Messiaen…

Cuando le preguntaron quién era él respondió: «Soy músico, esa es mi profesión; soy experto en ritmo, esa es mi especialidad; soy ornitólogo, esa es mi pasión».

Apredía de los pájaros… los llamaba «maestros». Registraba sus cantos directamente en una hoja pentagramada. No los imita, los recrea, los describe e interpreta a través de la música.

Olivier_Messiaen_(1986)

Olivier Messiaen nació en Aviñón, 10 de diciembre de 1908- falleciendo en Clichy, Île-de- France, 27 de abril de 1992.

Fue compositor, organista, pedagogo y ornitólogo francés, uno de los músicos más destacados de la centuria. Tanto su fascinación por el hinduismo como su admiración por la naturaleza y los pájaros, su profunda fe y su amor por el color instrumental fueron primordiales para su formación como artista.

Aqui una foto de una clase con Dukas… es el primero sentado a nuestra derecha

classe-dukas

Ingresó en el Conservatorio de París a la edad de 11 años, y tuvo como profesores a Paul Dukas, Marcel Dupré, Maurice Emmanuel y Charles-Marie Widor. Fue designado organista en la Iglesia de la Santa Trinidad de París en 1931, puesto que ocupó hasta su muerte.

En 1936, Messiaen, Jolivet, Daniel-Lesur e Baudrier formaron el grupo «La Jeune France» -‘la Joven Francia’ para promover la nueva música francesa.

En 1937, en respuesta a un encargo de una pieza de acompañamiento para un espectáculo de luz y sonido en el Sena que se iba a proyectar durante la Exposición Internacional de las Artes y las Técnicas en la Vida Moderna.

Messiaen mostró su interés en usar un instrumento electrónico, componiendo la no publicada Fêtes des belles eaux, para un conjunto de seis ondas Martenot.​ Messiaen incluyó partes para este instrumento en muchas de sus composiciones.

Maestro ejemplar

Alumnos… admiradores… seguidores

En un primer momento, fue eclipsado por el modernismo radical de sus propios alumnos, relegado a un segundo plano durante las décadas en las que fue considerado: figura de transición de la música francesa entre el Impresionismo tardío de Maurice Ravel y la vanguardia plena de Pierre Boulez.

Entre los primeros alumnos: Boulez y la pianista Yvonne Loriod. El compositor griego Xenakis se relacionó brevemente con él en 1951, en 1952, Stockhausen en 1958, y por poco tiempo, Kurtág de 1967 a 1972, Murail; en la segunda mitad de la década de 1970, George Benjamin y también Alain Louvier.

Messiaen los animó y exhortó para que sacasen partido de sus conocimientos y los usasen en su propia música. Boulez comentó que aunque Messiaen no había llegado a los cuarenta años sus alumnos ya le consideraban un maestro excepcional, los animaba a encontrar su propia voz en vez de imponerles sus propias ideas…

Cuarteto para el fin de los tiempos 

Cerca del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Messiaen fue convocado para el servicio militar. Capturado en mayo de 1940 y llevado a un campo de prisioneros de guerra en Görlitz en Silesia ahora Polonia.

En el invierno de 1940-41, escribió el cuarteto para los instrumentos que se encontraban a disposición de los internos del campo: violín, violonchelo, clarinete y él mismo tocando piano.

messiaen_stalag-viii-a

La primera actuación tuvo lugar ante un público de prisioneros. Una secuencia de ocho movimientos que hablaban de este pasaje bíblico del Apocalipsis:

«Vi a un ángel poderoso descender del cielo, vestido de niebla, y un arco iris sobre su cabeza. Su rostro era como eldom., sus pies como pilares de fuego. Puso su pie derecho en el mar y el izquierdo en la tierra, y estando así en el mar y en la tierra, levantó su mano al cielo y juró por el que vive por los siglos de los siglos, diciendo: Ya no habrá tiempo; pero el día de la trompeta del séptimo ángel, el misterio de Dios será terminado».

La música debía ser una extensión de las palabras del Ángel Messiaen ya no estaba interesado en el tiempo como ritmo, aspiraba a ritmos fuera del tiempo.

Messiaen escribió «explicaciones «para cada segmento de la obra:

I. Liturgia del cristal. Entre las tres y las cuatro de la mañana, el despertar de los pájaros: un zorzal o un ruiseñor solista improvisa, entre notas de sonido brillante y un halo de trinos que se pierden en lo alto de los árboles. Transponga esto al plano religioso: tendrá el silencio armonioso del cielo.

II. El ángel que anuncia el fin del Tiempo. La primera y tercera parte, evocan el poder del ángel, su pelo un arco iris y su ropa una niebla, que pone un pie en el mar y otro en la tierra. Desde suaves cascadas de acordes azul-naranja, que rodean con su lejano carillón el recitativo del violín y el violonchelo.

III. Abismo de los pájaros. Clarinete solo. El abismo es el tiempo, con sus tristezas y tedios. Los pájaros son lo opuesto al Tiempo; son nuestro deseo de luz, de estrellas, de arco iris y de jubilosos cantos.

IV. Interludio. Scherzo. De carácter más extrovertido que los otros movimientos, pero relacionado con ellos, sin embargo, por varias referencias melódicas.

V. Alabanza a la eternidad de Jesús. Jesús es considerado aquí como uno con la Palabra. Una larga frase, infinitamente lenta, por el violonchelo expía con amor y reverencia sobre la perennidad de la Palabra, «En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.»

