«Ningún arte fue nunca menos espontáneo que el mío. Lo que hago es el resultado del estudio de grandes maestros; de inspiración, espontaneidad o temperamento, yo no sé nada.»
Degas es uno de esos pintores con un estilo único, especialista en captar el movimiento del cuerpo. Más de la mitad de sus obras están ambientadas en el Ballet y lo muestra tras bambalinas.
Considerado por muchos impresionista…en realidad se autotitulaba «Realista», pero si, sostuvo amistad duradera con ellos. Abordó alternativamente la pintura al óleo, pastel, el dibujo, el grabado y la escultura.
Cuando el crítico de arte Edmond de Goncourt visitó a Degas en su estudio, dijo de él: «Después de grandes ensayos, experimentos y tiros de prueba en todas direcciones, él se ha enamorado de la vida moderna, y de entre todos los temas de la vida moderna, ha elegido mujeres bañándose y bailarinas.»
Poco de paisajes o vistas al aire libre, su interés residía en la captura de “lo momentáneo”, de ahí que fue muy buen fotógrafo, utilizó la fotografía, pero no lo decía porque era mal visto.
Según la historiadora de arte Carol Armstrong, «Degas era más bien un anti-impresionista que criticaba muchas de las obras que seguían dicho movimiento».
Tal y como el mismo Degas llegó a explicar «Ningún arte fue nunca menos espontáneo que el mío. Lo que hago es el resultado del estudio de grandes maestros; de inspiración, espontaneidad o temperamento, yo no sé nada».
Sin embargo, a la hora de «catalogar», el tipo de arte de Degas se apega más al Impresionismo que a cualquier otro movimiento artístico.
Sus escenas sobre la vida parisina, la composición y sus experimentos con el color y la forma, sin mencionar su cercanía con varios notables artistas impresionistas como fueron Cassatt o Manet,por eso relacionan a Degas con el movimiento impresionista.
Amaba el movimiento de personas y animales, especialmente caballos, las realizaba dotándolas de increible gracia… Su interés residía en la captura del momento, por ello le atrajeron las carreras de caballos, los espectáculos de ballet, los ensayos o los momentos inesperados de su serie de desnudos femeninos relacionados con el baño.
Según Giulio Carlo Argan– historiador y crítico de arte italiano, uno de los mayores eruditos y pensadores del siglo XX dice de Degas «…fue más dibujante que colorista: aunque lo fuera, no por ello fue un anti-impresionista entre los impresionistas, o lo que sería peor, un espíritu ambiguo y contradictorio entre sus impulsos progresivos y sus rémoras conservadoras. Él opone una objeción de fondo al impresionismo de Monet o de Renoir: la sensación justa es un hecho mental antes que visual, y por ello no puede producirse un nuevo modo de ver sin un nuevo modo de pensar. No es solo una cuestión de vista, como sentenciaba Monet. El dibujo de Degas es un gesto rápido, prensil, resolutivo, que atrapa algo de lo real y se apropia de ello».
Hilaire-Germain-Edgar de Gas -1834-1917 nació en el seno de una familia de la alta burguesía. Su padre y su abuelo eran banqueros, emparentados con nobles familias del norte de Italia.
Autorretrato de 1855
Camile Pissarro llegó a escribir de él:«Degas es sin duda alguna el más grande artista de nuestro tiempo».
El arte de Degas también fue admirado por Henri de Toulouse-Lautrec y por la siguiente generación de artistas.
Visión realista
A raiz de las deudas de uno de sus hermanos perdió toda su fortuna y el arte salvó su existencia… trabajó afanosamente y
dentro sus preferencias, las bailarinas ocuparon un papel relevante por la técnica de ejecución y por sus búsquedas permanente de novedad, fue de lo más original para la época, relacionado con la integración de las figuras en un espacio en el cual también está previsto el espectador que observa “ese momento” desde una posición casi privilegiada, consustanciándose con lo que allí sucede.
Presentó a las bailarinas solas o en grupos, tomando clases, a punto de salir a escena, en el escenario bailando, saludando o descansando entre bambalinas. En todas ellas prevaleció la captura de ese momento íntimo, de un gesto particular, de ese instante que transmite toda la carga emotiva de la situación representada.
El estilo de Degas refleja el respeto que sentía hacia los maestros clásicos,fue un copista entusiasta en especial hacia sus admirados Jean Auguste Dominique Ingres y Eugène Delacroix.
Degas era un gran coleccionista de grabados japoneses, cuyos principios compositivos influyeron fuertemente en sus obras, al igual que el realismo de ilustradores como Daumier y Gavarni.
Utilizaba todos los recursos posibles para llegar a su objetivo: acercó planos, enfoques de arriba hacia abajo para favorecer la intensidad descriptiva de la escena o descentralizaba la composición, como en las estampas japonesas, estas, lo cautivaron desde que descubrió la pintura de Hokusai.
