Piero di Benedetto dei’Franceschi, conocido como Piero della Francesca no solo era pintor, sino también geómetra y perspectivista, estudió matemáticas y se interesó por desarrollar estos conocimientos hasta donde era posible en su época. Oriundo de Borgo Sansepolcro, en Toscana, se desconoce el año exacto de su nacimiento, pero se calcula que fue entre 1415/17. Fallece el 12 de octubre de 1492, el mismo día en que Cristóbal Colón llega al Nuevo Mundo.
Escribió dos tratados de perspectiva:
De prospectiva pingendi y Libellus de quinque corporibus, casi exclusivamente matemáticos, dedicados a Federico de Montefeltro, duque de Urbino.
Realizó esta fantástica y aclamada pintura sobre la cual no hay un «historiador» o «crítico» de arte que se precie, de ensalzarla hasta lo infinito. Es «aparentemente clara, sencilla e inocente» se le llamó con la nueva tendencia del momento:
«Sacra conversazione» – «Madonna dell’Uovo»
La «Pala Montefeltro» o «Sacra conversación». Hoy «Pala de Brera»
La palabra «pala» en italiano, hace referencia a un cuadro de altar. Destinado en un primer momento a la iglesia de «San Donato degli Osservanti», donde fue enterrado Federico, para trasladarse a la iglesia de San Bernardino, concebida como mausoleo para los Montefeltro, una vez acabada.
Después de estar expuesta en Urbino por varios siglos, en 1811 fue trasladada a Milán, a la Pinacoteca de Brera por orden de Napoleón y desde entonces es considerada una de las más grandes joyas de esta colección, llamándola la «Pala de Brera».
Una magnífica y suprema creación de uno de los más grandes artistas del renacimiento.
Las obras de Piero della Francesca son el mejor ejemplo de la preocupación de los primeros maestros del Renacimiento que precisó de estudios matemáticos y geométricos cuyos fundamentos se encuentran en Euclides.
Según el critico de arte Kenneth Clark la estructura de la obra estaría inspirada en la iglesia de san Andrés de Mantua de Leon Battista Alberti. Y los casetones del arco pueden estar inspirados por «La Trinidad» de Masaccio a su vez de brunelleschiana inspiración. Se trata de una obra con un gran tratamiento de la luz.
La «Pala» Mide: 2,48 cm de alto y 1,50 cm de ancho es de posiblemente el año 1472/74. Está organizada en dos círculos secantes el mayor abajo donde se inscriben dos hexágonos, el menor arriba situado sobre el arco del nicho. Sus radios siguen la relación 2/3 la apotema del hexágono es igual a la vara del personaje de la izquierda:San Juan Bautista.
El autor utiliza temple sobre tabla con pincelada de factura lisa.
La composición: simétrica, parte desde la Virgen. Dentro de una iglesia renacentista con nave cubierta por bóveda de casetones de rosetas que culmina en un ábside semicilíndrico de cuya cúspide pende de un hilo de oro un simbólico huevo de avestruz (que da nombre popular al cuadro: Madonna dell’Uovo).
A ambos lados se despliegan otras dos naves (que conforman el transepto), enmarcadas por sendos arcos de casetones con rosetas, similares a la de cabecera.
El huevo cuelga y señala al ombligo del Niño, se le pueden atribuir muchos significados simbólicos.
Se puede entender como símbolo de vida o el nacimiento, como símbolo alquímico, pero pudo haberlo elegido también como representación de la forma geométricamente perfecta. Cuelga de una vieira, que significa fecundidad.
La Virgen se presenta sedente, hierática, los ojos entornados y con las manos juntas en posición orante y sobre sus rodillas el Niño desnudo y dormido.
Los ojos de María están simétricos con los de los otros integrantes de la obra, las figuras son corpulentas y con una tendencia a la geometrización como se observa en las cabezas cercanas a la esfera y los torsos cercanos al cilindro. en resumen: figuras escultóricas.
Efectos de Luz
En esta pintura. el autor pone en práctica sus estudios sobre los efectos del uso de la luz.
1) Para dar más volumen y plasticidad a las figuras.
2) Equilibrar la pintura con diversas elecciones cromáticas ensus ropas.
3) Para hacer más eficaz el efecto de la perspectiva a través del contraste entre las luces y las sombras.
Los colores son vivos y se contrastan. En el centro vemos el azul intenso del manto de María y en los laterales un color frío, el azul de Juan el Bautista y en el lado contrario el cálido rosáceo de Juan el Evangelista. color que también se observa en la empuñadura de la espada, detalles del trono de la Virgen ,el tapete y las vestiduras de uno de los ángeles.
Delante. está el duque de Urbino de rodillas, es el comitente.
La luz procede de la izquierda , es intensa, diáfana, envuelve a las figuras contribuye a dar volumen, a resaltar el color, a producir sombras que no faltan en los pliegues de San Juan Bautista, en el manto de la Virgen, en la plateada armadura,etc. y sobre todo en el ábside aumentando el sentido de sacralidad y monumentalidad de la obra.
En el caso de los ángeles parecen idealizados como si estuvieran fuera del espacio y del tiempo. Sin ninguna sombra, «procedentes de la eternidad«.
