Franz Peter Schubert en el piano – obra de Gustav Klim
Franz Peter Schubert -Viena, 31 de enero de 1797 – 19 de noviembre de 1828- Compositor austriaco de los comienzos del romanticismo musical, también continuador de la sonata clásica siguiendo el modelo de Ludwig van Beethoven. Fue un gran compositor de lieder (breves composiciones para voz y piano, antecesor de la canción moderna), así como de música para piano, de cámara y orquestal.
Schubert no pudo en vida estrenar ni publicar ninguna de sus obras operísticas u orquestales. A lo sumo se interpretaron algunas composiciones vocales o pianísticas en las célebres «schubertiadas». Admirado en un círculo muy restringido, la revalorización del compositor se llevó a cabo a partir de su muerte: obras inéditas o que sólo se habían interpretado en el marco familiar empezaron a ser conocidas, publicadas y defendidas por músicos como Robert Schumann o Felix Mendelssohn.
En 1824 escribió en su Diario: «No hay nadie que entienda el dolor de otro, y nadie que entienda la alegría de otro. Pensamos siempre que caminamos junto a los demás, pero sólo vamos al lado de los demás. Pobre del que lo reconozca. Mis obras existen por mis facultades para la música y por mi dolor».
La obra completa de Schubert se publicó entre 1884 y 1897 en la editorial Breitkopf & Härtel. Realizada por el musicólogo y compositor Eusebius Mandyczewski, quien realizó un trabajo tan meticuloso que todavía hoy es de referencia.
La numeración tradicional de las obras de Schubert fue sustituida poco a poco por la catalogación que hizo el erudito Otto Erich Deutsch y publicada por vez primera en el año 1951.
La Trucha (Die Forelle) – D. 550 (op. 32) -Lied
La obra sugiere el agua cristalina, saltando entre las piedras con claros rayos de sol y las idas y venidas de una trucha que gozosa se refugia a su calor, juguetea feliz hasta que el pescador cansado de esperar… enturbia el agua traicioneramente y es apresada. Las sugerencias sonoras atrapan a los sensibles oyentes que terminan embelesados de las modulaciones sabiamente enlazadas por Schubert, de los tresillos que dejan fluir la música como un arroyo de montaña o de las octavas en la parte alta del piano que denotan la fresca atmósfera de la naturaleza.
El lied-
Con letra del poeta Christian Friedrich Schubart, a pesar de su estructura sencilla, fue una de las obras más trabajadas por el compositor, que realizó numerosas versiones diferentes. «Die Forelle” rápidamente cobró gran popularidad en el publico vienes llegando a nuestros días, siendo una obra habitual del repertorio liederístico.
Los famosos Niños cantores de Viena con una versión de 1975
El Quinteto “La trucha”
El Quinteto compuesto por el joven Schubert, mientras se encontraba visitando el pintoresco pueblo de Steyr (una colonia alpina de artistas, 90 kilómetros al norte de Viena) junto a su amigo y admirador, el famoso barítono Johann Michael Vogl,que le duplicaba en edad. Se alojaron en casa de Sylvester Paumgartner, quien organizaba veladas musicales en las cuales Schubert era el centro de la atención. El anfitrión era un violonchelista amateur, benefactor de las artes, rico propietario de una mina local y un gran admirador de la música de Schubert, sobre todo de su lied «Die forelle», D. 550 (op. 32). No dudó en solicitar a Schubert la creación de una obra de cámara incluyendo el mencionado lied e incorporar en ella una importante participación para su cello.
Por esas épocas…
Johann Nepomuk Hummel(1778-1837) había hecho en 1816 su famoso Septeto en re menor op. 74. con un cuarteto de cuerda sin segundo violín pero con contrabajo, mas el añadido del piano.
Hummel era pianista virtuoso y efectista como lo fue años después Franz Listz. Como compositor muy exitoso abarcó todos los géneros: óperas, Singspiele, misas sinfónicas y música sacra, música de cámara, conciertos, canciones, música para piano solo, además de arreglos. Sólo la sinfonía está ausente en su repertorio. Schubert lo tenía como modelo e incluyó utilizó sus las técnicas virtuosas distintivas de Hummel (como el cruzamiento de manos) en sus últimas tres sonatas para piano. Hummel tuvo un papel vital, aún no reconocido, en la creación del estilo romántico del siglo XIX.
Schubert escribió la partitura de su quinteto en los meses siguientes. Aunque la obra quedó lista en el otoño se estrenó en la casa de Paumgartner a fines de 1819.
Se le llamó «La trucha» por el famoso lied “Die Forelle” el tema del cuarto movimiento del quinteto. Su publicación, póstuma no se realizó hasta una década más tarde en Viena y es indiscutiblemente una de las grandes piezas de cámara jamás escritas.
Un radiante La mayor, rotundo acorde de todos los instrumentos da comienzo a la obra, Esta inusual agrupación de piano, violín, viola, cello y contrabajo, comprende cinco movimientos: allegro vivace, andante, scherzo, andantino allegreto y allegro giusto.
El cuarto movimiento –
Absolutamente basado en el Lied. Si bien toda la obra es amable y bellísima, este movimento encuadra perfectamente en la romántica Viena que vuelve a la Naturaleza.
Se basa en la presentación de un tema y sus variaciones.
De carácter alegre, de aparente facilidad y sencillez debido a su compás 2/4.
Comienza con la presentación del violín, acompañado por las demás cuerdas.
En la primera variación -El piano interpreta la melodía añadiendo algún trino. Las cuerdas realizan rapidísimos seisillos, ascendentes y descendentes.
Segunda variación – las cuerdas más graves retoman el tema, y el violín continúa con sus arpegios y escalas; el piano crea una especie de eco, puntual.
Tercera variación el piano, más virtuoso, acompaña la melodía de violoncelo y contrabajo.
Cuarta variación – La más romántica de todas las variaciones.Totalmente contrastante (forte) y tonalidad (modo menor). Los instrumentos rasgan las cuerdas, y el piano ataca los acordes.
Quinta variación -más tranquilo. La melodía es menos reconocible que en las anteriores, interpretada por el cello, y la armonía cambia en ciertos momentos. El piano acompaña a contratiempo.
Sexta y última variación retoma el carácter juguetón de la obra. Esta vez, el violín y violoncello se responden en un alegre diálogo. El piano salta entre arpegios, hasta el apacible acorde final de todos los instrumentos.
La película no se puede creer…
Destacan estos jóvenes intérpretes únicos!!!.de este genial compositor vienés donde «la claridad» y hasta «la levedad» son imprescindibles.
La legendaria versión del Quinteto en La mayor D. 667 «Die forelle»de Franz Schubert a cargo de Daniel Barenboim (piano), Jacqueline Du Pre (cello), Pinchas Zukerman (viola), Zubin Mehta (contrabajo) e Itzhak Perlman (violin), un quinteto de lujo a la altura de este extraordinario compositor.