…un poco de «Gregoriano» para estas fechas!!!

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El canto gregoriano fue el único repertorio musical de la Edad Media que llegó a todas las clases sociales y a todos los rincones de la cristiandad.

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El papa Gregorio I llevó acabo una reforma a la liturgia romana (Antiphonale Cento), para recopilar cantos y melodías romanas que fuesen fáciles de captar y cantar con miras a la unificación litúrgica de Occidente, con Roma a la cabeza.

Música monódica – apropiada para la meditación y el descanso.

El canto gregoriano es monódico es decir de una sola voz, pueden ser muchos pero se respeta eso si bien tiene libertad rítmica. Cada nota  es una especie de átomo temporal. El ritmo pone en movimiento estos átomos. Es una música modal escrita en escalas de sonidos muy particulares, que sirven para despertar variados sentimientos, como recogimiento, alegría, tristeza, serenidad…

En las abadías, el monje se identifica con la vida monástica a través de la oración, recitada siempre según el Canto Gregoriano, siete veces al día:

Maitines: plegaria de vigilia.
Laudes – Prima: plegaria de la mañana.
Tercia: nueve de la mañana.
Sexta: doce del mediodía.
Nona: tres de la tarde.
Vísperas: seis de la tarde.
Completas: antes de ir al descanso.

Según San Agustín – «el que canta ora dos veces”.

El canto gregoriano jamás podrá entenderse sin el texto el cual tiene prelación sobre la melodía y es el que le da sentido a ésta. Por lo tanto, al interpretarlo, los cantores deben haber entendido muy bien el sentido del texto. Su melodía es silábica. A cada sílaba del texto corresponde un sonido y es melismática cuando a una sílaba corresponden varios sonidos. Hay melismas que contienen más de 50 de ellos para una sola sílaba. El texto está en latín, lengua del Imperio romano extendida por Europa .

La Misa – el Oficio Divino

En la Misa, o celebración de la Eucaristía, hay dos grupos de piezas, a saber: El Propio de la misa, formado por piezas de texto que varían dependiendo de la festividad o el tiempo litúrgico en el que nos encontremos. Sus piezas principales son: el Introito (entrada), el Gradual (canto de la lectura), el Aleluya (alabanzas a Dios), Canto del Ofertorio (canto de acompañamiento) y el Canto de la Comunión.

El Ordinario de la misa, formado por cantos de textos fijos que se repiten en todas las misas diarias o especiales. Sus piezas destacadas: el Kyrie «Señor, ten piedad»
– Kyrie eleison.
Christe eleison.
Kyrie eleison.
Forma parte del ordinario de la misa,  está presente en casi todas las misas del año. La letanía de los santos comienza con esta invocación, piezas litúrgicas en lengua griega otra el Agios o Theos– Santo Dios. Santo Fuerte. Santo Inmortal– Liturgia del viernes Santo

El Gloria (himno de origen oriental del siglo II), el Credo, el Sanctus (himno de los serafines) y el Agnus Dei «Cordero de Dios».

Los textos fueron tomados de los Salmos y otros libros del Antiguo Testamento; algunos provenían de los Evangelios y otros de inspiración de los grandes teologos de la Iglesia generalmente anónima.

Siempre interpretado en la Iglesia y para diferentes oficios:  Misas- Liturgias especiales según los tiempos del año Oficio Divino y otros cantos como:

 Tropo era la glosa literario-musical que se introducía en medio de determinadas piezas gregorianas. La versatilidad de este sistema compositivo dio origen a numerosas formas, incluso en lengua vulgar.

El trovador recibe su nombre del tropo: tropator, compositor de esta música.

Secuencias– Es el himno poético​ litúrgico de la Misa en rito romano
cantos procesionales  etc.

El Himno a San Juan escrito por el historiador lombardo «Pablo el Diácono» en el siglo VIII

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Escrito sobre tetragramas, es decir sobre 4 líneas, a diferencia del pentagrama de la música actual. Sus notas se denominan punto cuadrado (punctum quadratum), virgas si aparecen individualmente, o neumas si aparecen agrupadas; tienen igual valor en cuanto a su duración, a excepción de: las que tienen epicema horizontal, la nota precedente al quilisma (no era nota sino signo representativo) y la segunda nota del sálicus cuya duración se prolonga ligeramente más con un sentido expresivo y las notas que llevan punto el cual tiene la duración de una nota simple.

