Una de Anacronismos…

«La Misa de san Gregorio«

San Gregorio Magno es uno de los cuatro doctores de la Iglesia occidental junto con San Ambrosio de Milán, San Agustín y San Jerónimo. Tuvo importancia excepcional para el equilibrio político-religioso de la Europa medieval, constituyó hasta el siglo XII, una incomparable fuente de meditación y de luz espiritual para todo el Occidente.

A él se le atribuye también la compilación del Antifonario gregoriano, grandiosa colección de cantos de la Iglesia romana.

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La Tabla de la Misa de San Gregorio de Juan de Nalda ilustra un hecho milagroso cuando el pontífice Gregorio I pidió al cielo una señal divina para convencer a un fiel que dudaba de la doctrina de la «transubstanciación».

La presencia en el altar de lo que parece una partitura, es sin lugar a dudas un anacronismo, dado que éstas, aparecieron tres siglos después de Gregorio pero… alude a otro importantísimo dato ligado al santo, la invención del repertorio musical que lleva su nombre: el «canto gregoriano«.

Para en el siglo XV, cuando se pintó la tabla… la notación musical era un logro muy extendido.

Tabla de la Misa de San Gregorio de Nalda

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Esta tabla de madera bellamente pintada al óleo es de finales del s. XV, pertenece a un retablo procedente de la iglesia del monasterio de Santa Clara de Palencia– actualmente en el Museo Arqueológico Nacional de España. Es estilo gótico hispano-flamenco es decir: detallista, representa la misa de San Gregorio, atribuida a Juan de Nalda, maestro de gran prestigio activo en Avignon por entonces.

Se narra la consagración eucarística celebrada por el papa San Gregorio Magno– 540-604 donde que se produjo el milagro de la aparición de Cristo, en presencia de un cardenal y otros clérigos con sus cabezas «Tonsuradas», este detalle que aparece por 1073, cuando el Papa Gregorio VII instauró esta medida para imitar a San Pablo, los monjes, dejaban un anillo de cabello en la cabeza y rapaban el resto.

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Este hecho está narrado en la Leyenda Dorada, el famoso «Best Seller «de la Edad media de Jacobo de la Vorangine 1230-1298/99.

Cristo, aparece mostrando sus estigmas de los que brota sangre, y rodeado de los instrumentos de la Pasión: el paño de la Verónica, las varas y la columna de la flagelación, la túnica sorteada entre los soldados, etc. hasta el gallo de las negaciones de san Pedro!!.

El altar muestra el cáliz que recogerá la sangre de Cristo y también dos candeleros, un misal y aparecen dos partituras enmarcadas formando un díptico…

Estas «Partituras medievales» presentes en una misa celebrada por el papa Gregorio, otro anacronismo, dado que la notación musical no apareció en Occidente hasta tres siglos después de su reinado de dicho papa.

Canto gregoriano – Canto llano

Es el conjunto de melodías cantadas en la misa a lo largo del año litúrgico, siguiendo un calendario establecido por la Iglesia de Roma. Siempre monódico, es decir: de una única línea melódica. Al ser cantado en latín,contribuyó a mantener la uniformidad de la música litúrgica en toda Europa.

La misa cuenta con textos y cantos fijos (se recitan o entonan en todas las ceremonias) y con textos y cantos variables (varían según el calendario o según el día de la semana).

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Los textos y cantos variables forman el «propio» de la misa, los textos y cantos fijos forman el «ordinario». Los cantos del ordinario de la misa son: el Kyrie, el Gloria, el Credo, el Sanctus y el Agnus Dei. Estos cantos tienen siempre el mismo texto y cuentan con un repertorio relativamente reducido de melodías, cuyo uso depende únicamente del grado de solemnidad que requiera la misa o de tradiciones locales.

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Los cantos del propio de la misa son: el Introito, el Gradual, el Aleluya, el Ofertorio y la Comunión. Estos cantos cuentan con un texto y una melodía distintas de acuerdo con la festividad que se esté celebrando.

