«Missa Solemnis» en re mayor…

«Missa Solemnis» en re mayor…

 

La “Missa Solemnis en re mayor Op 123” (Misa Solemne) compuesta por Ludwig van Beethoven entre 1819 a 1823, es una de sus obras más emblemáticas y la segunda obra más problemática de su carrera, después de su ópera Fidelio.

Es una de las composiciones religiosas más impresionantes de todos los tiempos, en la que se combinan afirmación religiosa, música vocal virtuosística y un marco sinfónico a gran escala para crear conjuntamente un poderoso todo.

Compuesta por encargo arzobispo de Olmütz- (ciudad checa situada a orillas del Moldava que entonces pertenecía al Imperio Austríaco)  -hijo del emperador Leopoldo II y alumno excepcionalmente aplicado de Beethoven en composición y piano. Originalmente a estrenarse el 9 de marzo de 1820 la Missa no cumpliría este destino pues no sería terminada a tiempo.

Beethoven la llamó «su mejor obra”. Críticos modernos afirman que la “Missa Solemnis” es la mejor Misa jamás creada, alcanzando momentos nunca antes usados en una Misa, abrazando sonidos verdaderamente celestiales y potentes.

La “Missa Solemnis” representa a Beethoven en lo más alto de su punto de fuerza en todo su trabajo. Wilhelm Furtwängler, uno de los más notables directores del siglo XX, retiró esta obra de su repertorio, pues dijo ser incapaz de obtener un resultado que hiciera justicia al mensaje y a la grandeza de la que consideraba la mejor obra de Beethoven.

Beethoven refleja la preocupación de un verdadero, aunque no ortodoxo, creyente. Educado en la fe católica, nunca fue asiduo asistente de ningún templo. La producción de música sacra de Beethoven no es muy extensa, siendo sus obras más recordadas el oratorio Christus am Ölberge (1803) y la Misa en do mayor (1807) comisionada por el príncipe Esterházy.

La “Missa Solemnis” provocó no pocos problemas a Beethoven. La primera ejecución -incompleta- tuvo lugar el 7 de mayo de 1824, coincidiendo con la famosa «academia» en que también se estrenaron la Novena Sinfonía y la «Gran Obertura para la Consagración del Edificio», en el Teatro Körntnerthor.  Los números ejecutados (Kyrie, Credo, Agnus Dei, Da nobis pacem) fueron anunciados por Beethoven en su programa como meros himnos, o trozos sueltos de música coral. Todos ellos fueron efusivamente recibidos por un enardecido auditorio, en cuya actitud se hace difícil discernir hoy hasta qué punto incidieron los sentimientos suscitados en el público  la comprobación de la total sordera del gran compositor. Fue ese día, Beethoven, por completo al margen del bullicioso ambiente de la sala y no advirtiendo por ello la atronadora ovación de que era objeto en plena ejecución de su Novena Sinfonía, debió ser asido del brazo por la cantante Carolina Unger -encargada de la voz soprano en el famoso cuarto y último movimiento- para volverse hacia el entusiasmado y conmovido público que colmaba la sala.
Tuvieron que transcurrir 28 años desde la muerte del compositor, para que se cumpliese la primera ejecución integral de su Missa en 1855. Esta misa sintetiza con los sentimientos de Beethoven, a la vez que constituye una suerte de grandiosa autobiografía moral y espiritual del maestro,en especial los estados de ánimos de Beethoven durante el dramático quinquenio comprendido entre 1818 y 1822, en cuyo lapso tuvo que luchar a menudo entre la desesperación, la alegría, resignación y la triunfante reacción .

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Es contemporánea de obras como las últimas sonatas para piano (entre las que encontramos la Hammerklavier Sonata -esa que muchos consideraban «Inejecutable» con esa fuga final que parece realmente imposible- )  Su estilo  Sinfónico coral nunca quiere decir operístico en Beethoven, quien sentía desprecio por el curso que la música sacra había tomado y consideraba que sólo la música de los viejos maestros (Palestrina, Bach, Händel) podía expresar un sentimiento religioso honesto.  Pretendía crear un estilo moderno y verdaderamente religioso, y su enorme genio le permitió triunfar en dicha empresa.

