A pesar de ser la más baja y la menor de las siete colinas que circundaban Roma (Aventino, Capitolio, Celio, Esquilino, Palatino, Quirinal, Viminal), la colina del Capitolio es, probablemente, la que esté más relacionada con las vicisitudes históricas.
El episodio más famoso ocurrido en el Capitolio es, sin lugar a dudas, el acaecido durante la invasión del 18 de julio del año 390 a.C., cuando los Romanos fueron derrotados por los Galos en la batalla del Río Allia. El enemigo continuó su avanzada durante los tres días siguientes, hasta que los Galos llegaron a Roma y la saquearon, con excepción del Capitolio que se salvó del saqueo y resistió durante algunos meses. Según la leyenda, el ataque nocturno de los Galos se vio frustrado porque las ocas capitolinas encerradas en el recinto sagrado de Juno empezaron a graznar, descubriéndoles: así pues, el Capitolio…¡se salvó gracias a sus ocas! Para recordar este episodio, en los años 353-344 a.C. se erigió el Templo de Juno Moneda (moneda o amonestadora). Junto al templo de Juno tuvo su sede la primera Casa de la Moneda, cuyo nombre “officina moneta”, proviene precisamente del nombre del templo y del que deriva precisamente el nombre moderno de “moneda”.
La Plaza del Campidoglio (plaza del Capitolio) se halla en el punto más alto de una de las siete colinas de Roma, la Colina Capitolina. Situada entre el foro romano y el Campo de Marte, la colina Capitolina forma parte del origen de la ciudad romana, estando sus ruinas sepultadas bajo varios niveles de arquitectura medieval y renacentista. La plaza del Campidoglio era la sede del Senado, base del gobierno de la antigua Roma, y emplazamiento de numerosos santuarios religiosos. También era utilizada para la administración de la justicia y fue el lugar que acogió a las Sabinas. En la colina se ubicaron templos importantes como el de Vulcano, construido en el siglo 8 a.C., el de Juno Moneta, el de Virtus, y el de Júpiter Optimus Maximus Capitolinus, construido en el 509 a.C. Este último llegó a ser el emblema de la ciudad de Roma, la capital del mundo en época romana.
Durante la edad media el carácter religioso de la colina fue perdiendo valor, para llegar a ser el centro civil de la nueva Roma.
La Colina Capitolina, centro geográfico y político de la Roma antigua, llegó a ser en época renacentista un simple conglomerado de edificios que había perdido su importancia y que solo servía de telón de fondo para las ejecuciones y la administración de la justicia
Esta es la vista aérea de la famosa Plaza
La destrucción de edificios antiguos entre los siglos VIII y XII propició el traslado de la sede del prefecto de la ciudad desde el Foro Holiforium hasta este lugar. Así, la colina Capitolina pasó a ser el centro gubernamental de la ciudad medieval. En el siglo 11 d.C. ya albergaba el ayuntamiento de la ciudad. Aunque la política de la ciudad estaba muy controlada por los papas este espacio también fue escenario de resistencias civiles contra este poder.
Tras una revuelta en 1144 un senador estableció su residencia en la colina, dando la espalda a los foros romanos.
Así, una pequeña plaza se estableció frente al palacio del senador, donde deberían llevarse a cabo actos institucionales. El palacio del Senador fue reconstruido en el año 1299, tomando forma de plaza fuerte de señor feudal con una gran torre central. En el siglo XIV el estado del palacio era tan pésimo que el gobierno tuvo que celebrar algunas sesiones en la vecina iglesia de Santa María en Aracoeli, construida en 1290.
Para empezar:la palabra capitolio proviene precisamente de este lugar. Si buscan «capitolio» en la web de la R.a.e. nos dice que significa «Palacio que, en algunos países, alberga los órganos legislativos del Estado» (como el famoso Capitolio de los EEUU).
En 1429 Nicolás V reconvirtió un edificio existente en el Palacio de los Conservadores como parte de su plan de mejora de la zona. Este palacio estaba porticado y tenía una configuración medieval. Así pues, en el siglo XVI la plaza ya tenía una nueva orientación dando la espalda a los foros romanos, pero totalmente desordenada en su configuración.
La Plaza del Campidoglio o del Capitolio está considerada la primera plaza moderna de Roma, que se diseñó a modo de una gran terraza sobre la ciudad en el año 1536 a instancias del Papa Pablo III Farnese y bajo ladirección del genial Miguel Ángel.
El papa Pablo III, se avergonzaba del estado en el que se encontraba la célebre colina (en aquella época llamada colle caprino, esto es, colina caprina, por ser utilizada como pasto para las cabras), lugar del desfile triunfal organizado en Roma en honor de Carlos V en 1536.
Así comenzó el cambio de orientación de este espacio hasta adoptar la configuración con la que se encontraría más tarde Miguel Ángel al hacer su proyecto urbanístico y arquitectónico. Miguel Ángel proyectó la plaza, haciéndola volverse no hacia el Foro Romano sino hacia la Basílica de San Pedro, que representaba el nuevo centro político de la ciudad. Para muchas personas que aman lo perfecto este artista fue lo más grande que exitió, sin duda que no está errados, de una originalidad y audacia fuera de lo común que nos dejó maravillados con sus múltiples obras que aún hoy son motivo de investigación y polémica.
