padre.
«Bendición de la Rosa»
En el siglo X nace esta tradición que se remonta León IX año 1.049.
Inocencio III dijo : «Como el Laetare, el día escogido para la función, representa el amor después del odio, la alegría después de la tristeza, la saciedad después del hambre, lo mismo hace la rosa, designada por su color, olor y sabor, el amor , la alegría y la saciedad, respectivamente. «
La rosa a la flor referida en Isaías 11:01: » Saldrá una vara del tronco de Jesé, y una flor se levantará de su raíz».
En el IV Domingo de la Cuaresma, el pontífice, iba desde el Palacio de Letrán a la Basílica Estacional de Santa Cruz de Jerusalén, donde se encuentran las reliquias de la Santa Cruz, llevando en la mano izquierda una rosa de oro que significaba la alegría por la proximidad de la Pascua.
Al principio no era exactamente una rosa sino un esenciero con aromas de rosa, después los orfebres pontificios realizaron un pequeño rosal con rosas, hojas y botones al que se perfumaba con aroma de rosas y consagrado con el santo crisma. En el medioevo, se identificaba la rosa de oro con el homenaje que Maria Magdalena tributó a los pies del Señor en Betania.
Con la mano derecha, el Papa bendecía a la multitud. Regresando procesionalmente a caballo, su montura era conducida por el prefecto de Roma. Al llegar, le obsequiaba la rosa, en reconocimiento por sus actos de respeto y homenaje.
De ahí tuvo inicio la costumbre de ofrecer la «Rosa de Oro», a personalidades y autoridades que mantenían una buena relación con la Santa Sede, como príncipes, emperadores, reyes, etc.
La rosa era regalada como reconocimiento pontificio, luego se amplió a personalidades, en algún periodo fue exclusivamente regalo para las reinas cristianas.
Últimamente los Papas han regalado la rosa de oro a los santuarios marianos: Fátima Portugal-El papa Francisco ha entregado la tercera Rosa de Oro a la Virgen de Fátima el pasado 13 de mayo de 2017, las ocasiones anteriores fueron en 1965 con Pablo VI y en 2010 por Benedicto XVI.
Aparecida. Brasil 1967 -Pablo VI, Luján .Argentina. 1982 -Juan Pablo II. Guadalupe y Loreto. 1988 -Juan Pablo II, Jasnagora Czestokowa.Polonia.2006 Benedicto XVI, Santa Mª en Pompeya 2008 Benedicto XVI.
El hecho de reglar la rosa de oro posiblemente sustituyó al antiguo rito de regalar las llaves de oro y plata con limaduras de las cadenas de San Pedro que los pontífices regalaban a los reyes.
Igualmente el color rosado de los ornamentos litúrgicos de este día hacen referencia a la rosa en su perfume y color. Se perfumaba el altar, con el exquisito perfume a rosas como claro recuerdo de la rosa de oro.
Algunas rosas…
Está en el santuario de Knock -Irlanda.
Diseñada por Bernini y donada en 1658 por el papa Alejandro VII a la Catedral de Siena -Italia.
Del año 1330 por Juan XXII al conde de Neuchâtel. Se conserva en el museo de Cluny -Francia.
Se conserva en el santuario de Scherpenheuvel -Bélgica.
2009- Benedicto XVI al santuario de la Virgen de la Cabeza de Jaén -España.
Y en el año 1773 la rosa regalo de Clemente XIV a la reina María Carolina de Nápoles y Sicilia- Italia.