Es difícil entenderla…

Es una obra compleja, monumental, dificilísima no sólo para el coro y los solistas vocales, también para la orquesta y el director, no es una música fácil de captar tras la primera escucha, hay que insistir varias veces antes de empezar a gustar de esta elaborada composición. Como ha dicho Bruno Walter: «Es una época de excepcional gravedad, en la que el compositor alemán se ve absorbido en las profundidades, así como en los abismos de su propio ser. Por eso no es de extrañar que su Missa Solemnis sea una de las obras con mayor urgencia, donde, como el mismo compositor quería, la música deja de ser absoluta y se convierte en un vehículo para expresar cualidades y preocupaciones humanas. Y esas preocupaciones , en el caso del Beethoven de esos años, tienen que ver con al conciencia que cualquier ser tiene del dolor en el mundo y su contraposición -irreconciliable- con la idea cristiana de Dios como amor perfecto».

La combinación de la polifonía vocal (estudió a Palestrina) con  tratamiento polifónico dio como resultado una Missa muy especial que posee unidad en su diversidad.

Tomó las cinco secciones del Ordinarium (Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus, Agnus Dei)   otorgándoles una dimensión titánica con temas recurrentes y amplios desarrollos. Las exigencias trascienden los medios en juegos, desde las altas tesituras y la articulación melódica y rítmica, hasta el uso de antífonas entre solistas y coro, como muestra de la fragilidad del hombre ante el esplendor y omnipotencia.

Según Jean Chantavoine (musicólogo francés y autor de numerosas biografías de músicos) dice: «Beethoven trata al cuarteto solista y al coro de manera diferente. Al coro lo utiliza al modo orquestal, es decir en amplias líneas. Los solistas están empleados a la manera de un cuarteto de cámara, en un estilo polifónico flexible, donde cada voz conserva claramente una línea y expresión independientes».

Se divide en 5 movimientos: 

Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus, Agnus Dei, ocupando una extensión de alrededor de noventa minutos.

Para empezar a gustar de ella es escucharla como se hacía en épocas de Beethoven: Frag-men-ta-da- y bueno …acá están sus partes y sus interpretes  todos excelentes pero siempre alguno nos gana el corazón.

KYRIE.

Es la humildad, la capacidad de pedir perdón.Tras una pequeña introducción orquestal se inicia con la intervención del coro al que paulatinamente se van incorporando tres solistas en el siguiente orden: tenor, soprano y mezzo, para volver a tomar el coro el protagonismo de la pieza hasta que, en una segunda sección, se incorporan las voces solistas en conjunto.

El término:Monumental y Sobrecogedor. Daniel Nazareth su conductor

 

GLORIA.

(Allegro vivace, re mayor) No menos monumental que el Kyrie se caracteriza por sus contrastes y su final de carácter fugado, muy haendeliano.

Gloria in excelsis, es de fulgurante ímpetu. Las voces se cruzan con los metales a modo de muchedumbre que sigue a un rey. Luego, el Gratias agimus por los solistas, un momento de reflexión antes de la vuelta del Gloria en la frase Deus Pater Omnipotens entrando el coro y la orquesta impetuosamente.

Mucho se ha repetido que Beethoven alaba al Señor con demasiada violencia. Así pues, encontramos toda la orquesta marcada con un triple fortissimo al inicio del Gloria. Más adelante hay un Presto, que Bruno Walter  el célebre director, señalaba como la única aparición de este tempo en una misa.

La versión de Bernstein: apropiada, ambos director y compositor «se llevaban»

 

 

CREDO.

(Allegro ma non troppo) afirma la fe inquebrantable, fe y confianza en lo supremo. Otra vez terminamos con una fuga que, para el coro, parece imposible!!!.

Para escuchar con atención:

a)frases del final del Credo en las palabras «Et vitam venturi», que deben ser emitidas manteniendo un peligroso si bemol agudo.

b) Et resurrexit es figurado por una prodigiosa ascensión de la masa coral, sostenida por la orquesta terminando en el ataque súbito de los trombones llamando al Juicio Final, con las voces entonando el Judicare, volviéndose al ritmo inicial fugado del Credo en imitaciones, un tema maravilloso que adquiere extraordinaria sugestión.

A este respecto conviene recordar la ya conocida anécdota. Un violonchelista le dijo a Beethoven: «Este pasaje no es apropiado para mi instrumento.» «Entonces debe de ser apropiado», contestó el compositor. Los problemas de articulación se producen por muy virtuosos que sean los conjuntos coral,  orquestal y por muy buenos que sean los solistas,  circulan de continuo por territorios incómodos.

Según Bruno Walter, en el Gloria habla el hombre inspirado y en el Credo habla el profeta.

La versión de Nikolaus Harnoncourt, Royal Concertgebouw Orchestra. 