Pensó construir un nuevo palacio, llamado por esto Palacio Nuevo para cerrar la perspectiva hacia la Basílica de Santa María en Aracoeli, rediseñó el Palacio de los Conservadores eliminando todas las estructuras medievales, armonizándolo con el Palazzo Senatorio al que añadió doble escalinata que servía para acceder a la nueva entrada, no vuelto más hacia el foro sino hacia la plaza; Miguel Ángel proyectó también la escalinata de la Cordonata y la balaustrada desde la que tiene vistas hacia la plaza de Aracoeli, que queda en un plano inferior.
La rampa-escalera de Miguel Ángel fue diseñada con una anchura suficiente para que los jinetes pudieran ascender a la plaza sin tener que bajar de sus monturas.Está flanqueada en su base por dos estatuas egipcias de leones hechas en basalto negro, y por dos estatuas de Cástor y Pólux, provenientes de un templo de los Dioscuros en el Circo Flaminio, en su extremo superior.
Debido a que las obras fueron demasiado lentas, Miguel Ángel no vivió para ver su obra finalizada aunque, a pesar de esto, la construcción se realizó siguiendo fielmente sus planos.
El Palazzo Senatorio es hoy la sede del Ayuntamiento de Roma, mientras que los Museos Capitolinos, abiertos en el año 1735 (uno de los museos públicos más antiguos del mundo) están alojados en los otros dos palacios, unidos por una galería subterránea, la Galleria Lapidaria.
Como anécdota, si se fijan bien en la foto, en la parte izquierda sobre el césped hay un pedestal blanco con una estatua (se ve bastante mal, la verdad) que corresponde al señor Cola di Rienzo. Que vivió en la Roma del siglo XIV y estaba obsesionado con devolver a la ciudad su antiguo esplendor, de hecho, consiguió hacerse con el poder municipal (expulsando a nobles de Roma) pero sus leyes crueles y dictatoriales hicieron sublevarse al pueblo y acabó decapitado en el mismo lugar donde se levanta esta estatua.
Richard Wagner escribió la ópera Rienzi que se basa en este personaje.
En el extremo superior, se trata de los Dioscuros («hijos de Zeus») gemelos Castor y Pólux. Las estatuas fueron traídas y restauradas del Circo Flaminio. Los Dioscuros (que en el momento se creían realizados por Fidias y Policleto como retratos dobles de Alejandro), todo conducía a la exaltación de la Antigua Roma y su poder (aquí se encontraron los primeros pobladores y se creó uno de los principales templos de la Roma antigua), aunque sin olvidar el carácter cristiano de su mecenas (el Papa Paulo III), con un típico conciliato (una de las placas SPQR, imitando en la medida de lo posible a los antiguos, en espíritu y obra, se opone a otra que reza: en el año de nuestra salvación de 1568, encomendada a Jesucristo, creador de todo lo bueno)
Una vez superada la Cordonata, llegamos por fin a la plaza y lo primero que vemos son tres enormes edificios que dan forma trapezoidal a la plaza, para lograr una mayor sensación de profundidad, con un pavimento realmente llamativo y una figura ecuestre predominando en el centro toda la escena….muy parecido a este grabado de Étienne Dupérac del 1568…
¿Cómo es posible que se diseñara una plaza entera dando la espalda al Foro romano? Estaban convencidos que las estatua escuestre que allí pusieron era de Constantino el grande el que terminó con la persecusión cristiana. Pero estaban equivocados . La estatua es de Marco Aurelio ( 176 d.c.) el emperador filósofo, es la única y por tanto la más vieja estatua ecuestre de un emperador romano de bronce que ha llegado a nuestros días ya que los cristianos fundieron todas la demás esculturas de bronce de los antiguos romanos para convertirlas en moneda…y curiosamente ahora, la esta estatua sigue estando relacionada con monedas, pues aparece en las monedas de 0,50€ italianas(serie 2002) La estatua ecuestre de Marco Aurelio en bronce dorado, anteriormente situada en la plaza de San Juan de Letrán, fue colocada en el centro de la plaza por deseo de Pablo III; la estatua original, después de una larga restauración que ha sacado a la luz trazas de dorados, está actualmente conservada en los Museos Capitolinos, mientras que sobre la plaza se colocó una copia.
La imagen de la estatua ecuestre de Marco Aurelio, así como el diseño del suelo de la plaza también aparecen en el pasaporte italiano.
Loba capitolina: es una reproducción, a pequeña escala (original en los Museos Capitolinos).Está a la izquierda del Palazzo Senatorio. Es el símbolo de Roma por excelencia. Algunos han sostenido recientemente que la pieza es de origen medieval y no etrusco como se pensaba. Los dos gemelos son un añadido renacentista.
Esta es la original
En el Palazzo Senatorio, la sede del Ayuntamiento de Roma es un impresionante edificio construido entre 1582 y 1605. En el Palazzo de los Conservadores es donde está el Museo de Arte del Capitolio y en el Palazzo Nuovo hay también otro Museo Capitolino con muchas obras de arte de origen griego y romano, la finalización del proyecto sería de Giacomo della Porta y los Museos públicos que allí están son los más antiguos del mundo, fundados con la colección del papa Sixto IV allá por 1471, aunque fue el papa Clemente XII, en 1734, el que ordenó que se abriera al público.