Esta notación tenía la función de ayudar a la memoria para aquel que ya tenía idea de como debía sonar.

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Un monje benedictino llamado Guido d’Arezzo (Italia 990 – 1050) encontró la solución. A partir del himno de las vísperas de la fiesta de S. Juan Bautista se dio cuenta que cada verso del texto latino se iniciaba con una nota distinta y asignó a cada nota la primera sílaba de cada estrofa

Guido_van_ArezzoLa escala: UT queant laxis REsonare fibris MIra gestorum FAmuli tuorum, SOLve polluti LAbii reatum, Sancte Ioannes (SI).

Así del verso: “ut queant laxis” utilizó la primera sílaba: ut, que con el tiempo cayó en desuso y fue sustituida por: do.
De “ resonare fibris” utilizó la primera sílaba: re.
De “mira gestorum” utilizó la primera sílaba: mi.
De “famuli tuorum” utilizó también la primera sílaba: fa.
De “solve polluti” utilizó su primera sílaba: sol.
De “Labii reatum”utilizó la sílaba la.

La nota si, no fue hasta mucho más tarde, a finales del siglo XV, y a principios del XVI, cuando surgió y se generalizó. Hay quién atribuye a «Anselmo de Flandes», el haber sacado del final de este himno, esta nota musical, pues del “Sancte Ioannes”, tomó la “S” de Sancte, y la “I” de Ioannes, surgiendo de este modo un nuevo nombre, el de la séptima nota: la mencionada nota «si».

Posteriormente, en el siglo XVII, el musicólogo italiano Giovanni Battista Doni sustituyó la nota ut por Do.

 

Facistol  de la Catedral de Granada – España- de Alonso Cano – 1652 -Coro de la Catedral de Almería

 

Para este tiempo de Adviento

 

Países que hicieron historia…

En Inglaterra

La misión gregoriana, conocida también como «La misión agustina», fue el esfuerzo misionero del papa Gregorio Magno  en 596. Liderados por Agustín de Canterbury, su objetivo era convertir a los anglosajones al cristianismo. El objetivo del pontífice no era únicamente convertir a los británicos, sino también de impulsar la cooperación de reyes y obispos para trabajar conjuntamente por la conversión de los paganos que habitaban en territorios ya cristianizados.

La primera aparición del canto gregoriano en Inglaterra estuvo a cargo de monjes y sacerdotes de la romana ‘Schola Cantorum’, quienes, una vez cruzado el Canal de la Mancha en la primavera del año 597, impartieron lecciones de coro y canto en iglesias y monasterios de aldeas y de otras tantas ciudades como: Kent, Canterbury, Essex, Wearmouth y Northumbria. Los misioneros introdujeron también una forma de canto litúrgico similar a la usada en Roma durante la misa. Durante los siglos VII y VIII, Canterbury era conocida por la excelencia de su canto, y enviaba maestros para instruir a otros centros religiosos. Uno de ellos, «Jacobo el Diácono» enseñó canto en Northumbria tras el regreso de Paulino a Kent; Beda «el venerable»señalaba que Jacobo era un virtuoso en el canto. Alcuino de York lo llevó como parte de la educación que buscaba  Carlomagno en Aquisgran.

En Alemania

En el sur de Alemania (Baviera) parece ser que el antifonario gregoriano penetró a principios del siglo VIII. Gregorio II el año 716 escribía que en toda iglesia hubiesen sacerdotes con la facultad de celebrar (sacrificandi et ministrandi) así como de cantar según el modelo de la tradición de la Iglesia de la Santa y Apostólica Sede Romana. Más tarde la liturgia franco-romana enseguida encontró una amplia difusión y el canto gregoriano fue cultivado maravillosamente gracias al influjo de numerosas escuelas catedralicias y monásticas. Comentario de varios autores sobre  la ‘Schola Cantorum’  que  esta pasaba muchas dificultades por las escasas condiciones vocales del alemán:

“Sus voces ásperas, que resuenan como trueno, no peden ejecutar modulaciones suaves porque sus gargantas, enronquecidas de tanto beber,
no pueden emitir las inflexiones de voz requeridas para una melodía tierna”.

 San Galo (actual Suiza) influyó mucho en la música germánica

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La celebérrima Abadía de  San Galo (Saint-Gallen), donde se  ha conservado los códices más antiguos e interesantes de canto en su estupenda biblioteca, y cuyos maestros han dejado escrito para siempre sus nombres  en la historia de la música.