 

SANCTUS

Es el momento de máxima comunión del hombre con la esencia suprema,  Dios Universal. Precisamente en esta parte de la Misa Beethoven va más allá del tiempo cronológico penetrando en los secretos de la eternidad, basta con escuchar el preludio al Benedictus donde en 33 compases «de luz «de la Missa Solemnis,  sonidos que, desde lo alto descienden en una escala gradual acercándose a la tierra anunciando “Bendito el que viene en nombre del Señor”. muchos ven  paralelismos con algunos fragmentos de Parsifal. Siguiendo con Bruno Walter, «en el Sanctus y el Benedictus, siguiendo la poesía de Isaías, se muestra lo sagrado en ambas secciones de la misa, que contienen dos de los adagios más bellos jamás escritos por Beethoven».

Es precioso  el diálogo entre el violín solista y las voces solistas en el Benedictus. Aquí la dificultad está en que el violín esté a la altura (no solo como solista, sino que se «mezcle» bien con las voces). Es un pasaje muy difícil (por la delicadeza que requiere). El director nada puede hacer, salvo sufrir …esperando que salga bien. Demasiada responsabilidad a veces para un solo instrumentista y demasiado riesgo para el director.

Aquí conducida por Sir  Gilbert Levine

El AGNUS DEI –

(Adagio) es el único movimiento donde Beethoven emplea un modo menor, sombrío, iniciándose con un solo del bajo sobre transparente orquestación. A él siguen los otros solistas, enlazándose dentro de un lirismo –

Cierra el círculo. Si el Kirie se asocia con la capacidad del Hombre para pedir el perdón – ahora se nos muestra la capacidad también de perdonar; el hombre debe saber perdonar, así como el Cordero de Dios.

Muy lograda la fusión de las voces con los instrumentos de la orquesta sin descuidar la expresión dramática del texto, el efecto que produce es de una inmensa tristeza y desesperanza, un lamento que quiere ser escuchado pero que no se sabe si lo será, y esta idea se va reafirmando conforme la música va avanzando con la irrupción de los vientos en lo que parece ser el inicio de una fuga final, pero no, de pronto todo cambia mediante un fragmento instrumental de carácter marcial que, por contraste, conduce al «dona nobis pacem» final.

El Agnus Dei, uno de los fragmentos musicales donde Beethoven refleja aquí con mayor intensidad sus incertidumbres, su crisis espiritual. El Miserere Nobis es la súplica de ayuda y perdón que el creyente hace a su Dios.

Esta  una versión super especial en el Vaticano en época de Paulo VI  dirigiéndola Wolfang Sawallisch  ! toda una preciocidad!!.

 

Y para no olvidarlo… (jamás)… algo de von karajan.

Herbert von Karajan, que estaba profundamente arraigado en la fe cristiana, plasmó en esta interpretación que resulta tan confesional como poderosa.

 

 

Quizás consciente  y acostumbrado que sus hallazgos tardarían en ser comprendidos por sus contemporáneos, el propio Beethoven nos da una valiosa pista para disfrutar de su Missa Solemnis, en una nota que figura e inicio de la copia manuscrita de la obra: “Vom Herzen. Moege es wieder zum Herzen gehen”, es decir, “Desde el corazón. Que vuelva al corazón de nuevo”.

Cuenta Anton Felix Schindler  (músico y biógrafo de Beethoven que por un tiempo fue su secretario) dice:“que desde el principio todo el ser de Beethoven pareció que se transformaba, cosa que notaron sus antiguos amigos y por mi parte confieso que ni antes ni después de esta época, lo he visto en un estado igual de absoluto olvido de las cosas de este mundo. Llevaba el compás rigurosamente con los pies, cantaba, daba palmas, volvía a su casa mojado por la tormenta sin darse cuenta que había desaparecido su sombrero, indicaba diez veces durante una noche entera que le sirvieran la cena, que no había probado, etc. Por cierto estaba en otra parte”.
Paul Henry Lang musicólogo de origen húngaro indica que: «Las proporciones ciclópeas, tanto físicas como espirituales de las grandes composiciones barrocas, reviven en la Missa Solemnis, obra que trasciende el horizonte de la liturgia católica. Con esta Missa y la Novena Sinfonía, Beethoven agota las posibilidades de las formas orquestales y corales de grandes proyecciones».

 

 

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      Ludwig van Beethoven un genio inmortal!!!

Benvenutto Cellini

Benvenutto Cellini

“Todos los hombres de cualquier condición que hayan realizado algo ejemplar, o que se asemeje de verdad a la virtud, deberían describir su vida con su propia mano,…”.

