…siempre un espectáculo!!!!
Paganini- Variaciones para violín y orquesta op.10
Por estos» tiempos carnavalescos«, un justo homenaje al tan virtuoso y mentado compositor Nicoló Paganini. El tema que tomó para hacer esta obra fue una simple tonada popular que según se dice era de origen austríaca. Sencilla, pegadiza, que permite precisamente desarrollar improvisaciones varias para lucimiento del intrumento solista cosa que Paganini manejaba a la perfección.
No es cualquier partitura es algo especial…
El violín afinado medio tono alto toca en «LA» mientras que la orquesta acompañante toca en «SI bemol Mayor», esto crea un ambiente «politonal» el TEMA y 20 variaciones en una suceción de «trinos», «cuerdas dobles»,»Pizzicati» «armónicos dobles con eco» siempre en busqueda de efectos sorprendentes, «transporta» la melodía a la región más aguda del instrumento, aprovecha la «cantabilidad» de la cuarta cuerda del instrumento al máximo. El acompañamiento es monótono con ritmo de tresillos. Esta obra sumamente popular entonces y tocada por el compositor, maravillaba al público. Hoy, raramente es ejecutada y en muy raras ocaciones completa… quizas algún solista se «anime» para demostrar su destreza.
Nicoló Paganini –
Retrato del pintor Eugéne Delacroix
nació en Génova en 1782 y murió en Niza en 1840- Fue uno de los grandes violinistas y el más virtuosos de todos los tiempos que haya existido jamás, con oído absoluto y entonación perfecta, técnicas: de arco y expresivas, nuevos usos del staccato y pizzicato, responsable de la «Moderna técnica violinística». Sus padres fueron Antonio Paganini y Teresa Bocciardo. Su padre fue el primero en acercarlo a la música cuando le enseñó a interpretar la mandolina a los cinco años. Luego aprendió a tocar el violín, alumno de Giovanni Servetto y Alessandro Rolla, este último lo rechazó,argumentando que ya sabía todo lo que él podía enseñarle. A pesar de ello, continuó estudiando composición y aprendió trucos sobre el oficio de violinista de viejos instrumentistas. Deslumbró con su depurada técnica. Sus contemporáneos dudaron de su extraña naturaleza: humana…o divina? Paganini no estudiaba nunca (eso decían)… y comenzaron las habladurías, más aún, algunos aseguraban que era el diablo mismo.
Atrajo la atención del público y de los demás artistas. Desde su primera aparición a los nueve años. Con tan solo trece años realizó una gira por ciudades de Lombardía. En los primeros años, se limitó a tocar los conciertos de otros compositores, en particular los de Viotti y Kreutzer; pero a partir de 1819 decidió presentar los propios, que desde el comienzo entusiasmaron al público.
Surgieron muchos comentarios por su apariencia y sus adelantos musicales… estos eran una «obra de arte» en sí. Se decía, que en la mayoría de sus apuntes aparecía una nota extraña: la «nota 13″.
Cuando tocaba parecían varios los violines que sonaban. Su capacidad para interpretar obras de gran dificultad únicamente con una de las cuatro cuerdas del violín fue impresionante. El público deliraba!!!
Sus conciertos: !un adelanto de lo que sería el mundo del espectáculo!.
Su música, no sólo era escuchada y admirada por la gente culta sino también por mendigos y personas del bajo mundo, porque era para Todo público!!! Bella, distinguida… digamos de-lei-tan-te.
A los 27 años de edad decidió apartarse de su «empleo formal» en la corte de Elisa Bonaparte Banciocchi, Princesa de Lucca y Piombino (1777-1820), hermana menor de Napoleón Bonaparte (1769-1821) para lucirse como violinista virtuoso con las obras que él mismo componía. En 1828 fue a Viena, más tarde a París y en 1831 y Londres. En París conoció al pianista y compositor húngaro Franz Liszt, este quedó fascinado por su técnica, juntos realizaron algunas piezas interpretadas con el piano.