VI. Danza de la furia, para las siete trompetas. Rítmicamente el movimiento más idiosincrásico del conjunto. Los cuatro instrumentos al unísono dan el efecto de gongs y trompetas anuncian la consumación del misterio de Dios. Música de piedra, sonoridad formidable; movimiento tan irresistible como el acero, como enormes bloques de furia lívida o frenesí helado.

VII. Racimo de arco iris, para el ángel que anuncia el fin del Tiempo. El poderoso ángel aparece, lo envuelve el arco iris, símbolo de la paz, de la sabiduría, de todo estremecimiento de luminosidad y sonido. En mis sueños escucho y veo melodías y acordes ordenados, me someto extáticamente a un vórtice, de sonidos y colores sobrehumanos. Estas espadas ardientes, estos ríos de lava azul-naranja, estas estrellas repentinas.

VIII. Alabanza a la inmortalidad de Jesús. Expansivo solo de violín equilibrando el solo de violonchelo del quinto movimiento. Es un amor total. Su lenta elevación a un punto supremo es la ascensión del hombre hacia su Dios, del Hijo de Dios hacia su Padre, de lo mortal recién hecho divino hacia el paraíso.

El estilo de Messiaen

Dos aspectos definen la obra de Messiaen: su profundo catolicismo, que le ha llevado a cantar la gloria de Dios en todas sus obras y su gran conocimiento del canto de los pájaros…

El lenguaje musical de Messiaen, en su: Técnica de mi lenguaje musical -Ed. Leduc, 1944 y ampliado en los siete volúmenes de su: Tratado de ritmo, de color y de ornitología.

No dejó de evolucionar, su estatus creció desde los años 1970, coincidiendo, con el declive del serialismo integral, considerado en los ’90 el compositor francés más importante del siglo XX junto a Claude Debussy.

Afin con Debussy, que combinó en sus obras la fascinación por la música rusa, el gamelán javanés y algo de Wagner, Messiaen abraza toda la tradición musical francesa conocida, desde la Edad Media ,canto gregoriano, isorritmia, las innovaciones de Debussy y el Stravinski de La consagración de la primavera, enriqueciéndolas con el estudio del canto de los pájaros y de la tradición rítmica del norte de la India, tal como la definiera el teórico Śārṅgadeva, en su tratado Sangita Ratnakara del siglo XIII.

Si Debussy fue pionero en el empleo de escalas sintéticas como la escala de tonos enteros o la escala octatónica, Messiaen será el primero en sistematizar las escalas sintéticas a través de uno de sus constructos teóricos más conocidos: sus siete escalas –o modos– de transposiciones limitadas, que incluyen las escalas citadas, constituyen los modos 1 y 2 y añaden otras cinco, hasta llegar a siete.

  • Modo I: se divide en dos grupos de cuatro notas cada uno. El módulo generador contiene 1 tono. Existen dos transposiciones posibles. Esta es la escala de tonos enteros, bastante empleada desde Debussy:
Modo I
  • Modo II- o escala octatónica: se divide en cuatro grupos de tres notas cada uno. El módulo generador contiene ½-1 tonos. Existen tres trasposiciones posibles, como el acorde de séptima disminuida:
Modo II
  • Modo III: se divide en tres grupos de cuatro notas cada uno. El módulo generador contiene 1-½-½ tonos. Existen cuatro transposiciones posibles, como la tríada aumentada:
Modo III
  • Modo IV. se dividen en dos grupos de cuatro, cinco o seis notas cada uno. Existen seis transposiciones posibles, como el intervalo de cuarta aumentada. El módulo generador contiene ½-½-1½-½ tonos:
  • Modo V: el módulo generador es ½-2-½ tonos
  • Modo VI: el módulo generador es 1-1-½-½ tonos:
  • Modo VII: el módulo generador es ½-½-½-1-½ tonos:

Significa que ninguna nota se puede percibir como la tónica, junto con ciertos recursos rítmicos como ritmos no retrogradables, Messiaen los describe como: «el encanto de las imposibilidades».

Analogías entre Messiaen y Schönberg:

Messiaen formalizó el Impresionismo de Debussy de forma análoga a como Schönberg sistematizó la atonalidad libre a través del método de composición dodecafónica.

La gran diferencia entre el esfuerzo sistematizador de Messiaen y el de Schönberg consiste en que el primero aspiró a describir una forma personal de aproximación a la composición… mientras que el segundo, pretendió establecer un método universal de composición.

El dodecafonismo de Schönberg dio lugar a toda una escuela cuyas ramificaciones se extienden por el serialismo estadounidense y europeo, mientras que la obra de Messiaen permanece como un corpus singular, no continuado por ninguna escuela, pero cuya influencia puede rastrearse en numerosos autores, más allá de sus propios alumnos.

Obras

Su Opera San Francisco de Asís-

Messiaen se definía como un «músico teológico», y quiso expresar a través de los sonidos la esencia de su fe. La figura de San Francisco de Asís fue una gran fuente de inspiración para él, trabajó día y noche durante ocho años, entre 1975 y 1983, y cuya partitura consta de 2.000 páginas. A lo largo de sus ocho Cuadros, en tres Actos, Messiaen evoca el caminar de la gracia divina en el alma del Santo.

La Sinfonía Turangalila

El Mirlo negro-es una obra de música de cámara para flauta y piano. Fue compuesta y estrenada por primera vez en 1952. Publicada de forma independiente es la pieza más corta del compositor, no más de cinco minutos.

La composición se originó para una pieza del examen de acceso a la catedra de flauta del Conservatorio de París, fue la primera de sus piezas basada principalmente en el canto de los pájaros.

Deja un comentario