Así se inicia uno de los relatos más apasionantes del Renacimiento, la biografía del orfebre, escultor y grabador Benvenuto Cellini (1500-1571), un genio en pleno Cinquecento italiano, contemporáneo de mitos como Miguel Ángel, del que era un ferviente admirador

Cellini, ha sido considerado como un prototipo del hombre renacentista, por la intensidad con que vivió y lo abarcador de su talento creador. Como artista fue entusiasta, tesonero e impetuoso. Tenía ciega confianza en sí mismo, condición ésta que le sirvió de mucho para triunfar en la vida. Si alguien dudaba de su capacidad, trataba de demostrar lo contrario y no cejaba hasta conseguir sus propósitos, para que se pudiera decir que era el más talentoso y el más capaz de cuantos lo rodeaban.

Escribió su VIDA entre 1538 y 1562, considerada justamente por Óscar Wilde «uno de los pocos libros que merecen la pena leerse», además de un Tratado de orfebrería y escultura. Estas memorias constituyen un más que ameno relato de sus huidas, aventuras e intrigas, así como un testimonio inigualable de lo que era el mecenato en la Italia del Renacimiento; son muy valiosas para conocer la vida política, social y eclesiástica del siglo XVI. Se mantuvieron inéditas hasta el siglo XVIII. Tardó 24 años en escribirla.

En 1945 su VIDA  fue ilustrada por Dalí, pintor surrealista, en una edición norteamericana. Su obra literaria se completa con cierto número de Rime escritas en diversos momentos de su  agitada vida.

También  Mújica Láinez (1910-1984), en su magnífico Bomarzo, cita pasajes de Cellini que se remiten a su VIDA. Y el artista, es un personaje más de la novela del insigne escritor argentino.

La VIDA de Cellini es, una obra imprescindible para los amantes del arte y de la historia del Renacimiento y ambién a los que les guste la aventura y el género autobiográfico.

En su VIDA  se destaca la etapa en que sirvió al rey de Francia, Francisco I, puede calificarse como la más placentera y cómoda. Pero así como tuvo al rey como protector y amigo, tuvo a una enemiga mortal, la amante del rey, Madame d’Etampes, que finalmente consiguió expulsar de la corte y de Francia a Cellini.

Alejandro Dumas escribió una novela, Ascanio, en la que toma su argumento de las andanzas y aventuras del orfebre y escultor florentino en la corte francesa. De esa etapa queda el maravilloso «Salero de oro» con las figuras de el Mar y la Tierra, que, aunque la comenzó pensando en el Cardenal D’Este, finalmente quedó en poder del monarca galo.

Salero de Francisco I de Francia (1539) de Benvenuto Cellini

Esta obra (1539-1543) decorativa de 26 cm x 33 cm, está realizada con la técnica de la fundición según unos modelos realizados por el cardenal Hipólito de Este. Representa a dos figuras, una masculina que es el mar como Neptuno y una femenina que es la tierra como Ceres. El recipiente que guarda la sal es extraíble y está al lado de figura varonil. De oro puro y pasó a ser una pieza de los Habsburgo cuando Carlos IX de Francia la regaló a esta familia real europea. Fue realizado en un estilo renacentista tardío, más cercano al manierismo. Actualmente ,  en Kunsthistorisches Museum, Viena – Austria

La Ninfa de Fontainebleau  -Éste relieve en bronce de 205 por 409 cm., es una obra de Cellini mientras estuvo en Francia bajo el mecenazgo del rey Francisco I.Data de 1542-44 y se encuentra en el museo del Louvre.

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«Perseo  con la Cabeza de la Medusa»

También denominada el «Perseo de Cellini «es una escultura que cumple el principio básico del arte renacentista: la recuperación de la Antigüedad Clásica, en todos los aspectos (tema, proporciones y técnica).  Escultura realizada en bronce, pero oh !!sorpresa! es una de las obras cumbres de la escultura Manierista Italiana, además una de las estatuas más famosas de la Piazza della Signoria en  la llamada Loggia dei Lanzi -Florencia, Italia.

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Loggia dei Lanzi Es un  pórtico  construido en el lado sur de la plaza, entre 1376 y 1381, por Benci di Cione y Simone di Francesco Talenti.  se llama así porque en 1527 estuvieron acampados los mercenarios lansquenetes que iban hacia Roma. La construcción también se conocía con el nombre de Loggia de Arcagna, porque se creía, erróneamente, que la hubiera hecho Andrea Cione, hermano de Simone, apodado Arcagna. El pórtico, al principio, era un balcón abierto para acoger asambleas y ceremonias. Durante el siglo XVI perdió esta función y se convirtió en una especie de museo al aire libre para exponer las esculturas de la familia de los Médicis. El gran duque Cosme I, en 1555, colocó el Perseo de Benvenuto Cellini, la obra más importante del pórtico. Las modificaciones posteriores de los siglos XVIII y XIX le dieron al pórtico el aspecto actual.

