Era único en el escenario… solo a el seguían los ojos…
Rudolf Nureyev -1938-1993, hijo de un comisario político del Ejército Rojo, fue uno de los bailarines de más talento de la Unión Soviética.
Su padre no aprobaba esta actividad para su hijo fue con el apoyo de su madre, que lo cubría alegando excusas que Rudolf siguió practicando danza.
A los 15 años, trabajaba como extra en la Opera de Ufa, lo cual le dio algunos ingresos para pagar algunas clases con la compañía de ballet del teatro. Fue en este marco que le tocó reemplazar a uno de los bailarines en un solo folclórico, que apenas había visto alguna vez. Tenía una memoria asombrosa para recordar los pasos. En gira por Moscú, decidió audicionar para estudiar en el Bolshoi, donde le fue muy bien, pero prefirió continuar con la esperanza de llegar a Leningrado, ya que allí no sólo la educación era de mayor calidad, sino que tenía la posibilidad de quedarse en una residencia provista por el Estado, lo cual solucionaba su problema habitacional y el costo que esto conllevaba. Allí audicionó en la Academia Vagánova de Ballet, dependiente del Kirov.
Bajo la mirada de Pushkin, Rudolf no hizo más que progresar. Fueron sólo dos años en Vaganova, pero en la gala final en 1958, cuando interpretó el Pas de Deux de “El Corsario” junto a Alla Sizova, fue tan sorprendente su interpretación que tanto del Bolshoi como del Kirov le ofrecieron contratos directamente de solista.
Rudolf no se atenía a los parámetros de la interpretación que le imponían para cada personaje, sino que los interpretaba desde su propia lectura de la obra. El mismo carácter rebelde que tuvo cuando estudiante, se replicó a nivel profesional. Pedía intervenir en la elaboración de los trajes, así como también discutía con las ideas de los ensayistas y los maestros, con quienes muchas veces elegía no trabajar. Prefería ensayar solo, para probar sus ideas, y llevarlas a cabo su criterio en el escenario.
En 1961 con motivo de un viaje a París para sustituir a un bailarín accidentado del Kirov la actitud del irascible y volátil Nureyev despierta las sospechas de los agentes del KGB que acompañan a la compañía. Dada la situación deciden repatriarlo a casa bajo el pretexto de que debía bailar en el Kremlin primero y de que su madre se encontraba gravemente enferma después… dos razones que según Nureyev le hacen sospechar de la situación. Gracias a una maniobra envolvente de la policía francesa Nureyev es separado de los agentes y pide asilo político en el mismo aeropuerto.
Después de este suceso y tras ser nacionalizado austriaco llegó su «gloria» en occidente en buena medida debido a su exposición mediática y su condición de refugiado escapado de la KGB…
Un dúo de leyenda
Cuando Margot Fonteyn y Rudolph Nureyev terminaron de bailar Romeo y Julieta, en 1965, hace más de 50 años, la ovación fue un hito histórico: hasta 43 veces tuvo que subir el telón para que saludaran los míticos bailarines, los espectadores aplaudían sin parar, llegando a los 40 minutos y sólo cuando se decidió bajar el cortafuegos del escenario de Covent Garden, accedieron a abandonar la sala. Fonteyn y Nureyev, la pareja más famosa de la historia del ballet clásico, ella veinte años mayor que él, inmortalizó para siempre su unión con la tragedia de Shakespeare y se hicieron leyenda.
El Royal Ballet se convirtió así en “su base” hasta los años 70. Desde allí, igualmente bailó con sendas compañías, viajó por Sudamérica y los Estados Unidos. Los más grandes coreógrafos de la época elaboraban piezas para él: Ashton, Balanchine, Maurice Bjart, Rudi van Dantzig, Flemming Flindt, Martha Graham, Murray Louis, Kenneth MacMillan, Roland Petit, Paul Taylor y Glen Tetley, según se indica en su biografía oficial.
La variedad de sus incursiones tenía que ver especialmente con sus motivaciones creativas. En este momento, Nureyev se había convertido en una celebridad, que frecuentaba a la elite del espectáculo y el arte mundial: Entre quienes frecuentaba, se encuentran personajes tales como Mick Jagger, Freddie Mercury y Andy Warhol,
En 1971 visitó Buenos Aires, donde bailó en el Teatro Colón junto a Olga Ferri, elegida por él para interpretar “El Cascanueces”.