Triunfó ampliamente
Hacia 1813 en Milán primeramente, lo cual le granjeó una reputación en su país y quince años después era figura internacional. El primer Concierto para violín en Do mayor que escribió data de 1816, estructurado en tres movimientos, muestra sus capacidades técnicas: se escuchan sonidos inéditos, asombrosos para su época hasta de fuegos artificiales. El movimiento siguiente es muy similar a un aria de estupendo lirismo. El segundo (conocido éste como “La Campanella”) un éxito!
Solista virtuoso de extraña figura
Irreverente, taciturno, mal vestido (a propósito), prematuramente envejecido, alto, delgado, algo jorobado, de pecho plano y cuello largo, feo, de cabello lacio negro y ralo, de piel pálida, cadavérico, sin dientes, de voz cavernosa y afónico, de ojos protuberantes y con un brillo salvaje que se acentuaba al tocar, de pies desproporcionadamente grandes y unas manos que no parecían humanas era …Un Mago!!!.
Juerguista, alcohólico, adicto al opio, que lo mantenía en un letargo del que solo salía cuando tomaba su violín y tocaba. El público, pagaba encantado grandes sumas por verlo. Las crisis de nervios y desmayos de las jovencitas y mujeres que asistían a sus conciertos eran comunes: ni más ni menos, como pasó con Elvis Presley o con Los Beatles en el siglo XX, estos, fueron continuadores del «Paganini mediático».
Contrarrestando su genialidad y brío de virtuoso ejecuntante, fue un hombre frágil, atormentado, muy enfermo. Murió a causa de una hemoptisis producida por la tuberculosis que padeció por más de una década. Pero fue la sífilis, que adquirió de joven lo que lo llevó a largos tratamientos mercuriales que le dañaron lentamente sus riñones y el aparato digestivo.
Técnica
La oposición de Spohr a su técnica retardó el progreso en la ejecución del violín en la región. Heine le admiró en Hamburgo y Schumann en Frankfurt, mientras que Karl Guhr editó un análisis profesional de su arte. De sus colegas contemporáneos, Ernst llegó a ser su imagen más cercana, mientras que Berrito y Vieuxtemps fueron influidos, por la tradición franco-belga establecida por la Escuela de Viotti. En cambio, Goethe y Spohr en Alemania,no se sintieron impresionados. Spohr consideró que su estilo era una mezcla de «genio consumado y carencia de buen gusto». Según cuentan, la oposición de Spohr a su técnica, retardó el progreso en la ejecución del violín en la región. Pero a pesar de la crítica Paganini le dedicó su Capricho n° 15.
La personalidad, el magnetismo y la mística de Paganini fueron inimitables. Los aspectos puramente técnicos de su interpretación fueron rápidamente analizados y copiados. Algo notable: los principales admiradores de Paganini no fueron ni compositores ni violinistas, si, !!!Músicos con mayúsculas!!!!: Chopin, Liszt, Schumann y Brahms, Boris Blacher, Andrew Lloyd Webber, George Rochberg, Witold Lutosławski, Robert Fripp, Yngwie Malmsteen en especial a Sergei Rachmaninoff (1873-1943), quien compuso «Raspodia sobre un tema de Paganini» en 1934. Para hacerlo utilizó el tema del capricho Nº 24 .
Amigo de Gioacchino Rossini (1792-1868) quien presenció el estreno de su Primer concierto para violín en Nápoles, el 31 de marzo de 1819, pues el famoso autor de El barbero de Sevilla había estrenado en la misma ciudad, cuatro días antes de la première de Paganini, su ópera Ermione. De hecho, Rossini llegó a declarar que “si Paganini tuviera la osadía de escribir óperas, entonces todos quienes nos dedicamos a ello estaríamos en problemas.”
Algo de su obra…los 24 Caprichos para violín 1802 y 1817.
Los Caprichos están escritos en forma de estudios, y concebidas para la propia satisfacción del compositor.
Los compuso cuando todavía no había pensado ser concertista internacional. Sus ambición, era ser un simple violinista de alguna orquesta capitalina o director… quizás maestro de capilla.