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La escultura representa a Perseo de pie sobre el cuerpo de Medusa; apenas la acaba de decapitar con la espada que empuña con la mano derecha, (Que al día hoy es una copia en bronce de 1947, la original  se encuentra en la Galleria de los Uffizi) mientras que con la mano izquierda sostiene triunfante la cabeza del monstruo tomada por su cabellera. Tiene  3,20 m de alto ,5,20 m con el  espectacular pedestal reemplazado en el siglo XX por una copia, que  es en sí mismo una gran obra por el refinamiento de los pequeños bronces de las divinidades relacionadas con el mito de Perseo   manifiestándose en ella   toda la habilidad que Cellini poseía como orfebre.

La obra fue concebida de manera que se pueda mirar desde abajo.

bust-of-cosimo-i.jpg!PinterestSmall Bajo el mecenazgo de Cosme I de Médicis, realizó numerosos trabajos en metal, entre ellos un busto en bronce de Cosme I (Museo Bargello, Florencia).

Este, después de su toma de posesión como Duca de la ciudad de Florencia  le encarga La escultura de Perseo realizada entre 1545 y 1554.
La técnica empleada también es una recuperación de la época dorada para los artistas del Renacimiento, la técnica de la cera perdida. Se trata de una práctica inventada en la Grecia del siglo V a.C. y que en las esculturas de mayor tamaño, como es este caso, conlleva la pérdida del modelo, creando una obra de metal única.

Las historia del mito

Cuentan que su poder era tan grande que cualquiera que intentase mirarla quedaba petrificado, por lo que su imagen se ubicaba en todo tipo de lugares, desde templos a cráteras de vino, etc. para propiciar su protección.

Medusa es una de las tres Gorgonas, y sus atributos principales para reconocerla son sus cabellos serpentiformes.

Decapitada por Perseo, quien después usó su cabeza como arma hasta que se la dio a la diosa Atenea para que la pusiera en su escudo, la égida. Desde la antigüedad clásica, la imagen de la cabeza de Medusa aparece representada en el artilugio que aleja el mal conocido como “Gorgoneion”.

Los elementos que utiliza Perseo para derrotarla están presentes en esta obra: el casco que otorga la invisibilidad (regalo de Hades), la espada de diamante, espada indestructible llamada Harpe  y las sandalias aladas (regalos de Hermes).

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En la parte posterior en la nuca  de la estatua posición extremadamente rara aparece el autorretrato  doloroso del artista en el casco que otorgaba la invisibilidad: formaría las cejas, la nariz y la forma de la cara, mientras que el pelo de la nuca de Perseo, seria la barba de Cellini… ni dudar de su destreza y maestría !!Era indiscutible!!.

Perseo presenta la cabeza recién cortada de Medusa sin mirarla, ya que su mirada petrificaba a todo aquel que osaba contemplarla. El cuerpo inerte de la Gorgona yace a los pies del héroe y de su cuello mana la sangre de la cual nacerán el gigante Crisaor y el caballo alado Pegaso.

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Como la famosa Piedad de Miguel Ángel,  la figura tiene cruzada en el torso una cinta con la firma del artista.

 

Las obras de Cellini en el pedestal son: Danae, Hermes, Júpiter y Andrómeda, todas ellas relacionadas con el mito de Perseo. Destaca su manierismo en especial en Mercurio extremadamente estilizado.

«Todas las obras hechas por Dios que se pueden ver en la naturaleza, en el cielo y en la tierra, son esculturas y, para poder llegar más rápidamente a la demostración de este arte de la Escultura, no hablaremos de los cielos sino sólo de las cosas terrestres, hechas por el mismo Dios que hizo los cielos«
Benvenuto Cellini, Tratados de orfebrería, escultura, dibujo y arquitectura.

El maravilloso  «Cristo Blanco» de Cellini

Cristo: Mármol banco. Altura184 cm. Anchura 149 cm.
Cruz: Mármol negro. Alto 274 cm. Ancho 169 cm.

 

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En 1562, esculpió en mármol  el bellísimo» El Cristo Blanco del Escorial»,  para ponerlo sobre su propia tumba. El Cristo nace a partir de una vivencia religiosa cuando Cellini está prisionero en el Castillo de Sant’Angelo en 1539. El Cristo es de la visión que sufrió durante su cautiverio. Lo tenía en su taller pero terminó vendiéndolo,debido a la insistencia  de Cosme I.  Después,  Francisco I de Medicis el sucesor,  lo obsequió  a Felipe II  de España para su nuevo Monasterio de San Lorenzo del Escorial, mandado a construir para celebrar la Batalla de San Quintín, conservándose hasta la actualidad  en dicha Basílica.