Las cabezas de los personajes están sobre un mismo eje horizontal (principio de isocefalia propio de la Edad Media). Ha utilizado líneas verticales para colocar las cabezas de los santos en correspondencia con los pilares corintios del fondo del cuadro, acanalados ,de color blanco y los ángeles, con los paneles de mármol de color que decoran el ábside, de los cuales, el central, de pórfido (es el más costoso), es el único que vemos de frente y se sitúa exactamente detrás de la Virgen.
La Virgen, esta´basada en el criterio jerárquico tan estimado por la iconografía cristiana de la época, es más grande que los demás personajes, y el mismo Federico de Montefeltro está colocado muy al exterior para respetar el aura sagrado que se crea en torno a la virgen con el Niño y los Santos.
La Bóveda es simulada, para la época!!! una maravilla!!! la perspectiva del «trompe-l’œil, «engaña el ojo» los casetones suman 9 en un sentido y 6 en el otro. El huevo colgado es símbolo de la creación (Origen), eje al que se opone el horizontal formado por las cabezas y el oblicuo del cuerpo del Niño que prolonga el gesto orante del Duque y de su espada.
Algunos «detalles»
«La sacra conversación»
Era un tema nuevo en la época, había aparecido a mediados del siglo XV. Es un género pictórico dentro de la pintura religiosa del quattrocento italiano y de los primitivos flamencos. Bajo esta convención, se colocaba a la Virgen con el Niño en el centro, entronizada y bajo un palio, y a su alrededor, diversos santos y el comitente de rodillas.
A pesar del término «conversación«, los personajes no aparecen hablando, sino en actitud silenciosa. La razón es teológica, todos ellos están gozando de la gloria, y pueden imaginarse manteniendo un coloquio sobre temas divinos.
El donante.
En primer plano: Federico de Montefeltro, arrodillado. en posición orante,quizás agradeciendo a la virgen por la victoria conseguida en 1472en la Batalla de Volterra, Soberbiamente revestido con su armadura de condottiero y teniendo junto a sí el bastón de mando, el yelmo, las manoplas y espada, atributos significativos de su poder militar, político y social. El rostro de perfil, mostrando solamente su lado izquierdo, ya que el Duque tenía el rostro desfigurado por un accidente sufrido en un torneo (Incluso había perdido un ojo), por ello el pintor le oculta siempre el lado derecho.
El Huevo y la Venera
Fecundidad – Alusión al Bautismo como inicio en el camino de la fe.
Parece que no era extraño en las iglesias colgar huevos de avestruz, objeto novedoso que llamaba la atención de los visitantes.
Símbolo: según algunos de la virginidad y fecundidad , según otros, de la Iglesia. El huevo de avestruz podría hacer referencia a la creación , al nacimiento y también a la forma geométrica cerrada.
Se interpretan como una alusión a la maternidad de Battista Sforza, quien se retiró a la villa de Gubbio para concebir con mayor facilidad un hijo, interviniendo milagrosamente san Ubaldo por lo que el niño se llamó Guidobaldo.
El nacimiento se produce el 1 de enero de 1472 falleciendo Battista el 6 de julio del mismo año al no recuperarse del parto ( no tenía más de 25 años). además, el huevo era el «Símbolo del duque y su sucesión».
Retrato de Battista Sforza, 1465, óleo sobre tabla, 47 x 33 cm, Florencia, Galería de los Uffizi. Es pareja del Retrato de Federico de Montefeltro.
Los santos
Son de izquierda a derecha, San Juan Bautista, patrono de Battista Sforza (esposa de Federico) San Jerónimo, el traductor de la Biblia al latín, protector de los humanistas y San Bernardino de Siena, de la orden franciscana, canonizado en 1450.
Sobre la derecha están: San Francisco, mostrando sus estigmas, la iglesia de san Donato pertenecía a los franciscanos, sostiene una cruz de cristal símbolo de la pureza interior,san Pedro Mártir de la orden dominicana, con la herida en el cráneo que le causó su muerte, es el rostro de Luca Pacioli su amigo matemático y por último San JuanEvangelista, con su evangelio en mano, cosa notable con barba y esta en forma de pez.
Los ángeles
Por detrás de la Virgen se encuentran cuatro ángeles (apenas asoman sus alas) al contrario que los de los santos, resultan mucho menos realistas, vistiéndolos con telas lujosas y joyas,
El collar rojo de coral
Simbolizaría la pasión y muerte de Jesús, gracias a su sacrificio y posterior resurrección el hombre es redimido. El coral era un amuleto muy común entre los recién nacidos para protegerlos de la «muerte súbita»
Es el más perfecto ejemplo de un orden universal, todo es armonía, simétrico y preciso.
El hecho que el cuadro se ubique en una arquitectura religiosa puede indicar su simbolismo con la alusión de la Iglesia como comunidad de creyentes.
Piero della Francesca tuvo cierta resonancia en su época entre la gente culta. Solo el gusto estético del siglo XX, amante de la geometría y de la abstracción, rescató del olvido sus obras, consideradas por sus contemporáneos como “fuera de toda realidad”. Lo convirtieron en precursor de Cézanne y se anticipó a los cubistas.