Encuentro que marcó su futuro
Pietro Locatelli, fue un célebre violinista y compositor del s. XVIII. Había incluido en su edición L ‘arte del violino, 24 caprichos de gran dificultad para su época. Paganini conoció esta obra siendo muy joven, quedando profundamente impresionado con ella pues vislumbró todas las posibilidades del instrumento.
Exigente compositor
Cada uno de los 24 caprichos de Paganini son una auténtica obra de arte del estudio del violín .
Además de música para violín compuso también para: mandolina, guitarra, viola y fagot. Destacan sus duetos para violín y guitarra y sus composiciones para cuarteto de cuerdas. Unas 200 piezas en las que involucraba de alguna manera a la guitarra otro instrumento que el dominaba a la perfección.
Cuando Paganini publicó sus Caprichos, los dedicó a «alli artisti» en lugar de una persona específica. Ricordi los publicó por primera vez en 1819/20, agrupados y numerados del 1 al 24 junto con las 12 Sonatas para Violín y Guitarra (Opp. 2 y 3) y 6 Cuartetos de Guitarra (Opp. 4 y 5).
Después con edicatoria escrita por el propio Paganini .
Entre 1832- 1840 otra edición.
Sus Caprichos
1- Mi mayor «Arpegios»es un brillante estudio del arco, en su más profundo sentido musical (Andante) – Henri Vieuxtemps,el mayor representante de la escuela violinística franco-belga.
2- Si menor (Moderato) Giuseppe Austri.
3-Mi menor «Octavas» ,es el primer ejemplo, en la literatura del violín, del doble trino(Sostenuto – Presto – Sostenuto) Ernesto Camilo Sívori, amigo y discipulo.
4-Do menor «Terceras» contiene pasajes de enorme dificultad con notas dobles,
pasajes en décimas, etc., a un tiempo rapidísimo(Maestoso) Ole Bornemann Bull, violinista noruego;
5- La menor (Agitato) Heinrich Wilhelm Ernst,compositor y violinista moravo, considerado en su época como el mejor violinista de su tiempo y sucesor de Paganini.
6-Sol menor «El Trino / Trémolo» (Lento) Karol Józef Lipiński, virtuoso violinista y compositor polaco, activo durante las «Particiones de Polonia».
7-La menor (Posato) Franz Liszt, virtuoso pianista hicieron composiciones juntos.
8- Mi♭ mayor (Maestoso) Delphin Alard.
9-Mi mayor «La Caza » una exquisita imitación de la flauta y de la trompa,
con un gracioso tema en andante; (Allegretto) Herrmann.
10-Sol menor (Vivace) Théodor Haumann virtuoso pianista y compositor.
11- Do mayor (Andante – Presto – Andante) Sigismond Thalberg virtuoso pianista y compositor.
12-La♭ mayor (Allegro) Dhuler.
13-Si♭ mayor, «El Diablo de la Risa» (Allegro) Charles Philippe Lafont.
14-Mi♭ mayor (Moderato) Jacques Pierre Rode compositor y violinista francés.
15- Mi menor (Posato) una deliciosa barcarola de corte melancólico, seguida de una serie de variaciones Louis Spohr virtuoso violinista y fecundo compositor y director de orquesta alemán el primero en utilizar la batuta.
16- Sol menor (Presto) Rodolphe Kreutzer, violinista, profesor, compositor y director de orquesta francés. Es célebre por sus métodos y estudios para violín, y por la sonata que le dedicó Beethoven.
17-Mi♭ mayor (Sostenuto – Andante)-Alexandre Artôt.
18-Do mayor (Corrente – Allegro) Antoine Bohrer.
19- Mi♭ mayor (Lento – Allegro assai) con dos temas contrastados entre sí, pretende reproducir el diálogo de dos brujas… Andreas Jakob Romberg.
20-Re mayor (Allegretto) Carlo Gignami.
21- La mayor (Amoroso – Presto) Antonio Bazzini, compositor y violinista italiano.