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Michel Ange Houasse -(1680–1730)  Pintor de  la Corte de Felipe V –  Pintado entre 1720 al 1722- con un monje Jerónimo en primer plano que por esas épocas residían en el Monasterio de San Lorenzo del Escorial

De belleza natural, Cristo aparece aquí con una serenidad sobrehumana; muere sin perder su belleza. En mármol blanco de Carrara sobre una una sencilla cruz de lucúleo,
ese mármol negro, duro y quebradizo, tan difícil de labrar que el propio Cellini renegaba de su fragilidad.

Los cabellos y la barba de impecable factura, debido el dominio broncista del autor. «Es la cabeza más bella del Renacimiento italiano», se dice… La escultura expresa  la actitud poco convencional de Cellini, puesto  que  la esculpió como «un  desnudo integral», por siglos se ha mostrado al público con un paño blanco, que en las fotos en las antiguas en blanco y negro parecía esculpido.

Tan Preciosa y valiosísima  obra viajó rumbo a España, al Palacio del Pardo. De allí,  fue trasladado al Escorial a hombros de 50 porteadores, a pie, durante los rigurosos fríos de noviembre del año 1576. Ahora se exhibe en una capilla de la enorme basílica,  Una inscripción a sus pies, reza: «BENVENUTUS ZELINUS, CIVIS FLORENTINUS, FACIEBAT ANN 1562»

 

Y por cierto también obtuvo grandes logros en Monedas y Medallas

Según consta en su tratado de orfebrería; «Las monedas se hacían por necesidad en cambio las medallas para su ostentación», distinguiéndose éstas, de calidad superior desde el punto de vista estético y formal…
La explicación continua citando el caso de unas monedas realizadas por el propio Cellini para el Papa Clemente VII después del  «Saco de Roma» cuya función era la de demostrar la comunión religiosa existente entre el Papa y el Emperador por medio de imágenes y  textos ejemplares.
Cellini añade que los banqueros, enterándose del valor metálico de estas monedas, trataron de fundirlas con la mayor rapidez, ignorando por completo su calidad artística.

Su libro llamado “Tratados de la Orfebrería y la Escultura”,da a conocer el arte  de trabajar la filigrana y  esmaltes, el arte de engarzar joyas, un rubí, un diamante, como trabajar la fundición, como hacer medallas estampadas, como trabajar el oro y la plata en figuras, como dorar, como preparar productos químicos para diferentes usos, y una infinidad de temas incluyendo la Escultura, el Dibujo, y la Arquitectura.

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Benvenuto Cellini murió el 13 de febrero del 1571 en Florencia.  Se lo considera «El Padre de los orfebres» Su trabajo de perfección marcó un antes y un después en esta materia.

Ernst Gombbrich en su clásica obra «La historia del arte» dice: “Fue jactancioso, pendenciero, y lleno de vanidad, pero no podemos tomárselo a mal, porque narra la historia de sus aventuras y hazañas con tanto ingenio que se diría, al leerlas, que se trata de una novela de Dumas”.

Tres siglos más tarde, el compositor francés Hector Berlioz le dedicó una ópera titulada «Benvenuto Cellini» en 1838

 

 

 

Benvennutto Cellini siempre será recordado por sus obras originales, llenas de belleza y  espetacularidad además de pasar a la historia como uno de los más famosos exponentes del Manierismo.

Una historia …un tanto peculiar…

Una historia …un tanto peculiar…

…la del Cementerio de La Recoleta de Buenos Aires.

Las tierras habían sido donadas en el siglo XVIII por don Fernando de Valdez e Inclán y su esposa, Gregoria de Herrera y Hurtado, a la Orden de los Recoletos  franceses para que se construyeran allí un convento y una iglesia.

Por entonces, en las afueras de la ciudad.

Los frailes construyeron en el lugar un convento y una iglesia que es la actual Parroquia del Pilar consagrada en 1732,  nombrada Basílica Nuestra Señora del Pilar por el Papa Pío XI en 1936 y finalmente  declarada Monumento Histórico Nacional en 1942. Su arquitectura se conserva hasta hoy en buen estado por ser la más antigua de las iglesias de la ciudad.

Es por esta Orden que a  la zona de la denomina «Recoleta».

