Paolo Uccello 1397-1475-
Apodado de esa manera por su predilección por las aves, fue un artista !!!Total!!!
Fue un pintor cuatrocentista y matemático italiano que destacó por su obra pionera en la perspectiva visual en el arte.
Trabajo perfectamente en diversas técnicas del arte durante toda su vida mostrándose interesado en la perspectiva y en la posición de las figuras en el espacio en el volumen luz y sombra, y tantos perfiles se destacan en estas.
Digamos que fue un perfeccionista y estudioso ejemplar del Renacimiento italiano, muy influido por el tratado de Alberti, Della Pittura, donde además de la perspectiva se aludía al uso de formas regulares puras y a otras concepciones pitagóricas.
Puede verse esta influencia en la diferencia entre sus frescos en Santa María Novella, de poco después de 1430 -La Creación y La Caída del Hombre, de estilo gótico, y los ejecutados en 1444-46 El Diluvio y La embriaguez de Noé, que siguen las recomendaciones de Alberti al pie dela letra.
Los ciclos de las Historias del Génesis y de las Historias de Noé, pintados sobre el llamado claustro Verde, de Santa Maria Novella permiten apreciar la imaginación del artista en toda su plenitud, a pesar de las fuertes alteraciones que los murales presentan.
Sus espléndidos logros
Uccello, fue aprendiz de Ghiberti cuando este diseñaba sus primeras puertas del baptisterio de Florencia allá por 1400.
Hasta una edad relativamente avanzada para su época, más de 40 años, fue decorador en un estilo gótico tardío realizando:
Mosaicos de San Marco enVenecia, ciudad donde vivió entre 1424- 143.
Allí realizó su famoso dodecaedro estrellado y el otro para la Iglesia de San Pantaleón de la misma ciudad,.
Trabajó también como vitralista realizando la vidriera en la Catedral de Florencia en 1435 «la Resurrección de Cristo» una obra de gran perfección.
Es a partir de 1436 cuando Uccello da muestras de incorporar la perspectiva a sus obras, con el fresco del Monumento ecuestre a Sir John Hawkwood 1436.
El fresco del condotiero inglés John Hawkwood
Encargado en 1436 por la Basílica de Santa María del Fiore de Florencia.
Hawkwood, luchó por Inglaterra en la Guerra de los Cien Años y más tarde en la «Gran Compañía» que hostigó al Papado de Aviñón.
Tras tomar el mando de la «Compañía Blanca» o «Gran Compañía» después de que la dirigiera Albert Sterz en la década de 1360, cruzó los Alpes para luchar como mercenario de Juan II de Montferrato que mantenía una guerra con la ciudad de Milán.
Se menciona esta obra como una «propaganda florentina» por la apropiación de soldados extranjeros como héroes florentinos. También ha sido interpretado un producto de competición entre los Albizzi y los Médici en el Renacimiento florentino.
El fresco, es el trabajo más antiguo que se puede adjudicar a Uccello en la región de Florencia, fue restaurado la primera vez por Lorenzo di Credi, quién añadió el marco bien renacentista.
Su máximo logro sin duda: La Batalla de San Romano realizada por 1450.
La batalla
Cada una de las tres tablas pintadas en témpera muestra momentos distintos de la batalla en cuestión ocurrida 1 de junio de 1432 en San Romano cerca de Pisa, entre los florentinos, que resultaron victoriosos, guiados por Nicolás de Tolentino y los sieneses, liderados por Bernardino della Carda.
Recientes investigaciones apuntan que el ciclo de pinturas no fue, un encargo de Cosme de Médicis, sino de Lionardo Bartolini Salimbeni, que tuvo un papel destacado en la apertura de hostilidades con Siena.
Aparentemente el formato era diferente. Las tres escenas de la batalla fueron compradas por Lorenzo de Médicis para su palacio en Florencia, descritas en un inventario de su dormitorio en 1492.
Actualmente hay replicas en el dormitorio renacentista de Lorenzo…
Son tres paneles y como sucedió con otras tantas obras famosas…hoy están separados en tres museos distintos:
En la National Gallery.
Niccolò Mauruzi daTolentino en la batalla de San Romano.
La descripción de la secuencia de acontecimientos es solo un pretexto para una expresión detallada del movimiento.
Interesante detalle
En el fondo, un paisaje de la Toscana, sus montañas en terrazas, la siega: estación del año en la que tiene lugar la batalla, junio, y otra actividad más: la caza, donde perros, animales y personajes secundarios, se activan en una serie de episodios aislados al margen de la acción principal.
Las figuras se presentan en escorzos, esto es, mediante la representación deformada del motivo bajo el efecto de una perspectiva inusual, lo que permite representar situaciones dramáticas. Puede verse en el cadáver de un soldado que yace en el suelo en una posición similar a la del Cristo muerto de Mantegna, pero boca abajo en lugar de boca arriba…
Dos jinetes ligeramente inclinados y vistos de espalda de la parte derecha del cuadro. Algunos caballos se muestran de espaldas o perfil, ensayando relieves pictóricos.
En la Galería Uffizi.
Niccolò Mauruzi da Tolentino desmonta a Bernardino della Carda en la batalla de San Romano.
Gracias al recurso de la Perspectiva, Uccello crea sensación de profundidad en el espacio.
Esta masa de caballeros e infantería, le permite ejercitar satisfactoriamente su obsesión con la representación de la forma pura de acuerdo con las leyes de la óptica. Uccello sigue fielmente los principios de la perspectiva arquitectónica pero, a diferencia de otros pintores de su tiempo, no usa su conocimiento extenso de la perspectiva para colocar esta escena en un espacio claramente definido, sino que representa la batalla contra un fondo relativamente oscuro.