Focalizó su mirada en figuras particulares, vistas siempre desde un ángulo oblicuo, muy próximas al espectador, reproduciendo distorsiones de espacio o de enfoques causada por los binoculares utilizados por los asistentes a estos espectáculos…
Otro ambiente… otra luz
El interés de Degas por los espectáculos de ballet comenzó alrededor de 1870 acercándose al pastel, al debilitarse su visión que fue perdiendose paulatinamente hasta su ceguera total…
Concurrió con asiduidad al edificio de la Ópera de París de la calle Le Peletier. Esto le permitió registrar los espacios por donde se movían las bailarinas: aulas, camarines, salas de ensayo y el foyer, lugar de encuentro con los abonados durante los intervalos.
Este acceso al teatro fue importantísimo para concentrarse en sus principales inquietudes: la organización de grupos de figuras donde el elemento descriptivo y el estudio de los efectos de la luz artificial combinados con los de la luz natural fueron el centro de su más absoluta atención.
El buen manejo del pastel le permitió mayor fluidez en el trazo. Logró fundir el color y el dibujo, aplicando el pastel con fuertes toques verticales, que hicieron resaltar la tonalidad mediante el contraste de colores. Utilizó una paleta antinaturalista, azul eléctrico, amarillo cromo, naranjas, rojos, poniendo de relieve la planimetría del color.
Esta técnica del pastel, tan de moda durante el siglo XVIII, había caído en desuso hasta que fue recuperada por los impresionistas. A Degas le abrió infinidad de nuevas posibilidades y le permitió agudizar la representación del movimiento y la fugacidad de sus escenas.
En una de las series de bailarinas que pintó en los últimos años, aparecen de a pares, reposando extenuadas después de la función, sentadas, una junto a la otra, tratando de aliviar su cansancio, frotándose los tobillos, desplomando la cabeza sobre su mano, mientras el otro brazo aparece en algunas versiones recortado, o acomodando, el tutú de su compañera…
Los cuerpos de las bailarinas han perdido la capacidad de bailar, reposan, saludan, esperan …estando ausente el talento individual. Las composiciones de sus series nunca constituían un par idéntico. Sus personajes estaban modificados en algún aspecto o algún detalle se suprimía.
Llamativamente…la mayor parte de estas últimas obras no fueron vendidas, sino que el pintor las conservó archivadas en su taller. Repitiendo estos temas, del movimiento pero en otro aspecto… el revés del mundo glamoroso del espectáculo, representando a sus bailarinas como mujeres trabajadoras, que luchan duramente para ganar el sustento, que se desaniman, se cansan y que jamás alcanzaran el estrellato.
Realizó muchas esculturas pero solo exhibió una: Pequeña bailarina de catorce años -1881.
Escultura de cera casi a tamaño real con cabello auténtico y vestida con un tutú verdadero, la cual provocó una fuerte reacción de críticas negativas. La mayor parte encontraban el realismo de la escultura extraordinario, pero criticaban la fealdad de la niña.
En una crítica, J.K. Huysmans escribió»: «La terrible realidad de esta estatuilla evidentemente produce inquietud en los espectadores; todas sus nociones acerca de la escultura están aquí alteradas. El hecho es que este primer intento de Monsieur Degas ha revolucionado las tradiciones de la escultura, de igual manera que lo hizo con la pintura»
La escultura, exhibida en las sexta presentación impresionista en 1881, fue probablemente su pieza más controvertidade ese año, algunos críticos describieron su «fealdad atractiva».
La originalidad de Degas consistió en descartar las superficies lisas de la escultura clásica y añadir cabello humano y ropaje, otorgando a la escultura cierta imagen de muñeca que llevaron a cuestionamientos en cuanto a la «realidad» dentro del arte.
Una real, sincera y verdadera amistad con Mary Cassatt
En 1877 se conocieron gracias al artista y grabador Joseph Gabriel-Tourny. Tenían muchas cosas en común la madre de Degas era estadounidense y dos de sus hermanas casadas vivían allí.
Empezó vínculo amistoso por el resto de la vida, Mary, aborrecía a sus compatriotas y a Degas le divertían. Incluso hasta hablaron de realizar un pequeño tour por los Estados Unidos para contrastar sus visiones…
Degas la invitó a unirse al grupo de los impresionistas. Tenían sus estudios cercanos, apenas a cinco minutos a pie, y las visitas eran constantes. Degas le daba consejos, discutían y le ayudaba a conseguir modelos. La niña de su célebre cuadro “Niña pequeña en un sillón azul” era la hija de un buen amigo de Degas.
Al principio Cassatt estaba abrumada y feliz que un pintor como Degas, se interesase por su trabajo, pero tanta intromisión acabó por cansarla hasta que un día que le pidió que se marchara… Cassatt no necesitaba hombre alguno que le dijese cómo pintar lo que ella quería. Degas respetaba esta independencia y siguieron colaborando, aunque a veces chocasen fuerte y frecuentemente.
Edgar Degas, murió ciego el 27 de septiembre de 1917 a causa de un aneurisma cerebrovascular y fue enterrado en el cementerio de Montmartre. Pasaría a la historia del arte como un gran dibujante, un innovador de la luz y un maestro de la tensión psicológica, elementos que impregnaron sus obras.