La Orden fue disuelta en 1822 y el 8 de julio de ese año el gobernador de Martín Rodríguez y su ministro de gobierno Bernardino Rivadavia, futuro primer presidente de los argentinos, dispusieron la creación del Cementerio del Norte en el huerto de los Hermanos Recoletos. El nuevo cementerio recibió la bendición del deán de la Catedral Mariano Zavaleta  el 17 de noviembre de ese mismo año. El Ingeniero francés, Prosper Catelin se ocupó del proyecto.  El aspecto de la necrópolis no era como en la actualidad. En su primer momento, los entierros consistían en un féretro que se depositaba en una fosa, con una modesta y sencilla cruz de madera sobre ella. Aquel personaje pudiente, le podía agregar una lápida de mármol esculpida generalmente por franceses. Muchas de ellas fechadas en 1830 y 1850,  se pueden ver todavía por el cementerio.

En principio era solo para católicos. Perdió su condición de “camposanto” cuando el presidente Mitre ordenó el entierro del Dr. Blas Agüero, francmasón,  a quien el obispo de Buenos Aires le había negado cristiana sepultura porque, fiel a sus principios, se había negado a recibir los sacramentos. Entonces  el presidente Mitre firmó un decreto que permitía que fuesen enterrados  practicantes de otras religiones (1863).
Mitre, firmó el permiso y el obispo, Mariano José de Escalada y Bustillo (que tuvo siempre tirantes relaciones con Mitre y Sarmiento) retrucó retirando la bendición a la necrópolis y por lo tanto  perdió su condición de santidad.

En 1871 la Ciudad de Buenos Aires fue asolada por la epidemia de fiebre amarilla y como consecuencia de ello muchos habitantes de clase alta abandonaron los barrios de San Telmo y Monserrat (zona sur) y se mudaron a la parte norte, a Recoleta,  menos afectada por la epidemia.

Al convertirse en un  barrio de clase alta, el cementerio se convirtió en el último reposo de las familias de mayor prestigio y poder de Buenos Aires.
Tras un largo período de abandono, se realiza una 1ª remodelación: La entrada  a través de un gran pórtico de estilo griego dórico sin base por 1881  ordenada por el entonces intendente de la ciudad, Torcuato de Alvear (padre del que después fuera presidente de la Nación  Marcelo Torcuato de Alvear) y  el encargado de llevar a cabo la obra: el arquitecto Juan Antonio Buschiazzo.

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Tanto el frontis exterior como el interior poseen inscripciones en latín. Del lado de afuera el mensaje es de los vivos a los muertos: Requiescant in pace (Descansen en Paz). Del lado de adentro el mensaje es de los muertos a los vivos: Expectamus Dominum  (Esperamos al Señor).

Al ingresar al peristilo se observan en el piso tres fechas: 1822 (año de creación del cementerio),1881 (fecha de su primera remodelación ) y 2003 (tercera remodelación).

A la derecha se encuentra una capilla dedicada a la religión católica, en cuyo altar se observa un Cristo realizado en mármol de Carrara blanco de una sola pieza por el escultor italiano Giulio Monteverde (quien fue maestro de Lola Mora). Debajo, en el altar realizado en granito, se lee la siguiente frase: «Ego sum resurrectio et vita» (Yo soy la resurrección y la vida).

En el mismo lugar, frente a la capilla, se halla un púlpito utilizado para ceremonias practicadas por otros cultos.

En 2010 la última remodelación se quitaron las antiguas  escalinatas de mármol  para colocar rampas de acceso.

Al ingresar al cementerio, encontraremos los primeros símbolos de la vida y de la muerte, representados en once alegorías y la infinidad de símbolos que se estilan esparcidos por mausoleos tumbas y placas.

Algunos Simbolismos:

El huso y las tijeras: simboliza el hilo de la vida que se puede cortar en cualquier momento. La cruz y la letra P Cristo (En griego)
La corona: voto de recuerdo permanente. La esfera y alas: el proceso de la vida y de la muerte que gira incesantemente como la esfera.
Cruz y corona: muerte y recuerdo. Abeja: símbolo de laboriosidad. La Serpiente mordiéndose la cola: el principio y el fin. Manto sobre urna: abandono y muerte. Antorchas con llamas hacia abajo: la muerte. Búho: vigila atentamente y según algunas creencias, anuncia la muerte.
Reloj de agua o Clepsidra: el transcurrir del tiempo, el paso de la vida.También suelen utilizarse las letras del alfabeto griego «alfa y omega» (primera y última), simbolizando el principio y el fin.
Los ángeles son los intermediarios entre lo terrenal y lo celestial. Antorchas con llamas apagadas: la vida que se extingue. Espada con el filo hacia abajo: una espada que ya no luchará. La palma: simboliza el martirio. El olivo: simboliza la paz. El roble: simboliza el valor militar.  Los laureles: simbolizan la gloria. La calavera y las tibias cruzadas son el símbolo de la fugacidad de lo material. Símbolo también de la muerte. Águila bicéfala, poder temporal y espiritual. En los techos de algunas bóvedas también puede apreciarse un pequeño angelito de rodillas e implorando al cielo: simboliza la obediencia a la ley.