Su éxito no solo le llevo a bailar sino en aparecer en películas, programas de TV, entrevistas …
y ser nombrado director del Ballet la Ópera de París en 1983 durante seis años, periodo durante el cual innovo la técnica e invito a varios bailarines para que aportaran nuevas ideas… y continuo bailando.
Nureyev, coreógrafo
Durante su carrera, volvió a montar alrededor de quince ballets, la mayoría de los cuales aún hoy utilizados por las compañías de danza más prestigiosas. Trabajaba la misma obra para varias compañías a la vez, lo cual le permitía fluir sus ideas y mejorarlas. Sus puestas de “Romeo y Julieta”, “El Cascanueces” o “La Bayadera” …desconocida en Occidente, fueron versiones intensas y retomadas actualmente.
Una nueva la Cenicienta, Nureyev eligió ambientarla en la América de los años treinta. También creó nuevos ballets de un acto, que son testigos de su insaciable apetito cultural. A menudo se inspiraba en la música Bach -Suite o en la literatura The Tempest de Manfred,
Por su personalidad increíble y su gran fama, se le permitió volver a su país para ver a su madre y para representar La Sylphide en el Teatro que lo había visto debutar.
Su última puesta en escena fue en París, “La Bayadera”, uno de sus ballets más exitosos.
El Sida se lo llevó, muriendo en París el 06 de enero de 1993 a la edad de 54 años. Nureyev fue enterrado en el cementerio ortodoxo ruso de Sainte-Geneviève-des-Bois junto a numerosas e ilustres figuras rusas como el primer ruso en recibir el nobel de literatura Ivan Bunin, bailarines, músicos etc.
Un recuerdo de su pueblo tártaro
Su tumba es de una belleza extraordinaria: un exquisito tapiz de bronce y cristal, que se asemeja a los lujosos tejidos al estilo de los que el coleccionaba. La textura y los pliegues son de un realismo increíble, semeja un tradicional «kilim» con el que se cubría, el suelo, los animales o el equipaje, el «baúl de los nómades» de su pueblo.
Ezio Frigerio– escenógrafo y director artístico actualmente de 91 años, honró la figura del genio de la danza con una tumba cubierta con esta especie de alfombra… fue gran amigo del bailarín, a partir de que realizara la escenografía del ballet Romeo y Julieta y colaborara con él en varias oportunidades
Atrayente como un imán…su «cadencia natural» lo hacía especial en su movimientos comparables únicamente con el célebre Nijinsky 1890-1850 …aunque no entedieras nada de «Ballet» !!!era el mejor!!
Nureyev desempeñó un papel importante en la evolución de la danza masculina en el siglo XX. Mantuvo la fuerza y la técnica del bailarín clásico, pero las refinó al máximo. Reelaboró los principales roles masculinos para darles más importancia y virtuosismo. Interpreta sus papeles como actor, con carisma y verdad dramática. Después de él, este tipo de interpretación se convirtió en la regla para todos los bailarines masculinos…
Una muestra …
Gusto por la estética opulenta
Decoraciones suntuosas, bordados, trenzas, piedras …esto lo llevó a trabajar con decoradores y diseñadores de vestuario como Nicholas Georgiadis, Martin Kamer, Ezio Frigerio, Franca Squarciapino, Hanae Mori, Petrika Ionesco …
La fundación Rudolf Nureyev
Rudolf Nureyev creó su fundación en 1975 bajo el nombre de «The Ballet Promotion Foundation». Había asignado a la fundación la tarea de crear un lugar dedicado a su memoria.
Al principio, diseñado para ayudar a su familia, apoyar a bailarines, tropas, escuelas de ballet o incluso a la organización de espectáculos. Después de su muerte, se convirtió en la Fundación Rudolf Nureyev en 1994, manteniendo las mismas grandes misiones. Actualmente también se planea la acción en el ámbito médico, humanitario y científico.
La colección Nureyev
La exposición permanente, diseñada por Ezio Frigerio, dedicada a la Colección Nureyev, conmemora la carrera excepcional de este gran bailarín del siglo XX, su trabajo como coreógrafo, su estilo de vida, su gusto por la opulenta decoración interior, su pasión como coleccionista objetos, muebles, textiles y por cierto …su amor por la música.