El canto gregoriano tuvo una notable firmeza en tierra germana, a punto tal que recorrería todas las gamas del cancionero nacional. Por caso, las fuentes gregorianas de las canciones de tono popular de Neithart von Reuental y de Walter von der Vogelweide, como así también los populares  ‘Minnesang’ y ‘Meistersinger’, además de otros tipos de  canciones que eran acompañadas con instrumentos de viento que vinieron después.

En Francia

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Fue el obispo de Metz, Crodegango, el que a su regreso de una misión en Roma, en el año 723, fue el primero a introducirlo.  El rey Pepino, que en ocasión de la estancia en París del papa Esteban II (754) había tenido la oportunidad de conocerla y apreciarla, quiso que los cantores romanos la enseñasen a los cantores franceses, y que un maestro de canto fundase una escuela en Metz. Estos fueron enviados diligentemente por el Papa para tal fin. Más tarde, siempre a instancias del rey, Pablo I (757-767) mandó a Francia los primeros libros gregorianos, un Antifonario y un Responsorial, así como otro maestro de canto romano, un tal Simón, el cual organizó una escuela en Rouen. Carlomagno, hijo de Pepino, se ocupó quizá con un celo aún mayor que el de su padre, de la adopción cada vez más amplia de la liturgia y del canto romano. A él, tras una petición suya, el papa Adriano (772-795) mandó a Teodoro y a Benito, doctísimos cantores de la Iglesia romana, que eran eruditos en la escuela de San Gregorio, y les entregó los antifonarios gregorianos con notación romana. En los frecuentes capitulares por él emanados insiste en la obligación de los obispos de cuidar la buena ejecución de la salmodia, corregir los errores y los abusos y de proveer a la institución en las parroquias y sedes episcopales de escuelas de “pueri cantores”, así como examinar detenidamente a los clérigos acerca del oficio diurno y nocturno según el rito romano. Le atribuyen a Adam de Saint-Victor, poeta y compositor parisiense, haber sido en el siglo VII uno de los más importantes difusores del canto litúrgico francés con marcada ascendencia gregoriana.Los músicos litúrgicos franceses volviéronse  con el tiempo al canto gregoriano con acompañamiento del órgano.

El musicólogo Jos  Ekkehard anota en su ensayo que:

...el canto gregoriano en iglesias francesas era de sabor muy particular y muy individualizable… y posee cierta dulzura propia”.

La época de mayor brillantez

Ocurrió hacia el siglo IX cuando se estableció la división de los cantos de la Misa

Cantos del Ordinario (Kyrie, Gloria, Credo Sanctus, Benedictus y Agnus Dei) y

Cantos del Propio (Introito, Graduale, Tractus, Alleluya, Ofertorio, Communio) que servirán como esquema aún en nuestros días para los compositores que abordan la forma Misa, tan importante en la Música Sacra.

La nueva técnica Polifónica  demolió el canto Gregoriano.

Las autoridades eclesiásticas sujeta a los devenires sociales y a la crisis moral poco pudo o quiso hacer para evitar que su canto oficial fuese cayendo en el olvido. Las grandes abadías se convirtieron en el refugio seguro para los manuscritos antiguos, pero también donde  los mismos monjes experimentaron libremente con la nueva corriente.

 Su renovación en el s. XIX en Italia

El Papa Pìo IX en 1868 renovó los estudios y programas de enseñanza del canto gregoriano de la ‘Schola Cantorum de Letràn’, mandando a hacer lo propio en las instituciones de canto religioso de Milán, Roma y Venecia. Vemos una Iglesia verdaderamente preocupada por recuperar y revalorar el Canto Gregoriano, no solo por su aspecto o valor cultural, sino y sobre todo por su insuperable valor espiritual y oracional.

En 1882 obispos italianos fundaron en Arezzo, a requerimiento del Vaticano, la Asociación Italiana de Canto, a cuyos miembros se les mandaba a asociar el estilo palestriniano a las formas originales de la música gregoriana. Dos años más tarde, el Papa León XIII ordenará el comienzo de todos los cantos litúrgicos con entonaciones gregorianas. Hasta que recién en 1903 el Papa Pío X promulgó el famosos decreto ‘Motu Proprio’ , también conocido como ‘Editio Vaticana’, cuya finalidad consistía, por un lado, en retomar la originalidad del canto gregoriano, y, por el otro, autorizar a los benedictinos a cantarlo en los oficios religiosos.