También,  mucha simbología masónica,

La Masonería llegó al Río de la Plata a fines del siglo XVIII influida por la masonería española. Cuando San Martín (miembro de la Logia Lautaro), Alvear y otros patriotas llegaron a Buenos Aires en 1812, la Orden ya estaba implantada.

La numerología está íntimamente ligada a la geometría que por de la profesión de los antiguos Francmasones (albañiles-libres) era utilizada en la construcción de catedrales, palacios y otros predios. En la base de la numerología esotérica están los números 3 y 5 como puntos de partida, para una construcción de figuras geométricas como el triángulo y el pentágono.

Hacemos mención de algunos:

Las cinco puntas de la estrella representan, entre otras cosas, los cinco sentidos y es el símbolo, desde la escuela pitagórica, del hombre. El triángulo es una figura geométrica que da origen a la pirámide y ambos son parte de la simbología masónica (También la vemos en el billete de 1(one) dolar). El triángulo con un ojo en el centro representa la omnipotencia, la omniciencia y la omnipresencia. La escuadra, el compás, el triángulo, la plomada (elementos utilizados para la construcción). La Plomada simboliza el equilibrio, medida y rectitud.

El cementerio alberga gran número de mausoleos de mármol,  con estatuas y rica ornametación  que fueron realizados por artistas famosos en una amplia variedad de estilos arquitectónicos.

Un historiador llegó a contar 670 personajes ilustres sepultados en La Recoleta pero, curiosamente, su fundador, Bernadino Rivadavia, no está enterrado allí. Reposa en un mausoleo en la plaza Miserere, en el barrio de Once. También hay premios Nobel, como Leloir y Saavedra Lamas, y escritores como Bioy Casares.

Existe una amplia rotonda central de donde parten las avenidas principales, con una escultura de Cristo realizada por el escultor Pedro Zonza Briano, en 1914.

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Algunos ejemplos:

Alberto Lagos (  La Plata, Argentina 15 de octubre de 1885 -† 2 de febrero de 1960, Buenos Aires, Argentina) fue un escultor y ceramista argentino. Le encargaron el monumento a Ramón Lorenzo Falcón (Jefe de Policía-tuvo mano de hierro  con las manifestaciones obreras de comienzos del siglo XX ).
Emilio Andina -escultor argentino, nacido el año 28 de mayo de 1875 en Buenos Aires y fallecido el 16 de abril de 1935 en la misma ciudad. Autor de Monumento a Rodolfo Alsina en la Recoleta- Este fue electo gobernador de la Provincia de Buenos Aires en 1866.
El mausoleo de Rufina Cambaceres, hija del escritor, uno de los más hermosos del Cementerio de la Recoleta. Fue construido por el alemán Ricardo Aigner y se constituyó en una de las construcciones más representativas del Art Nouveau en Buenos Aires. Fue realizado en mármol, con rejas de hierro y ornamentaciones muy bellas y delicadas. Allí aparece Rufina de pie, hermosa y cubierta con una túnica, tomando con su mano el picaporte de la bóveda (Toda una leyenda fue su Muerte…)
 Wilfredo Viladrich – artista plástico catalán exiliado en argentina- Por pedido de su familia, realizó una escultura de Liliana Crociati luciendo su vestido de novia con el que fue enterrada y en compañía de su amado perro Sabú.
Y el Mausoleo de Aristóbulo del Valle- Fue abogado y político argentino. Junto con Leandro N. Alem fue fundador de la Unión Cívica Radical. Fue diputado  y senador Nacional, es considerado aún hoy uno de los oradores más brillantes del país.

El Cementerio de la Recoleta ocupa actualmente cinco manzanas y media y cuenta con alrededor de 4870 sepulcros a perpetuidad. Se halla organizado en manzanas, con amplias avenidas arboladas que dan a callejones laterales.

Más de 70 bóvedas fueron declaradas Monumento Histórico Nacional y   considerado Museo Histórico desde el año 1946, por los ilustres personajes que allí descansan, por su calidad arquitectónica y  sus magníficas esculturas.

Es uno de los más importantes del mundo junto con el de Génova (Italia) y el de París en Francia.