Destaca la presencia de los mazzochi, sombreros florentinos de diferente aspecto que el artista describe detalladamente.
También describe con minuciosidad las suntuosas armaduras de los soldados, lamentablemente, Uccello usó un compuesto que con el tiempo resultó dañado quitándole brillantez.
En el Louvre
El contraataque de Michelotto da Cotignola en la batalla de San Romano.
Los guerreros esperan el asalto, con uno de ellos preparando su arma.
El centro de la tabla del Louvre está ocupado por Micheletto da Cotignola sobre un caballo negro dando la señal de ataque.
Tiene una actitud de mando y una grave expresión en el rostro, que contrasta con el gesto embravecido del caballo. El ejército empieza a moverse y a la izquierda la caballería carga contra el enemigo, bajando las lanzas en posición de ataque.
De esta manera Uccello triunfa al crear la ilusión de un ímpetu general orquestado por las lanzas y los caballos.
Como en otras obras de este artista, se presentan mezclados elementos medievales y renacentistas como el tratamiento escultórico de los volúmenes, los escorzos de las figuras con variadas perspectivas, junto a otro elementos de tradición gótica, como los colores brillantes y el refinamiento decorativo en particular de las figuras y del paisaje, la perspectiva es dada por las lanzas de los combatientes.
Las figuras de los hombres y de los animales son geométricas y precisas, aunque irreales como los colores que usa: los caballos son rojos, blancos y azules. Esa luz y colores irreales puede que estén inspirados en algún relato caballeresco. Uccello hace de la perspectiva que amaba una fiesta!!!
Usando formas geométricas puras para representar la realidad, los contornos de las figuras y los objetos están formados por círculos… en un asombroso precedente desde el remoto Renacimiento al cubismo del s.XX y más concretamente, a la pintura de Fernand Léger.
En la iglesia de Corpus Domine.
Uccello marchó a Urbino en 1465 y allí permaneció unos cuatro años con su hijo Donato como colaborador.
Realizó en el banco del retablo mayor seis escenas con la historia de la Hostia profanada del s XIII, por encargo de la cofradía Corpus Domini. Actualmente en la Galleria nazionale delle Marche.
Columnas abalaustradas pintadas en rojo cinabrio separan las escenas. En la Edad Media se utilizó este color para iluminar manuscritos, y como colorante para el lacre etc. sumamente importante por entonces puesto que era abundante en la región toscana.
Se aprecian alternancias cromáticas y formalismos de color que buscan crear efectos ópticos. Las figuras son anamórficas, diferentes según el punto de vista del espectador, y alternan las recortadas y las volumétricas. Uccello desfiguró la realidad en un intento de experimentar con ella.
Esta predela representa un magnífico ejemplo de coordinación narrativa del pintor, tanto por la complejidad del tema como por la variedad de la composición, dejando en segundo plano las curiosidades de fisonomías o de materias, o las tentativas naturalistas, para desembocar en una coreografía elegante, que oculta totalmente todo énfasis milagroso para convertirse en documento de vivencia cotidiana, donde la presencia de lo sagrado es asimilado en un ritual donde la realidad y el milagro coexisten de forma natural.
La cacería nocturna
Al final de su vida, Uccello vuelve al manierismo gótico con su cacería nocturna de 1470 en tempera sobre madera, 65 x 165 cm, donde muestra una perspectiva unificada.
El efecto fantástico está acentuado incluso por el uso de cielos y fondos oscuros, sobre el que resaltan luminosas las figuras, bloqueadas en posiciones antinaturales.
La escena transcurre de noche, con una debil luna menguante en el centro y en un bosque.
Dos árboles centrales rígidos, no hay ramas intermedias, las copas todas elevadas.
La disposición de las figuras también es irreal, parecen recortadas y pegadas sobre la tabla, cruzándose a veces en zigzag unas con otras. Los colores rojizos salpican la obra.
El panel actualmente en el Ashmolean Museum de Oxford es sin ninguna duda, la obra del Quattrocento florentino más rica de efectos y de pasajes cromáticos, una pintura que debía parecer verdaderamente desconcertante para sus contemporáneos.
Influyó directamente en el pintor del siglo XIX también obsesionado por las matemáticas como él: Seurat en su :Après-midi à la Grande Jatte de 1884-86, también usa formas simples, en su caso para poder clarificar los contornos que, por fuerza, tienen que estar difuminados debido al uso de minúsculas pinceladas de colores brillantes su famoso «puntillismo» del que se le considera «el Padre»
La Batalla Nocturna de Paolo Uccello- de 1470.
«¡Oh, qué asunto tan dulce la perspectiva!»
Vasari en su Vidas atribuye a Uccello esa expresión.
A la perspectiva lineal de los artistas de su tiempo, Uccello prefiere la perspectiva natural y descriptiva apreciada ya por Ghiberti y que tenía su origen en las concepciones medievales de la óptica.
Dice Vasari: «Representó con tanto empeño y tanto arte a los muertos, la tempestad, el furor de los vientos, la caída del rayo, los árboles arrancados de cuajo y el pavor de los hombres, que no es posible alabarlo bastante… trató las figuras mediante las líneas perspectivas y pintó mazzocchi y otros elementos, por cierto bellísimos.»
El artista enseñó a dibujar y pintar a su hija Antonia (1446-1491), pero no existe documentación de sus trabajos, sólo se sabe que se convirtió en monja carmelita.
La herencia de Uccello es inmensa y principalmente relacionada con el uso de la perspectiva, que posteriormente fue utilizada por grandes artistas, como Leonardo da Vinci, Albrecht Dürer y Piero della Francesca .