Una lenta… pero efectiva recuperaciónSolesmes-02

Durante el siglo XIX el fervor romántico por el  mundo medieval descubrió este canto, atribuido a san Gregorio Magno. Un clérigo francés que, impregnado del más profundo sentimiento romántico, visitaba asiduamente las ruinas de un viejo monasterio caído, el priorato de Solesmes, sintió un deseo irresistible de restaurar el cenobio en ruinas y emprender en él la vida de los monjes antiguos. Este hombre fue Dom Guéranger, impulsor de la vida monástica benedictina, que había caído en el ostracismo después de la Revolución francesa, e iniciador del movimiento litúrgico cuyos frutos se verán en los pontificados de san Pío X y de Pío XII.

Dom Guéranger hizo que los monjes de su monasterio se dedicasen a reconstruir las melodías gregorianas según su auténtica  configuración. Para ello se dedicaron al estudio de primitivos códices, de manera que ya a fines de siglo nuevas ediciones musicales exhibían un canto enteramente remozado según la notación neumática de los códices, reconstituían las melodías según su dibujo original y sentaban las bases para una interpretación cada vez más auténtica. Los monjes de Solesmes formaron así una escuela de investigación musicológica de primera categoría, con un sistema de interpretación característico, que ha servido de modelo en todo el mundo.solesmesAsí surgió  gran interés por este canto, no sólo en los medios eclesiásticos y monástico sino también entre los musicólogos e historiadores. Estos se percataron de la importancia que tuvo el canto gregoriano y  establecieron los principios de la teoría musical que actualmente están vigentes en las escuelas.

Coros de monjes y otros más o menos profesionales dedicaron sus esfuerzos a difundir el canto gregoriano a través de grabaciones discográficas, siguiendo el modelo del coro de Solesmes, que realizó una gran colección de discos de reconocida calidad. En España los monjes benedictinos de Silos y Montserrat siguieron las huellas de Solesmes.

Un color llamado «Malva»

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Apareció  en el arte prehistórico durante la era neolítica que se ha fechado entre 16,000 y 25,000 antes de Cristo. Los artistas de la cueva Pech Merle y otros sitios neolíticos en Francia lo usaron para dibujar y pintar animales y los contornos de sus propias manos en las paredes de sus cuevas.

Ya en el siglo XV a. C. los ciudadanos de Sidón y zonas adyacentes en la costa de la Antigua Fenicia (hoy Líbano), estaban produciendo  un tinte púrpura de un caracol de mar llamado:  Rspinoso-Murex.Murex_sp

La «Purpura de Tiro»

Se cree que ya se la utilizaba en Creta hacia el año 1600 a. C. La ropa con el tinte de Tyria fue mencionada tanto en la Ilíada de Homero como en la Eneida de Virgilio. Se le llamó «púrpura de Tyrian«. La púrpura de Tiro (griego:  porphyra- latín: purpura), también conocida como púrpura real o púrpura imperial, cuyo tono puede variar entre un rojo púrpureo y el morado. Se han encontrado montañas de conchas vacías en los sitios antiguos de Sidón y Neumático. Los caracoles, debían  estar en remojo, luego se extrajo de ellos una pequeña glándula y  el jugo de esta expuesto a la luz del sol. Allí tuvo lugar una transformación fantástica!!. El jugo se volvió blanco, luego amarillo-verde, violeta, luego un rojo que se oscureció más, más y más… El proceso debía detenerse en el momento justo para obtener el color deseado, que podría oscilar entre un carmesí brillante, un púrpura oscuro, el color de la sangre… entonces se teñía los diversos tejidos de lana, lino o seda etc.. El color era siempre bello, brillante y  además duradero.

 En la antiguedad

La púrpura de Tiro se convirtió en el color de reyes, nobles, sacerdotes y magistrados en todo el Mediterráneo . Fue mencionado en el Antiguo Testamento; En el Libro del Éxodo, Dios instruye a Moisés para que los israelitas le traigan una ofrenda que incluye telas “de azul, púrpura y escarlata”, para usar en las cortinas del Tabernáculo y las vestiduras de los sacerdotes.El término usado para púrpura en la versión de Vulgata latina del siglo IV del pasaje de la Biblia es purpura o púrpura de Tiro.