Hay un «propio» específico para cada domingo del año, para cada una de las festividades del año litúrgico, así como para ocasiones especiales, como la coronación de un rey, una boda, un funeral o la consagración de un templo.

A mediados del siglo IX, se atribuye la autoría a Gregorio Magno del vasto repertorio musical. La tarea del papa Gregorio con respecto al canto gregoriano pudo haberse limitado a la reorganización de la capilla papal (Schola Cantorum) y a la reubicación de algunos cantos a lo largo del año litúrgico…no más.

En tiempos del papa Gregorio

La composición del canto gregoriano …no habría sido posible en una fecha tan temprana debido que aún no se había desarrollado la notación musical, no se podía escribir y solo preservarse mediante la transmisión oral, se llevaba a cabo en las escuelas eclesiásticas, a cargo de miembros veteranos con imprecisiones, caprichos de la memoria, con una lenta pero permanente transformación.

El reino franco cultivaba desde siglos atrás una liturgia propia «el canto galicano«, la mayor parte de esta música se ha perdido, se cree que quedan restos de éste en el corpus gregoriano.​

La sustitución del rito y canto galicanos por el rito y el canto romano, tuvo gran valor en la alianza entre la monarquía carolingia y el papado y se habría decidido hacia el año 752, en tiempos de Pipino el breve.

De este modo, y para los tiempos de la coronación de Carlomagno como «Imperator Romanum gubernans Imperium» por el año 800, el canto gregoriano habría suplantado ya al rito autóctono en el Imperio.

La proclamación del canto romano como liturgia oficial del reino carolingio y la abolición del canto galicano continuó con la extinción de otras liturgias latinas, como: la visigótica, celta, mozárabe etc.

La notación musical.

Esto, no fue facil ni inmediato, pues exigió resolver cuestiones teóricas de enorme calado, por ej: ¿Cuántas notas musicales son necesarias para transcribir las melodías gregorianas?o bien ¿Cuántas escalas diferentes?

Así, intentando responder a estas y muchas otras cuestiones, la scriptoria carolingia vió nacer textos fundamentales de la teoría musical occidental como el anónimo Musica enchiriadis
o los atribuidos a Hucbaldo de Saint-Amand (De harmonica institutione) y Aureliano de Réôme (Musica disciplina).

La notación musical desarrollada por los clérigos carolingios tenía un peculiar sistema de notación, un elaboradísimo sistema de acentos denominados neumas del griego πνεuμα= respiración, escritos por encima del texto, no era útil para decodificar las melodías porque los neumas no indican la altura exacta de las notas, sino su altura relativa, si sube o si baja con respecto a la nota anterior, como tampoco indicaban su duración exacta.

Este sistema, sin dejar de apoyarse en la oralidad, permitió corregir desviaciones volviendo una y otra vez al modelo escrito, pero no llegó a incorporar innovaciones métricas.

Esta notación musical legada por los carolingios se perfeccionó lentamente,incorporando la diastematía- determinación precisa de las alturas o notas musicales hacia el año 1000.

Fue Guido de Arezzo quien lo perfeccionó y lo puso en práctica en un Antifonario que ofreció al Papa Juan XIX -1024-1033- escrito en cuatro líneas y con colores. De ignoto cantu, que servía de prólogo a su antifonario, Guido expone las ventajas de esta notación.

Un siglo más tarde llegará a la península ibérica, una vez suprimido el rito visigótico e impuesto el rito romano. El día 22 de marzo de 1071, los monjes del Monasterio de San Juan de la Peña entonaron el himno Rector potens verax Deus según la versión cluniacense del canto gregoriano.

Hacia el siglo XIII, adoptó la peculiar forma cuadrada que asociamos a la caligrafía gótica y aparecen códices escritos a la antigua, es decir, con neumas y sin líneas y se mantuvo en los libros de coro del siglo XV fue quizá la aportación más influyente y duradera de la era carolingia a la cultura europea.

Coro de la Abadía Benedictina de San Pedro de Solesmes – Francia

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