22-Fa mayor (Marcato) Luigi Alliani.
23-Mi♭ mayor (Posato – Minore – Posato) no dedicado.
24-La menor ( Quasi presto – Variazioni I–XI – Finale) dedicado a si mismo.
Durante muchos años fueron considerados por los violinistas: imposibles de tocar. Y de hecho, estos Caprichos constituyen, desde su publicación, una de la mayores ambiciones de cualquier violinista que pretenda alcanzar la más altas cumbres de su arte.
Sus violines?
Luego de su muerte sus Stradivarius fueron expuestos en el Palacio cívico de Génova como él lo quiso. Era una persona aficionada a coleccionar instrumentos: 22 valiosos instrumentos, incluyendo 11 Stradivari entre violines, violas y cellos, así como violines Amati y Guarneri (de hecho su preferido era un Guarneri del Gesu de 1742). llamado Il Cannone.
He aquí sus variaciones completas. Las interpreta: Salvatore Accardo. perscisa
Que grabó casi toda la obra violinística de Niccolò Paganini, los Veinticuatro Caprichos fueron interpretados y grabados por el maestro sin ninguna clase de acompañamiento.
La primera vez que este instrumento salió de Italia fue para que precisamente Salvatore Accardo lo ejecutara en una gala especial en Nueva York a fines del siglo XX.
Se le asignó al violín un asiento de primera clase en su travesía trasatlántica por avión e iba resguardado por dos elementos de la policía italiana, por Stewart Pollens un destacado estudioso de instrumentos de cuerda… ¡y un sacerdote!!!!!
Palazzo Tursi Sala Paganini – Il violino Guarneri del Gesù detto «Il Cannone» – 1734
Dijeron de él…
Franz Schubert: «He escuchado el canto de un ángel».
Héctor Berlioz : «Único en su clase: es uno de esos artistas de quienes puede decirse que son guías y ejemplo de quienes persiguen la suprema perfección».
Friedrich Wieck, padre de Clara Schumann: “Nunca ha nacido un artista que sea tan magnífico e incomparable como él en tantos géneros.”
Mendelssohn: “Su ejecución está más allá de todo concepto ya que jamás se equivoca. Pides demasiado si esperas que te de una descripción de sus interpretaciones. Me tomaría una carta entera hacerlo, pues él es tan original, tan único, que requeriría un análisis exhaustivo el transmitir una impresión de su estilo.”
Chopin oyó a Paganini en Warsaw en 1829 y se sintió obligado a conmemorar el evento mediante la escritura de una pequeña pieza, Souvenir de Paganini.
Robert Schumann transcribió para el piano doce de los 24 caprichos de Paganini y nombró una sección del » Carnaval», una de sus obras para piano solo, en su honor.
Rossini, Donizetti, Liszt, Delacroix, George Sand y muchos otros famosos del arte asistieron a su debut musical en París en1831, y fueron deslumbrados por su música y su estilo interpretativo.
Anécdota…
Durante su estancia en París, en 1831, con triunfos muy sonados, tuvo que alquilar un coche para que le llevase a la sala donde debía dar el concierto. Al llegar, preguntó al cochero:
–¿Cuánto le debo? -Veinte francos.
-¿Tan caros son los coches en París?
–Mi querido señor –respondió el cochero, que le había reconocido-. Cuando se ganan cuatro mil francos en una noche por tocar con una sola cuerda, se pueden pagar veinte francos por un viaje.
Paganini preguntó al portero del teatro el precio justo de un viaje en coche y volvió.
–He aquí los dos francos, que es lo que le debo; los otros dieciocho se los daré cuando sepa conducir el coche con una sola rueda.
Se reía de su propia vanidad.
Conversando con un pianista sobre su pasado concierto, éste le dijo:» En mi concierto, el gentío era tan numeroso que ocupaba hasta los pasillos del teatro».
–Eso no es nada -replicó Paganini-: cuando yo doy un recital hay tanta gente, que hasta yo estoy de pie.