En La Ilíada de Homero, el cinturón de Ajax es morado, y las colas de los caballos de los guerreros troyanos moradas. En la Odisea, las mantas en el lecho nupcial de Odiseo son de color púrpura. En los poemas de Safo (siglo VI aC) ella celebra la habilidad de los tintoreros del griego Reino de Lydia quien hizo calzado de color púrpura, y en la obra de Esquilo (525-456 aC), la reina Clitemnestra recibe a su esposo Agamenón decorando el palacio con alfombras púrpuras. En 950 aC,  el rey Salomón había traído artesanos fenicios para proporcionar telas de color púrpura y decorar el templo de Jerusalén.
Alejandro Magno (cuando daba a las audiencias imperiales elBasileus del Imperio Macedonio), el Basileus del Imperio seléucida y los reyes del Egipto ptolemaico, todos vestían de púrpura de Tiro.

Jesucristo, en las horas previas a su crucifixión, estaba vestido de púrpura por su pretensión de ser el “Rey de los judíos”. Sin embargo, durante el imperio Romano , el violeta estaba cada vez más asociado exclusivamente con los emperadores y sus oficiales. Suetonio afirma que el emperador Calígula mató al Rey de Mauritania por el esplendor de su manto púrpura, y que Nerón prohibió el uso de ciertos tintes morados. En el último imperio, la venta de tela púrpura se convirtió en un monopolio estatal protegido por la pena de muerte.

La costumbre romana de llevar togas moradas puede haber venido de los etruscos; una pintura de la tumba etrusca del siglo IV aC muestra a un noble vestido con una toga bordada y de color morado oscuro.

En Roma, la Toga praetexta era una toga blanca ordinaria con una amplia franja púrpura en su borde.  Usada por niños romanos nacidos libres que todavía no habían alcanzado la mayoría de edad, magistrados curules, ciertas categorías de sacerdotes y algunas otras categorías de ciudadanos. en la imagen vemos que a unos se les otorgaba «silla curul» y los más rasos en banquetas una diferencia: !!!enorme!

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La «picta» de Toga era de color púrpura sólido, bordado con oro. Durante la República, fue usado por los generales en sus triunfos, y por el Pretor Urbanus cuando montó en el carro de los dioses en el circo durante el Ludi Apollinares instituidos en Roma desde la 2ª guerra Púnica.

Durante el Imperio, la toga «picta» era usada por magistrados que daban juegos públicos de gladiadores, y por los cónsules, así como por el emperador en ocasiones especiales.

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Túnica con bordados en oro que pertenecio a Comodo

 

 En la era cristiana…

20121215-justiniano-y-teodora Los Mosaicos de Ravenna- Justiniano y Teodora visten el color imperial

Con los gobernantes de la imperio Bizantino continuó el uso del púrpura como el color imperial, para regalos diplomáticos, e incluso para documentos imperiales y las páginas de la Biblia.

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Los manuscritos del Evangelio se escribieron con letras doradas en pergamino que era de color púrpura de Tyria. Las emperatrices dieron a luz en la Cámara Púrpura, y los emperadores nacidos allí fueron conocidos como “nacidos de la púrpura”, para separarlos de los emperadores que ganaron o se apoderaron del título a través de la intriga política o la fuerza militar. Los obispos de la iglesia bizantina vestían túnicas blancas con rayas de color púrpura, mientras que los funcionarios del gobierno usaban cuadrados de tela púrpura para mostrar su rango.

 

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 Edad Media y  Renacimiento

Después de la Caída de Constantinopla (1453)  el papa Pablo II decretó que los cardenales ya no deberían usar púrpura de Tiro sino escarlata de kermes y alumbre, puesto que el tinte de Bizancio ya no estaba disponible. Así,  obispos y arzobispos de un estatus inferior al de los cardenales, se les asignó el color púrpura hecho de tinte de kermes… más económicas.

 En las Universidades y en el arte

Mientras que el púrpura fue usado con menos frecuencia por reyes y príncipes medievales y renacentistas, los profesores de muchas  nuevas universidades vestían túnicas inspirandose  en las del clero, a menudo, llevaban gorras y túnicas violetas o bien túnicas negras con ribetes morados.

El violeta, tuvo un papel importante en las pinturas religiosas del Renacimiento. Los ángeles y la Virgen María a menudo se retrataban vistiendo túnicas violetas.

Siglos XVIII y XIX

Catalina

En el siglo XVIII, la púrpura todavía se usada en ocasiones por Catalina la Grande y otros gobernantes,  obispos y en tonos más claros, por miembros de la aristocracia, pero rara vez por gente común, debido a  su  alto costo.

Pero en el siglo XIX…

           …al fin cambió cambió la historia.

En 1856, un joven  estudiante inglés de química llamado William Henry Perkin intentaba hacer una quinina sintética. Sus experimentos produjeron en su lugar el primer colorante sintético de anilina, un tono violeta llamado «Malva». Tomó su nombre de la flor  que es del mismo color que varía en: púrpura, morado, carmesí, malva, magenta, fucsia, granate…

 

El nuevo color rápidamente se puso de moda,  después que la reina Victoria luciera un vestido de seda teñido de color malva para la Exposición Real de 1862. Perkin desarrolló un proceso industrial, construyó una fábrica y produjo el tinte por toneladas, por lo que casi cualquiera podía usar malva. Fue el primero de una serie de tintes industriales modernos que transformó por completo la industria química y la moda.

Londres se tiñó de malva. El diario británico All The Year Around, editado por Charles Dickens, describió una escena jamás presenciada hasta la fecha y el satírico Punch se hizo eco de la fiebre llamándolo “Mauve Measles” (sarampión malva)

La locura por este tono vino en buena parte motivada por Eugenia de Montijo, que lo hizo su favorito y sus flores predilectas eran las violetas de Parma.

Charles Worth, el padre de la Alta Costura, debe su popularidad en buena parte a los diseños que hacía para la emperatriz francesa y para Isabel de Baviera la emperatriz Austro-húngara. Un color que marcó su trayectoria, como se puede ver en el MET de Nueva York su colección de vestidos desde 1862, 1892 y 1928. Años más tarde, una de las últimas colecciones de esta casa en 1951-52, incluyó varios modelos en un tono identificado como el “violeta Worth”.

 

La púrpura fue popular entre los pintores»Hermandad Prerrafaelita» de Gran Bretaña, incluido Arthur Hughes, a quien le encantaron los colores brillantes y las escenas románticas.

 

Siglos XX y XXI

En el cambio de siglo, el color púrpura era el color favorito del pintor austriaco Gustav Klimt, quien inundó sus cuadros con sensuales púrpuras y violetas.

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A principios del siglo XX, el violeta, el verde y el blanco fueron los colores del movimiento Sufragio Femenino, que luchó por ganar el derecho al voto de las mujeres, y finalmente tuvo éxito con la 19ª Enmienda a la Constitución de los EE. UU. En 1920. Más tarde, en la década de 1970 , en un tributo a las Sufragistas, se convirtió en el color del movimiento de liberación de las mujeres.

En el siglo XX,

En los nuevos tiempos  del comienzo del siglo… el químico alemán, Paul Friedander, intentó recrear «la púrpura de Tiro» en 1908, un gramo de púrpura de Tyria hecho de diez mil moluscos según la fórmula original, costó nada más y nada menos que unos dos mil euros actuales.  Se necesitaba doce mil moluscos para crear 1,4 onzas de tinte, que solo era suficiente para colorear un pañuelo. Logro dar  con la formula para elaborar la tan codiciada anilina.

 

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«El color Malva»  fiel a su alto rango

Mantuvo su conexión histórica con la realeza; Jorge VI (1896-1952), vistió de color púrpura en su retrato oficial.

King_George_VI  Para su  coronación, Isabel II en 1953, se mantuvo fiel al tono…pero dentro de la Abadía de Westminster. Fue televisada… todo un despliegue  tecnológico.

 

Durante la década de 1960 y principios de 1970, también se asoció con contracultura, psicodélicos y músicos como Jimi Hendrix con su canción de 1967 “Purple Haze”, o la banda de rock inglés Deep Purple que se formó en 1968. Más tarde, en la década de 1980, apareció en la canción y álbum Purple Rain (1984) del músico estadounidense Prince.

En   todos los homenajes que se le hicieron a  Prince, (fallecido hace dos años) los artistas  vistieron de este color, su país hasta tiñó las Cataratas del Niágara!!!! y el mundo entero engalanaron  cuanto monumento simbólico encontraron con este maravilloso  color para rendir un tributo memorable al legendario cantante.